Movimientos sociales argentinos rechazan acuerdo de Cancún y reivindican Cumbre de Cochabamba
Buenos Aires, ABI
Organizaciones argentinas consideraron preocupante que el Acuerdo de Cancún sea considerado como la base de los próximos pasos de las negociaciones sobre Cambio Climático. "El tema del cambio climático es un elemento clave para el desarrollo sustentable de nuestros pueblos", dijeron, al tiempo que el "Acuerdo de los Pueblos en Cochabamba" es el que recoge la postura de los movimientos sociales.
La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Diálogo 2000?Jubileo Sur, el Frente Popular Darío Santillán, Acción por la Biodiversidad, Amigos de la Tierra y el Programa Argentina Sustentable difundieron un documento sobre la situación mundial en el tema Cambio Climático en el cual denuncian que "el Acuerdo de Cancún echa por tierra el multilateralismo democrático y es una herramienta ineficaz porque basa las negociaciones en promesas individuales, con años base diferentes, con capacidades diferentes y es completamente voluntario".
Esta postura se da en el marco de la sesión de negociaciones sobre cambio climático, que se lleva a cabo en Bonn, Alemania, desde el 6 de junio pasado y que culmina este viernes 17.
El documento señala que tomar "los compromisos voluntarios (pledges) como la base de las negociaciones, no garantiza de forma alguna que se limite a 1,5ºC el aumento de la temperatura global para 2050" por lo que este acuerdo genera "una mayor mercantilización de la naturaleza y la vida y garantiza la continuidad del modelo de desarrollo depredador y desigual".
En ese sentido, critica el rol que en Cancún se asignó al Banco Mundial y a los Bancos regionales de desarrollo, que son "los mismos que siguen financiando ese modelo fallido", y que "oficializan mecanismos de endeudamiento para nuestros países" ya que los países del Sur "fueron cargados con nuevas responsabilidades".
Y ejemplifica: "se obliga a los países del Sur a elaborar Acciones Nacionales Apropiadas de Mitigación de los países en Desarrollo (NAMAs); y a esteblecer un registro para documentar estas NAMAs: este registro es una condicionante para acceder a recursos financieros".
Ante esta situación, estas organizaciones demandaron que los negociadores que representen los intereses de los pueblos en las negociaciones "tienen el deber de exigir compromisos y soluciones reales a los países del Norte, el reconocimiento de la deuda ecológica, rechazar las falsas soluciones basadas en mecanismos de mercado, mantener el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y garantizar la participación y autonomía de los movimientos sociales".
"Los efectos del Cambio Climático son evidentes", subrayaron. "Se incrementan y afectan cada vez más a la población, especialmente a las y los pobres en el Sur; por lo tanto, es imprescindible asegurar que no se continúen aplazando la toma de decisiones respecto a este tema".
También reclamaron que esta problemática no se analice "aisladamente despojándolo del contexto social donde se implanta y en este escenario queda claro que para superar la crisis climática es necesaria la transformación de las actuales formas de producción y consumo impuestas por el modelo imperante".
Por último este conjunto de organizaciones recordaron que participaron en 2010 con varios gobiernos democráticos de la región en el proceso de construcción del "Acuerdo de los Pueblos en Cochabamba", Bolivia, y que este recoge la posición del movimiento social y las soluciones adecuada a la crisis climática.
Las propuestas principales de dicho Acuerdo, tales como la necesidad y urgencia de que los países industrializados del Norte respalden la implementación de un segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto, en el cual se comprometan a reducir en un 50% el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero entre 2013 y 2017, y más del 95 % en el año 2050; que reconozcan su responsabilidad histórica y paguen la Deuda Ecológica que han acumulado durante los últimos 500 años con los países del Sur, garantizando que el 6% de su producto interno bruto sea destinado a enfrentar los costos de mitigación y adaptación al cambio climático.
Y por último, que se rechacen falsas soluciones como los nuevos mecanismos de mercados de carbono, entre otras, fueron incluidas en los textos de negociación durante las reuniones preparatorias a la COP 16 y se precisa recuperarlas en el proceso de negociaciones.
"Las negociaciones de Bonn representan un momento clave para salvar las negociaciones multilaterales. Por lo tanto, llamamos a los negociadores a tomar decisiones responsables con las generaciones presentes y futuras. No son los países que demandan un acuerdo equitativo quienes bloquean las negociaciones, sino los que buscan garantizar una salida poco costosa para sus propios Estados, ignorando su responsabilidad histórica y a costa de los más vulnerables", concluye el documento.
