El nazismo no fue sólo alemán
La película de Rose Bosch es la primera que aborda una urticante historia: en julio de 1940, la policía y los gendarmes franceses condujeron una gigantesca redada que hacinó a 25 mil judíos en un velódromo. La mitad murió en campos de concentración nazis.
Por John Lichfield *
A Francia le gusta apuntar su cámara hacia su propio pasado, bueno y malo. Pero uno de los más oscuros eventos en la historia francesa moderna ha sido casi prohibido en la pantalla... hasta ahora. Le Rafle (La redada), estrenada esta semana en el país galo, es la primera en ocuparse del más notorio episodio en la persecución de judíos franceses durante la Segunda Guerra Mundial. La película, que fue largamente celebrada por quienes asistieron a funciones privadas, cuenta la historia del arresto de 13 mil judíos parisinos, incluyendo a 4 mil niños, por la policía francesa y los gendarmes, en julio de 1942.
Los judíos, la mayoría nacidos en Francia y profundamente integrados a la vida parisina, fueron hacinados en un gigantesco estadio de ciclismo, el Vélodrome d’Hiver o Vél d’Hiv, cerca de la Torre Eiffel. Casi todos murieron en campos de concentración nazis.
Le Rafle llega para simbolizar la entusiasta participación en el Holocausto de muchos –no todos, claro– oficiales y policías franceses. También sirve para representar los esfuerzos de muchos otros franceses comunes para proteger a los judíos del arresto y la deportación. Las autoridades colaboracionistas en París llegaron a rodear a 25 mil judíos el 16 de julio de 1942: casi la mitad logró escapar.
La película seguramente causará un shock en el público de cine más joven y en las escuelas. El ministro de Educación, Luc Chatel, dijo que se asegurará de que llegue a todos los estudiantes de 17 y 18 años en una nueva red de video para escuelas, a partir de septiembre. El ex presidente Jacques Chirac saludó la voluntad del film de retratar “imágenes atroces de oficiales en uniformes franceses separando a madres de sus hijos, y tirándolos brutalmente en vagones de la muerte”. En un artículo periodístico, Chirac recordó que, poco después de su arribo al Palacio Elíseo en 1995, se convirtió en el primer líder francés en admitir oficialmente que el Estado había jugado un rol activo en el Holocausto.
“No puede haber una gran nación, una unidad nacional, sin la voluntad de recordar”, escribió. En otras palabras, a Francia le tomó medio siglo enfrentar su parte en la persecución y masacre de los judíos a manos de los nazis. Tomó incluso más de tres décadas que el tema siquiera pudiera tocarse abiertamente. El celebrado documental suizo Le Chagrin et Le Pitié (Marcel Ophuls, 1969), sobre el colaboracionismo y la persecución de judíos en Clermont Ferrand, fue prohibido en las pantallas francesas hasta 1981.
Desde entonces, el destino de los judíos en Francia entre 1940 y 1944 es un tema que han tocado varias películas francesas. Sólo un par incluyeron referencias a la redada del Vél d’Hiv. Pero esta película, dirigida por Rose Bosch, es la primera que hace de ese suceso su tema central. Entre sus protagonistas está un popular comediante de stand-up franco-judío, Gad Elmaleh: la película sigue la historia de una familia judía entre los cientos que fueron arrancados de sus hogares por la policía francesa. El guión está basado en las experiencias de Joseph Weisman, que tenía once años en ese momento y pudo escapar de la deportación.
“Vi la película dos veces”, dijo Weisman esta semana. “Pero en realidad la primera vez no la vi de verdad. Desde la primerísima escena fue como si me arrastraran a través de la pantalla. Estaba otra vez entre esa muchedumbre de chicos y viejos, hombres, mujeres, gendarmes, militares. Fue como si el tiempo hubiera desaparecido. La segunda vez me forcé a mí mismo a mirarla apropiadamente. Nadie podría haber contado mejor esta historia. El circuito de ciclismo, el modo en que se veía, lo que se sentía, está representado tal como en 1942.”
