Vuelven las marchas, bloqueos y huelgas
Articulan la primera movilización nacional contra el gobierno del MAS
Al comenzar su segundo mandato, el Presidente Evo Morales enfrenta tal vez la primera y la más intensa ola de protestas sociales desde que asumió el mando en enero de 2006.
Los médicos salieron a marchar este jueves; los maestros urbanos cumplen este viernes un paro nacional movilizado; se masifica una huelga de hambre de trabajadores fabriles; la Asociación Nacional de Suboficiales, Sargentos, Clases y Policías (Anssclapol) anunció que se sumaráa la movilización callejera; la ruta a Nor Yungas sigue bloqueada desde hace cinco días; y se masifican medidas de presión en la localidad de Puerto Suarez y en otras regiones del país.
En la primera gestión de gobierno del MAS, los trabajadores y el proletariado minero y fabril se alinearon detrás del Presidente Evo Morales y le brindaron su apoyo incondicional durante la denominada insurrección latifundista y neoliberal que amenazó con echar al traste el denominado “proceso de cambio” entre 2007 y 2009.
En ese período político, muchos sindicatos consideraban que era casi un delito de traición movilizarse en contra del primer presidente indígena de Bolivia, asediado por la ultraderecha y el imperialismo, y concentraron todos sus esfuerzos en la defensa del “proceso de cambio”, en desmedro de sus reivindicaciones sectoriales.
Luego de la derrota del golpe de la ultraderecha, el gobierno nacionalista de Morales no radicalizó su “revolución cultural” como todos esperan; al contrario, viró a la derecha y se fue alejando cada vez más del movimiento popular que lo había encumbrado en el poder.
El MAS defraudó a muchos y tuvo que pagar la factura en las elecciones regionales del 4 de abril. Desde entonces fue creciendo el desencanto popular y ahora se multiplican los paros, huelgas y las marchas callejeras en defensa de reivindicaciones sectoriales.
Varios factores acentuaron el malestar social de los últimos días, pero tal vez el detonante fue el proyecto del nuevo Código del Trabajo presentado por el gobierno de Morales, interpreta el abogado laboralista Gonzalo Trigoso.
Ya era tarde cuando el Vicepresidente Alvaro García Linera desechó por voluntad propia esa ley “antiobrera”, asustado por la ola de movilizaciones que se le venía encima, porque los trabajadores del país comenzaron a articular la primera movilización nacional contra el “miserable” aumento salarial del cinco por ciento ofrecido por el gobierno.
Se masifican las protestas
El ministro Walter Delgadillo asegura que entre 2002 y 2005 el incremento salarial total sumó 9,8 por ciento; mientras que de 2006 a 2009 el aumento real fue de 40,6 por ciento. Según la dirigente del magisterio paceño Vilma Plata, los ministros no conocen la realidad porque gozan de vivienda, alimentos, teléfono y transporte gratuitos.
“No queremos limosnas, queremos aumento del salario; 5 por ciento de aumento representa 40 bolivianos al mes o 1,30 bolivianos por día, eso no es incremento; sólo el transporte hasta la Ceja de El Alto cuesta 2,50 bolivianos”, reclama el dirigente del magisterio de La Paz Gonzalo Soruco.
“Ir al mercado es un drama para las esposas de los trabajadores porque el dinero no alcanza. El 5 por ciento de aumento significa 32 bolivianos al mes”, explica el dirigente fabril Angel Asturizaga. “Cinco por ciento de aumento representa 60 bolivianos por mes, dos bolivianos diarios”, añade el representante del sector Salud Angel Condori.
“Que el gobierno se decida de una vez si está con los pobres o con los capitalistas”, desafía el fabril Wilson Mamani, en huelga de hambre junto a más de 40 dirigentes que instalaron un piquete en la Confederación de Fabriles exigiendo un aumento salarial de al menos 12 por ciento.
Este jueves cientos de médicos marcharon en la ciudad de La Paz junto a enfermeras y trabajadores en salud en defensa de sus fuentes de trabajo, mientras que el magisterio nacional convocó este viernes un paro movilizado en todo el país.
