Hígado graso: ¿Qué comer para reducir la inflamación y eliminar la grasa acumulada?

Adoptar una dieta adecuada es una de las estrategias más efectivas para revertirlo y mejorar la salud del hígado de forma natural

Infobae

El hígado graso —tanto el metabólico como el asociado al consumo de alcohol— se caracteriza por la acumulación anormal de lípidos en las células hepáticas. Esta condición está vinculada al consumo excesivo de azúcares, carbohidratos refinados, ultraprocesados y a estilos de vida sedentarios.


Sin embargo, la evidencia científica muestra que una alimentación balanceada puede revertir significativamente el daño, mejorar la función hepática y reducir la inflamación.

Vegetales crucíferos: aliados potentes en la desintoxicación

Brócoli, coliflor, col rizada y repollo o col activan enzimas que ayudan al hígado a procesar toxinas y a disminuir la acumulación grasa. Son ricos en fibra y antioxidantes, por lo que su consumo frecuente contribuye a reducir marcadores inflamatorios.

Verduras de hoja verde para limpiar el organismo

Espinacas, acelgas, rúcula y lechuga aportan compuestos bioactivos que favorecen la desintoxicación y mejoran la sensibilidad a la insulina. Su bajo contenido calórico las convierte en un elemento fundamental para quienes buscan reducir peso, una meta crucial en el tratamiento del hígado graso.

Cítricos y limón: antioxidantes al rescate

El limón, la naranja y la toronja contienen vitamina C y flavonoides que estimulan la producción de enzimas hepáticas. Estas sustancias favorecen la eliminación de compuestos tóxicos y la regeneración celular.

Ajo: pequeño pero poderoso

El ajo está compuesto por alicina y otros compuestos sulfurados que promueven la desintoxicación y ayudan a disminuir triglicéridos, un factor ligado al desarrollo del hígado graso. Además, tiene efecto antiinflamatorio.

Aguacate y aceite de oliva: grasas buenas para un hígado sano

El aguacate es fuente de glutatión, un antioxidante esencial para proteger al hígado del daño oxidativo. Por su parte, el aceite de oliva extra virgen, consumido con moderación, ayuda a mejorar los niveles de grasa hepática y fortalece la salud cardiovascular.

Frutas antioxidantes y cereales integrales

Arándanos, moras, fresas y uvas oscuras contienen polifenoles que protegen las células hepáticas del estrés oxidativo. La avena y los cereales integrales aportan fibra soluble, fundamental para controlar el colesterol y estabilizar los niveles de glucosa.

Frutos secos y té verde: combinación antiinflamatoria

Nueces y almendras aportan grasas saludables y antioxidantes con efectos protectores. El té verde destaca por su contenido de catequinas, sustancias que pueden reducir la acumulación de grasa en el hígado y favorecer la pérdida de peso.

Zanahoria y remolacha: impulsores de la regeneración celular

La zanahoria y la remolacha, conocido como betabel, son dos de las hortalizas más recomendadas para quienes buscan mejorar la salud del hígado, especialmente en casos de hígado graso.

Su valor radica en la combinación de antioxidantes, vitaminas y compuestos bioactivos que favorecen la regeneración celular y el proceso de desintoxicación hepática. También aporta fibra soluble, que ayuda a reducir los niveles de colesterol y a mejorar el tránsito intestinal, lo que disminuye la carga toxicológica que el hígado debe procesar.

Alimentos que deben limitarse para proteger el hígado

Para mejorar la función hepática, especialistas recomiendan evitar:

  • Azúcares añadidos como refrescos, postres y pan dulce.
  • Harinas refinadas.
  • Grasas trans y frituras.
  • Alcohol.
  • Productos ultraprocesados.

Un cambio de hábitos que sí hace la diferencia

La combinación de una dieta equilibrada, actividad física regular y control de enfermedades como diabetes, colesterol alto y obesidad puede revertir el hígado graso en etapas tempranas. Adoptar estos alimentos no solo mejora la salud del hígado, sino que fortalece todo el sistema metabólico.

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