Paraísos fiscales: ¿progresos o sólo promesas?
Gerardo Lissardy, Europa
El progreso real obtenido para controlar los paraísos fiscales es motivo de diferencias entre expertos, casi 20 meses después que las mayores economías mundiales proclamaran el fin de la era del secreto bancario.
Una serie de compromisos asumidos por los países más cuestionados desde el G-20 es vista por algunos como una clara señal de avances en el combate a la evasión fiscal.
De hecho, la “lista negra” de paraísos fiscales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se ha vaciado desde entonces y en la “lista gris” aparece apenas un puñado de naciones.
Sin embargo, en medio de señales de una renovada disputa entre centros financieros offshore, los críticos creen que falta mucho por hacer contra la evasión de impuestos, sobre todo de las grandes multinacionales.
“Mayor riesgo”
Los paraísos fiscales fueron señalados como una de las causas de la reciente crisis financiera global y los líderes del G-20 en Londres sugirieron que podrían sancionar a los países que eviten dar información bancaria.
Desde entonces, el tratamiento de los paraísos fiscales “ha sido uno de los grandes éxitos del G-20”, aseguró Jeffrey Owens, director del centro de política fiscal de la OCDE.
“Hoy hay muchas menos oportunidades para que individuos o corporaciones usen los paraísos fiscales para evadir impuestos en sus propios países”, dijo Owens en diálogo con BBC Mundo.
Los cerca de 600 acuerdos bilaterales de cooperación firmados desde 2009, muchos por países cuestionados por su reserva bancaria, significan que “hay un mayor riesgo de detección de la evasión fiscal en el mundo”, dijo.
Las listas
Algunos sitios tradicionalmente considerados paraísos fiscales como Suiza, Luxemburgo o las Islas Caimán hoy figuran en la lista de la OCDE como jurisdicciones que “implementaron sustancialmente” los estándares internacionales.
Entre los países que se han comprometido a hacerlo pero aún no los han implementado figuran seis en la categoría de “paraísos fiscales, entre ellos Panamá, y tres como “otros centros financieros”: Costa Rica, Guatemala y Uruguay.
Costa Rica y Uruguay figuraban en la “lista negra” de paraísos fiscales que la OCDE difundió tras el G-20 de Londres, pero fueron removidos de la misma horas o días después.
“Hemos visto progresos muy significativos en América Latina, el Caribe y Centroamérica”, dijo Owens.
“Tenemos una revisión un poco más difícil de Panamá, donde hay una cantidad de deficiencias en su sistema legal que ahora tienen que tratarse”, agregó.
Nuevos y clásicos
Owens admitió que mientras algunos países se comprometen a brindar más información, existe un “riesgo real” de que surjan nuevos centros offshore con vocación de paraísos fiscales.
En particular, dijo que lugares como Ghana, Botswana, Trinidad y Tobago o Macedonia son motivos de inquietud.
No obstante, descartó que esos lugares puedan tener éxito en reemplazar los tradicionales centros offshore.
“Si fuera un individuo muy rico y quisiera asegurarme que mi dinero va a mis hijos o nietos, no creo que pondría mi dinero en Ghana; todavía querría tenerlo en lugares como Suiza o Singapur o Luxemburgo”, comentó.
Pero los críticos señalan que aún queda un largo trecho por recorrer en el combate a la evasión fiscal dentro de los clásicos centros financieros internacionales.
“El G-20 debe honrar sus compromisos en el abordaje de los paraísos fiscales”, indicó la organización no gubernamental Oxfam a pocos días de la nueva cumbre de ese grupo esta semana en Corea del Sur.
En particular, reclamó que se garantice que en cualquier ejercicio de monitoreo se haga disponible la información requerida en las distintas jurisdicciones y se pueda intercambiar en forma automática.
¿Y las multinacionales?
“Por supuesto que podría hacerse más”, dijo Christian Chavagneux, un francés coautor del libro “Paraísos fiscales: cómo funciona realmente la globalización”, en diálogo con BBC Mundo.
Chavagneux notó que los países cuestionados hasta ahora sólo se han comprometido a cooperar con otros administradores fiscales para dar información sobre posible evasión de impuestos.
“Hemos hecho progresos, pero para decir que los paraísos fiscales han cambiado realmente, tenemos que esperar algunos años”, dijo.
Otro problema señalado por los expertos es la evasión de impuestos por parte de las multinacionales, un tema que según Chavagneux ha sido ignorado por el G-20 hasta ahora.
En ese sentido sugirió crear un reporte país por país sobre las actividades de las grandes multinacionales, que generalmente ofrecen información sólo por regiones.
“Podemos ver rápidamente que hay algunas subsidiarias con casi nadie empleado pero haciendo grandes ganancias”, dijo. “Y esas subsidiarias están localizadas en paraísos fiscales”.