El secretario general de la Anssclapol Edgar Ramos informóa radio Fides que el aumento salarial para su sector será apenas es de 3,5 por ciento. “Se ha determinado en una reunión declarar el estado de emergencia, conjuntamente los camaradas de la reserva, los jubilados, las esposas, para pedir a nuestro hermano Presidente el incremento del 25 por ciento”, anunció el uniformado.
De manera simultánea, se cumplió el quinto día de bloqueo en Nor Yungas, donde pobladores exigen la instalación de una planta de cítricos y la renuncia del Senador del MAS Fidel Surco, que pretende trasladar la planta a la localidad de Alto Beni. Seis puntos de bloqueo en la carretera Caranavi-La Paz dejaron varados a más de 700 vehículos.
Por otro lado, se declaró paro cívico en Puerto Suárez exigiendo la ejecución del proyecto siderúrgico del Mutún. A las cero horas de hoy se bloqueó la vía férrea y la carretera hacia la ciudad de Santa Cruz.
Además, la Confederación Nacional de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) se reunirá en Trinidad en los primeros días de mayo para preparar una marcha en defensa de sus territorios y de las autonomías indígenas.
El pasado fin de semana, miles de personas tomaron por la fuerza tierras de un ingenio azucarero en la ciudad de Santa Cruz y en la refriega una persona perdió la vida. Fue un llamado de atención al gobierno nacional, al gobierno departamental y al municipio, que deben acelerar la entrega de tierras y la construcción de viviendas para las familias necesitadas, admitió el Vicepresidente.
Se repite la historia
Bolivia vive supuestamente un proceso de cambio revolucionario, pero la lucha de clases continúa. Los movimientos sociales exigen en las calles mejores condiciones de vida y el gobierno les responde que es imposible atender todas sus demandas.
“Entendemos que hay todavía pendiente una serie de demandas en términos de salarios, pero ese es el esfuerzo que puede hacer el Estado para favorecer al sector asalariado; en los siguientes años por supuesto que tenemos que seguir mejorando los ingresos salariales de todos los bolivianos”, dijo el Vicepresidente García y aseguró que el gobierno está imposibilitado de mejorar el incremento del cinco por ciento porque “una parte del poco dinero que tiene el país es para salarios, pero paralelamente hay que crear nuevas industrias”.
“Quiero que entiendan los compañeros trabajadores, fabriles, maestros, salud, el Estado tiene que hacer otro esfuerzo para crear nuevas fuentes de empleo, para garantizar el bienestar de los niños y de los ancianos, para crear nuevas empresas, y para industrializar el gas y el petróleo”, reflexionó el mandatario.
Explicó que la renta dignidad para los ancianos le cuesta al Estado 270 millones de dólares año; crear una termoeléctrica para abastecer de energía al país requiere una inversión de 150 milmillones de dólares. “Necesitamos crear nuevas empresas, nuevas industrias, hidroeléctricas, termoeléctricas, pavimentar carreteras para que la actividad económica se dinamice y el hijo del trabajador que está hoy en huelga de hambre pueda tener también su fuente de empleo, o que seguramente varios de nuestros hermanos trabajadores que están en huelga de hambre ahorita tienen sus familiares, tiene su padre que recibe la Renta Dignidad, tiene su hijo que va a recibir su bono Juancito Pinto”.
El abogado Gonzalo Trigoso teme que se repita un escenario político como el que se vivió de 1982 a 1985 en el gobierno de la UDP, es decir que el gobierno de Morales termine asediado desde la derecha por fuerzas neoliberales y empresarios, y por el propio movimiento popular desde la izquierda.
Los gobiernos neoliberales del pasado solían culpar de todos los incendios sociales a los trotskistas y a otros “extremistas” agitadores. Y ahora el gobierno socialista comunitario del MAS denuncia que las corrientes trotskistas introducidas en el magisterio “pretenden desestabilizar el país” porque son “agentes del imperialismo norteamericano”. Bolpress.