Organizaciones argentinas consideraron preocupante que el Acuerdo de Cancún sea considerado como la base de los próximos pasos de las negociaciones sobre Cambio Climático. "El tema del cambio climático es un elemento clave para el desarrollo sustentable de nuestros pueblos", dijeron, al tiempo que el "Acuerdo de los Pueblos en Cochabamba" es el que recoge la postura de los movimientos sociales.
La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Diálogo 2000?Jubileo Sur, el Frente Popular Darío Santillán, Acción por la Biodiversidad, Amigos de la Tierra y el Programa Argentina Sustentable difundieron un documento sobre la situación mundial en el tema Cambio Climático en el cual denuncian que "el Acuerdo de Cancún echa por tierra el multilateralismo democrático y es una herramienta ineficaz porque basa las negociaciones en promesas individuales, con años base diferentes, con capacidades diferentes y es completamente voluntario".
Esta postura se da en el marco de la sesión de negociaciones sobre cambio climático, que se lleva a cabo en Bonn, Alemania, desde el 6 de junio pasado y que culmina este viernes 17.
El documento señala que tomar "los compromisos voluntarios (pledges) como la base de las negociaciones, no garantiza de forma alguna que se limite a 1,5ºC el aumento de la temperatura global para 2050" por lo que este acuerdo genera "una mayor mercantilización de la naturaleza y la vida y garantiza la continuidad del modelo de desarrollo depredador y desigual".
En ese sentido, critica el rol que en Cancún se asignó al Banco Mundial y a los Bancos regionales de desarrollo, que son "los mismos que siguen financiando ese modelo fallido", y que "oficializan mecanismos de endeudamiento para nuestros países" ya que los países del Sur "fueron cargados con nuevas responsabilidades".
Y ejemplifica: "se obliga a los países del Sur a elaborar Acciones Nacionales Apropiadas de Mitigación de los países en Desarrollo (NAMAs); y a esteblecer un registro para documentar estas NAMAs: este registro es una condicionante para acceder a recursos financieros".
Ante esta situación, estas organizaciones demandaron que los negociadores que representen los intereses de los pueblos en las negociaciones "tienen el deber de exigir compromisos y soluciones reales a los países del Norte, el reconocimiento de la deuda ecológica, rechazar las falsas soluciones basadas en mecanismos de mercado, mantener el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y garantizar la participación y autonomía de los movimientos sociales".
"Los efectos del Cambio Climático son evidentes", subrayaron. "Se incrementan y afectan cada vez más a la población, especialmente a las y los pobres en el Sur; por lo tanto, es imprescindible asegurar que no se continúen aplazando la toma de decisiones respecto a este tema".
También reclamaron que esta problemática no se analice "aisladamente despojándolo del contexto social donde se implanta y en este escenario queda claro que para superar la crisis climática es necesaria la transformación de las actuales formas de producción y consumo impuestas por el modelo imperante".
Por último este conjunto de organizaciones recordaron que participaron en 2010 con varios gobiernos democráticos de la región en el proceso de construcción del "Acuerdo de los Pueblos en Cochabamba", Bolivia, y que este recoge la posición del movimiento social y las soluciones adecuada a la crisis climática.
Las propuestas principales de dicho Acuerdo, tales como la necesidad y urgencia de que los países industrializados del Norte respalden la implementación de un segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto, en el cual se comprometan a reducir en un 50% el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero entre 2013 y 2017, y más del 95 % en el año 2050; que reconozcan su responsabilidad histórica y paguen la Deuda Ecológica que han acumulado durante los últimos 500 años con los países del Sur, garantizando que el 6% de su producto interno bruto sea destinado a enfrentar los costos de mitigación y adaptación al cambio climático.
Y por último, que se rechacen falsas soluciones como los nuevos mecanismos de mercados de carbono, entre otras, fueron incluidas en los textos de negociación durante las reuniones preparatorias a la COP 16 y se precisa recuperarlas en el proceso de negociaciones.
"Las negociaciones de Bonn representan un momento clave para salvar las negociaciones multilaterales. Por lo tanto, llamamos a los negociadores a tomar decisiones responsables con las generaciones presentes y futuras. No son los países que demandan un acuerdo equitativo quienes bloquean las negociaciones, sino los que buscan garantizar una salida poco costosa para sus propios Estados, ignorando su responsabilidad histórica y a costa de los más vulnerables", concluye el documento.