El progreso real obtenido para controlar los paraísos fiscales es motivo de diferencias entre expertos, casi 20 meses después que las mayores economías mundiales proclamaran el fin de la era del secreto bancario.
Una serie de compromisos asumidos por los países más cuestionados desde el G-20 es vista por algunos como una clara señal de avances en el combate a la evasión fiscal.
De hecho, la “lista negra” de paraísos fiscales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se ha vaciado desde entonces y en la “lista gris” aparece apenas un puñado de naciones.
Sin embargo, en medio de señales de una renovada disputa entre centros financieros offshore, los críticos creen que falta mucho por hacer contra la evasión de impuestos, sobre todo de las grandes multinacionales.
“Mayor riesgo”
Los paraísos fiscales fueron señalados como una de las causas de la reciente crisis financiera global y los líderes del G-20 en Londres sugirieron que podrían sancionar a los países que eviten dar información bancaria.
Desde entonces, el tratamiento de los paraísos fiscales “ha sido uno de los grandes éxitos del G-20”, aseguró Jeffrey Owens, director del centro de política fiscal de la OCDE.
“Hoy hay muchas menos oportunidades para que individuos o corporaciones usen los paraísos fiscales para evadir impuestos en sus propios países”, dijo Owens en diálogo con BBC Mundo.
Los cerca de 600 acuerdos bilaterales de cooperación firmados desde 2009, muchos por países cuestionados por su reserva bancaria, significan que “hay un mayor riesgo de detección de la evasión fiscal en el mundo”, dijo.
Las listas
Algunos sitios tradicionalmente considerados paraísos fiscales como Suiza, Luxemburgo o las Islas Caimán hoy figuran en la lista de la OCDE como jurisdicciones que “implementaron sustancialmente” los estándares internacionales.
Entre los países que se han comprometido a hacerlo pero aún no los han implementado figuran seis en la categoría de “paraísos fiscales, entre ellos Panamá, y tres como “otros centros financieros”: Costa Rica, Guatemala y Uruguay.
Costa Rica y Uruguay figuraban en la “lista negra” de paraísos fiscales que la OCDE difundió tras el G-20 de Londres, pero fueron removidos de la misma horas o días después.
“Hemos visto progresos muy significativos en América Latina, el Caribe y Centroamérica”, dijo Owens.
“Tenemos una revisión un poco más difícil de Panamá, donde hay una cantidad de deficiencias en su sistema legal que ahora tienen que tratarse”, agregó.
Nuevos y clásicos
Owens admitió que mientras algunos países se comprometen a brindar más información, existe un “riesgo real” de que surjan nuevos centros offshore con vocación de paraísos fiscales.
En particular, dijo que lugares como Ghana, Botswana, Trinidad y Tobago o Macedonia son motivos de inquietud.
No obstante, descartó que esos lugares puedan tener éxito en reemplazar los tradicionales centros offshore.
“Si fuera un individuo muy rico y quisiera asegurarme que mi dinero va a mis hijos o nietos, no creo que pondría mi dinero en Ghana; todavía querría tenerlo en lugares como Suiza o Singapur o Luxemburgo”, comentó.
Pero los críticos señalan que aún queda un largo trecho por recorrer en el combate a la evasión fiscal dentro de los clásicos centros financieros internacionales.
“El G-20 debe honrar sus compromisos en el abordaje de los paraísos fiscales”, indicó la organización no gubernamental Oxfam a pocos días de la nueva cumbre de ese grupo esta semana en Corea del Sur.
En particular, reclamó que se garantice que en cualquier ejercicio de monitoreo se haga disponible la información requerida en las distintas jurisdicciones y se pueda intercambiar en forma automática.
¿Y las multinacionales?
“Por supuesto que podría hacerse más”, dijo Christian Chavagneux, un francés coautor del libro “Paraísos fiscales: cómo funciona realmente la globalización”, en diálogo con BBC Mundo.
Chavagneux notó que los países cuestionados hasta ahora sólo se han comprometido a cooperar con otros administradores fiscales para dar información sobre posible evasión de impuestos.
“Hemos hecho progresos, pero para decir que los paraísos fiscales han cambiado realmente, tenemos que esperar algunos años”, dijo.
Otro problema señalado por los expertos es la evasión de impuestos por parte de las multinacionales, un tema que según Chavagneux ha sido ignorado por el G-20 hasta ahora.
En ese sentido sugirió crear un reporte país por país sobre las actividades de las grandes multinacionales, que generalmente ofrecen información sólo por regiones.
“Podemos ver rápidamente que hay algunas subsidiarias con casi nadie empleado pero haciendo grandes ganancias”, dijo. “Y esas subsidiarias están localizadas en paraísos fiscales”.