Al comenzar su segundo mandato, el Presidente Evo Morales enfrenta tal vez la primera y la más intensa ola de protestas sociales desde que asumió el mando en enero de 2006.
Los médicos salieron a marchar este jueves; los maestros urbanos cumplen este viernes un paro nacional movilizado; se masifica una huelga de hambre de trabajadores fabriles; la Asociación Nacional de Suboficiales, Sargentos, Clases y Policías (Anssclapol) anunció que se sumaráa la movilización callejera; la ruta a Nor Yungas sigue bloqueada desde hace cinco días; y se masifican medidas de presión en la localidad de Puerto Suarez y en otras regiones del país.
En la primera gestión de gobierno del MAS, los trabajadores y el proletariado minero y fabril se alinearon detrás del Presidente Evo Morales y le brindaron su apoyo incondicional durante la denominada insurrección latifundista y neoliberal que amenazó con echar al traste el denominado “proceso de cambio” entre 2007 y 2009.
En ese período político, muchos sindicatos consideraban que era casi un delito de traición movilizarse en contra del primer presidente indígena de Bolivia, asediado por la ultraderecha y el imperialismo, y concentraron todos sus esfuerzos en la defensa del “proceso de cambio”, en desmedro de sus reivindicaciones sectoriales.
Luego de la derrota del golpe de la ultraderecha, el gobierno nacionalista de Morales no radicalizó su “revolución cultural” como todos esperan; al contrario, viró a la derecha y se fue alejando cada vez más del movimiento popular que lo había encumbrado en el poder.
El MAS defraudó a muchos y tuvo que pagar la factura en las elecciones regionales del 4 de abril. Desde entonces fue creciendo el desencanto popular y ahora se multiplican los paros, huelgas y las marchas callejeras en defensa de reivindicaciones sectoriales.
Varios factores acentuaron el malestar social de los últimos días, pero tal vez el detonante fue el proyecto del nuevo Código del Trabajo presentado por el gobierno de Morales, interpreta el abogado laboralista Gonzalo Trigoso.
Ya era tarde cuando el Vicepresidente Alvaro García Linera desechó por voluntad propia esa ley “antiobrera”, asustado por la ola de movilizaciones que se le venía encima, porque los trabajadores del país comenzaron a articular la primera movilización nacional contra el “miserable” aumento salarial del cinco por ciento ofrecido por el gobierno.
Se masifican las protestas
El ministro Walter Delgadillo asegura que entre 2002 y 2005 el incremento salarial total sumó 9,8 por ciento; mientras que de 2006 a 2009 el aumento real fue de 40,6 por ciento. Según la dirigente del magisterio paceño Vilma Plata, los ministros no conocen la realidad porque gozan de vivienda, alimentos, teléfono y transporte gratuitos.
“No queremos limosnas, queremos aumento del salario; 5 por ciento de aumento representa 40 bolivianos al mes o 1,30 bolivianos por día, eso no es incremento; sólo el transporte hasta la Ceja de El Alto cuesta 2,50 bolivianos”, reclama el dirigente del magisterio de La Paz Gonzalo Soruco.
“Ir al mercado es un drama para las esposas de los trabajadores porque el dinero no alcanza. El 5 por ciento de aumento significa 32 bolivianos al mes”, explica el dirigente fabril Angel Asturizaga. “Cinco por ciento de aumento representa 60 bolivianos por mes, dos bolivianos diarios”, añade el representante del sector Salud Angel Condori.
“Que el gobierno se decida de una vez si está con los pobres o con los capitalistas”, desafía el fabril Wilson Mamani, en huelga de hambre junto a más de 40 dirigentes que instalaron un piquete en la Confederación de Fabriles exigiendo un aumento salarial de al menos 12 por ciento.
Este jueves cientos de médicos marcharon en la ciudad de La Paz junto a enfermeras y trabajadores en salud en defensa de sus fuentes de trabajo, mientras que el magisterio nacional convocó este viernes un paro movilizado en todo el país.
