La globalización comenzó en Potosí
Juanjo Robledo, Madrid
A comienzos del siglo XVII la ciudad de Potosí, en Bolivia, tenía más población que París o Londres (160.000 habitantes). Una montaña blindada de plata, el Cerro Rico, absorbía la codicia del mundo partiéndolo en un antes y un después.
Según "Principio Potosí", la ambiciosa exposición que se podrá ver hasta el 6 de septiembre en el Museo Reina Sofía de Madrid, la modernidad y la globalización no tienen su origen en el racionalismo y la ilustración sino en la explotación colonial que precipito la mítica montaña.
La exposición contrasta ejemplos de pintura colonial andina con obras de artistas actuales para encontrar correspondencias entre el arte de los siglos XVI al XVIII y el mundo contemporáneo. Los artistas de diversos países (China, Rusia, Argentina) eligieron una pintura colonial como referencia.
Así, el checo Harun Farocki realizó un video inspirado en la Descripción del Cerro Rico e Imperial villa de Potosí, la boliviana María Galindo, a través de un video y unos graffitis, denuncia la dominación patriarcal a partir de los cuadros Virgen del Cerro y Las novicias. El ruso Chto Delat reflexiona sobre la nueva oligarquía rusa mientras que el argentino Eduardo Molinari denuncia en su obra el cultivo de la soja transgénica en Argentina.
La mayoría de las obras coloniales (22) proceden de Bolivia, casi todas inéditas en el extranjero. Asimismo se podrán apreciar cuatro obras de España y una de Bélgica. La exposición ha sido organizada por el Museo Reina Sofía y Haus der Kulturen der Welt de Berlín con la colaboración de los Ministerios de Cultura de Bolivia y España.
Para los comisarios de la exposición (Max Jorge Hinderer, Alice Creischer y Andreas Siekmann) "Principio Potosí trata de poner de manifiesto que las condiciones de la producción artística y la función que adopta el arte actual de legitimar a las nuevas élites de la globalización, tiene conexiones y paralelismos claros con la función ideológica de la pintura colonial". El paralelismo plantea cuatro puntos en común: Hegemonía, Acumulación, Derechos Humanos e Inversión.
La producción de imágenes en la región andina de la época, especialmente en Potosí, es inseparable de su telón de fondo: el trabajo en las minas y las consecuencias más negativas de la colonización. "La iconografía híbrida, que se desarrolla hasta el siglo XVIII fue, en parte, utilizada de manera doble: por un lado, como devoción oficial y, por otro, como soporte de mensajes de resistencia", señalan los comisarios de la muestra.
Después del Reina Sofia "Principio Potosí" viajará a la Haus der Kulturen derWelt de Berlín, al Museo Nacional de Arte de La Paz, y al Museo Nacional de Etnografía y Folclore de la capital boliviana.
A comienzos del siglo XVII la ciudad de Potosí, en Bolivia, tenía más población que París o Londres (160.000 habitantes). Una montaña blindada de plata, el Cerro Rico, absorbía la codicia del mundo partiéndolo en un antes y un después.
Según "Principio Potosí", la ambiciosa exposición que se podrá ver hasta el 6 de septiembre en el Museo Reina Sofía de Madrid, la modernidad y la globalización no tienen su origen en el racionalismo y la ilustración sino en la explotación colonial que precipito la mítica montaña.
La exposición contrasta ejemplos de pintura colonial andina con obras de artistas actuales para encontrar correspondencias entre el arte de los siglos XVI al XVIII y el mundo contemporáneo. Los artistas de diversos países (China, Rusia, Argentina) eligieron una pintura colonial como referencia.
Así, el checo Harun Farocki realizó un video inspirado en la Descripción del Cerro Rico e Imperial villa de Potosí, la boliviana María Galindo, a través de un video y unos graffitis, denuncia la dominación patriarcal a partir de los cuadros Virgen del Cerro y Las novicias. El ruso Chto Delat reflexiona sobre la nueva oligarquía rusa mientras que el argentino Eduardo Molinari denuncia en su obra el cultivo de la soja transgénica en Argentina.
La mayoría de las obras coloniales (22) proceden de Bolivia, casi todas inéditas en el extranjero. Asimismo se podrán apreciar cuatro obras de España y una de Bélgica. La exposición ha sido organizada por el Museo Reina Sofía y Haus der Kulturen der Welt de Berlín con la colaboración de los Ministerios de Cultura de Bolivia y España.
Para los comisarios de la exposición (Max Jorge Hinderer, Alice Creischer y Andreas Siekmann) "Principio Potosí trata de poner de manifiesto que las condiciones de la producción artística y la función que adopta el arte actual de legitimar a las nuevas élites de la globalización, tiene conexiones y paralelismos claros con la función ideológica de la pintura colonial". El paralelismo plantea cuatro puntos en común: Hegemonía, Acumulación, Derechos Humanos e Inversión.
La producción de imágenes en la región andina de la época, especialmente en Potosí, es inseparable de su telón de fondo: el trabajo en las minas y las consecuencias más negativas de la colonización. "La iconografía híbrida, que se desarrolla hasta el siglo XVIII fue, en parte, utilizada de manera doble: por un lado, como devoción oficial y, por otro, como soporte de mensajes de resistencia", señalan los comisarios de la muestra.
Después del Reina Sofia "Principio Potosí" viajará a la Haus der Kulturen derWelt de Berlín, al Museo Nacional de Arte de La Paz, y al Museo Nacional de Etnografía y Folclore de la capital boliviana.