El presidente depuesto de Guinea-Bisáu, Umaro Sissoco Embaló, busca asilo en Senegal tras un golpe militar
Los militares instauraron un gobierno provisional liderado por el general Horta Inta-a y declararon un año de transición
InfobaeUmaro Sissoco Embaló, depuesto presidente de Guinea-Bisáu, llegó a Senegal un día después de que oficiales militares concretaran un golpe de Estado tras las elecciones presidenciales, según confirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Senegal.
El miércoles, militares irrumpieron en la televisión estatal de Guinea-Bisáu para anunciar la destitución de Embaló y la instauración de un gobierno provisional liderado por el general Horta Inta-a.
El nuevo líder militar se comprometió a guiar un proceso de transición durante un año. Según explicaron los militares en cadena nacional, la asonada respondía a lo que consideraron “incapacidad de los actores políticos para frenar el deterioro del clima político”.
El portavoz militar, Dinis N’Tchama, acusó a dirigentes nacionales y extranjeros de planear una manipulación de los resultados electorales y de intentar desestabilizar el país.
Por su parte, el gobierno de Senegal subrayó que mantuvo “comunicación directa con todos los actores relevantes en Guinea-Bisáu” desde el inicio de la crisis, para facilitar la liberación de Embaló y otros políticos detenidos, así como la reapertura de las fronteras terrestres.
La intervención senegalesa incluyó la participación del presidente Diomaye Faye en la cumbre extraordinaria de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), que condenó el golpe, exigió el restablecimiento del orden constitucional y reclamó la liberación de los detenidos.
Por otro lado, la Comisión de la Unión Africana también condenó la acción militar. Su presidente, Mahmoud Ali Youssouf, pidió respeto al proceso electoral y el regreso sin condiciones de Embaló y otras autoridades constitucionales.
Desde la CEDEAO, el presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio, anticipó que la respuesta regional sería “firme, basada en principios y coherente con nuestra historia”. Francia, entre otros países, se sumó a la condena y exhortó a preservar el orden constitucional.
La crisis política se precipitó tras las elecciones presidenciales y legislativas del domingo, en las que tanto Embaló como su principal adversario, Fernando Días da Costa, se autoproclamaron ganadores.
Luego, la exclusión de Domingos Simoes Pereira, candidato cuya postulación fue invalidada, llevó al Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde a respaldar a Días da Costa, con la intención de desplazar a Embaló.
El clima de tensión aumentó cuando ambas partes denunciaron fraude y manipulación de los resultados, antes de difundirse el veredicto oficial.
Tras el golpe, la oposición convocó movilizaciones para exigir la publicación de los resultados y rechazar la intervención militar. La nueva junta prohibió cualquier protesta o acto que “perturbe la paz y la estabilidad en el país”.
Guinea-Bisáu, con unos 2,2 millones de habitantes y considerada uno de los países más pobres del mundo, ha registrado repetidos golpes de Estado e intentos de caída de presidentes desde su independencia de Portugal hace más de 50 años.

El territorio es además un punto estratégico para el narcotráfico entre América Latina y Europa, lo que según diversos informes alimenta ciclos recurrentes de inestabilidad y crisis política.