En parte debido a las asociaciones que despertaba, el velódromo fue demolido tras la guerra, y reemplazado por edificios de departamentos. Para filmar la película se creó una réplica de la mitad del tamaño original en Hungría. Serge Klarsfeld (73 años), veterano activista francés por la conservación de las memorias del Holocausto, dijo que el mayor logro del film es que “compensa la completa ausencia de imágenes históricas. No hay una sola fotografía que recuerde lo que pasó en el Vél d’Hiv”. Se estima que entre 1940 y 1944 fueron deportados desde Francia 76 mil judíos; se cree que sólo unos pocos miles sobrevivieron a los campos de la muerte del nazismo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Por John Lichfield *
A Francia le gusta apuntar su cámara hacia su propio pasado, bueno y malo. Pero uno de los más oscuros eventos en la historia francesa moderna ha sido casi prohibido en la pantalla... hasta ahora. Le Rafle (La redada), estrenada esta semana en el país galo, es la primera en ocuparse del más notorio episodio en la persecución de judíos franceses durante la Segunda Guerra Mundial. La película, que fue largamente celebrada por quienes asistieron a funciones privadas, cuenta la historia del arresto de 13 mil judíos parisinos, incluyendo a 4 mil niños, por la policía francesa y los gendarmes, en julio de 1942.
Los judíos, la mayoría nacidos en Francia y profundamente integrados a la vida parisina, fueron hacinados en un gigantesco estadio de ciclismo, el Vélodrome d’Hiver o Vél d’Hiv, cerca de la Torre Eiffel. Casi todos murieron en campos de concentración nazis.
Le Rafle llega para simbolizar la entusiasta participación en el Holocausto de muchos –no todos, claro– oficiales y policías franceses. También sirve para representar los esfuerzos de muchos otros franceses comunes para proteger a los judíos del arresto y la deportación. Las autoridades colaboracionistas en París llegaron a rodear a 25 mil judíos el 16 de julio de 1942: casi la mitad logró escapar.
La película seguramente causará un shock en el público de cine más joven y en las escuelas. El ministro de Educación, Luc Chatel, dijo que se asegurará de que llegue a todos los estudiantes de 17 y 18 años en una nueva red de video para escuelas, a partir de septiembre. El ex presidente Jacques Chirac saludó la voluntad del film de retratar “imágenes atroces de oficiales en uniformes franceses separando a madres de sus hijos, y tirándolos brutalmente en vagones de la muerte”. En un artículo periodístico, Chirac recordó que, poco después de su arribo al Palacio Elíseo en 1995, se convirtió en el primer líder francés en admitir oficialmente que el Estado había jugado un rol activo en el Holocausto.
“No puede haber una gran nación, una unidad nacional, sin la voluntad de recordar”, escribió. En otras palabras, a Francia le tomó medio siglo enfrentar su parte en la persecución y masacre de los judíos a manos de los nazis. Tomó incluso más de tres décadas que el tema siquiera pudiera tocarse abiertamente. El celebrado documental suizo Le Chagrin et Le Pitié (Marcel Ophuls, 1969), sobre el colaboracionismo y la persecución de judíos en Clermont Ferrand, fue prohibido en las pantallas francesas hasta 1981.
Desde entonces, el destino de los judíos en Francia entre 1940 y 1944 es un tema que han tocado varias películas francesas. Sólo un par incluyeron referencias a la redada del Vél d’Hiv. Pero esta película, dirigida por Rose Bosch, es la primera que hace de ese suceso su tema central. Entre sus protagonistas está un popular comediante de stand-up franco-judío, Gad Elmaleh: la película sigue la historia de una familia judía entre los cientos que fueron arrancados de sus hogares por la policía francesa. El guión está basado en las experiencias de Joseph Weisman, que tenía once años en ese momento y pudo escapar de la deportación.
“Vi la película dos veces”, dijo Weisman esta semana. “Pero en realidad la primera vez no la vi de verdad. Desde la primerísima escena fue como si me arrastraran a través de la pantalla. Estaba otra vez entre esa muchedumbre de chicos y viejos, hombres, mujeres, gendarmes, militares. Fue como si el tiempo hubiera desaparecido. La segunda vez me forcé a mí mismo a mirarla apropiadamente. Nadie podría haber contado mejor esta historia. El circuito de ciclismo, el modo en que se veía, lo que se sentía, está representado tal como en 1942.”
En parte debido a las asociaciones que despertaba, el velódromo fue demolido tras la guerra, y reemplazado por edificios de departamentos. Para filmar la película se creó una réplica de la mitad del tamaño original en Hungría. Serge Klarsfeld (73 años), veterano activista francés por la conservación de las memorias del Holocausto, dijo que el mayor logro del film es que “compensa la completa ausencia de imágenes históricas. No hay una sola fotografía que recuerde lo que pasó en el Vél d’Hiv”. Se estima que entre 1940 y 1944 fueron deportados desde Francia 76 mil judíos; se cree que sólo unos pocos miles sobrevivieron a los campos de la muerte del nazismo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.