El secretario general de la Anssclapol Edgar Ramos informóa radio Fides que el aumento salarial para su sector será apenas es de 3,5 por ciento. “Se ha determinado en una reunión declarar el estado de emergencia, conjuntamente los camaradas de la reserva, los jubilados, las esposas, para pedir a nuestro hermano Presidente el incremento del 25 por ciento”, anunció el uniformado.
De manera simultánea, se cumplió el quinto día de bloqueo en Nor Yungas, donde pobladores exigen la instalación de una planta de cítricos y la renuncia del Senador del MAS Fidel Surco, que pretende trasladar la planta a la localidad de Alto Beni. Seis puntos de bloqueo en la carretera Caranavi-La Paz dejaron varados a más de 700 vehículos.
Por otro lado, se declaró paro cívico en Puerto Suárez exigiendo la ejecución del proyecto siderúrgico del Mutún. A las cero horas de hoy se bloqueó la vía férrea y la carretera hacia la ciudad de Santa Cruz.
Además, la Confederación Nacional de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) se reunirá en Trinidad en los primeros días de mayo para preparar una marcha en defensa de sus territorios y de las autonomías indígenas.
El pasado fin de semana, miles de personas tomaron por la fuerza tierras de un ingenio azucarero en la ciudad de Santa Cruz y en la refriega una persona perdió la vida. Fue un llamado de atención al gobierno nacional, al gobierno departamental y al municipio, que deben acelerar la entrega de tierras y la construcción de viviendas para las familias necesitadas, admitió el Vicepresidente.
Se repite la historia
Bolivia vive supuestamente un proceso de cambio revolucionario, pero la lucha de clases continúa. Los movimientos sociales exigen en las calles mejores condiciones de vida y el gobierno les responde que es imposible atender todas sus demandas.
“Entendemos que hay todavía pendiente una serie de demandas en términos de salarios, pero ese es el esfuerzo que puede hacer el Estado para favorecer al sector asalariado; en los siguientes años por supuesto que tenemos que seguir mejorando los ingresos salariales de todos los bolivianos”, dijo el Vicepresidente García y aseguró que el gobierno está imposibilitado de mejorar el incremento del cinco por ciento porque “una parte del poco dinero que tiene el país es para salarios, pero paralelamente hay que crear nuevas industrias”.
“Quiero que entiendan los compañeros trabajadores, fabriles, maestros, salud, el Estado tiene que hacer otro esfuerzo para crear nuevas fuentes de empleo, para garantizar el bienestar de los niños y de los ancianos, para crear nuevas empresas, y para industrializar el gas y el petróleo”, reflexionó el mandatario.
Explicó que la renta dignidad para los ancianos le cuesta al Estado 270 millones de dólares año; crear una termoeléctrica para abastecer de energía al país requiere una inversión de 150 milmillones de dólares. “Necesitamos crear nuevas empresas, nuevas industrias, hidroeléctricas, termoeléctricas, pavimentar carreteras para que la actividad económica se dinamice y el hijo del trabajador que está hoy en huelga de hambre pueda tener también su fuente de empleo, o que seguramente varios de nuestros hermanos trabajadores que están en huelga de hambre ahorita tienen sus familiares, tiene su padre que recibe la Renta Dignidad, tiene su hijo que va a recibir su bono Juancito Pinto”.
El abogado Gonzalo Trigoso teme que se repita un escenario político como el que se vivió de 1982 a 1985 en el gobierno de la UDP, es decir que el gobierno de Morales termine asediado desde la derecha por fuerzas neoliberales y empresarios, y por el propio movimiento popular desde la izquierda.
Los gobiernos neoliberales del pasado solían culpar de todos los incendios sociales a los trotskistas y a otros “extremistas” agitadores. Y ahora el gobierno socialista comunitario del MAS denuncia que las corrientes trotskistas introducidas en el magisterio “pretenden desestabilizar el país” porque son “agentes del imperialismo norteamericano”. Bolpress.