UNICEF alertó que el avance del huracán Melissa pone en riesgo a 1,6 millones de niños en todo el Caribe
El ciclón ya ha dejado víctimas fatales y desplazamientos, y amenaza con provocar graves daños en Haití, Jamaica, Cuba y República Dominicana, donde la organización coordina acciones de emergencia para proteger a la infancia
El huracán Melissa avanza a baja velocidad —alrededor de seis kilómetros por hora— y las proyecciones del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos lo ubican rumbo a Jamaica, donde podría tocar tierra como un huracán mayor entre lunes y martes.

La emergencia ya ha dejado víctimas. Haití reportó tres fallecidos, mientras que en la República Dominicana miles de personas han perdido el acceso al agua potable y varias comunidades han debido evacuar.
Las autoridades de Jamaica han advertido a la población sobre el peligro inminente y recalcan que la “furia” de Melissa podría sentirse en toda la isla. En respuesta, se han activado protocolos de evacuación y refugios en las zonas más expuestas.
Además de los riesgos inmediatos para la vida y la infraestructura, la vulnerabilidad de la infancia en estas situaciones es una preocupación central de las agencias humanitarias.
Benes subrayó que reforzar la preparación y la respuesta de emergencia es clave para minimizar el impacto de Melissa.
“UNICEF ayuda a fortalecer las capacidades nacionales para anticipar y responder a las emergencias relacionadas con el clima y para brindar servicios esenciales a la infancia. Esto es fundamental para proteger a quienes más lo necesitan”, destacó.
Entre las acciones implementadas están el almacenamiento previo de suministros como kits de higiene, pastillas potabilizadoras, contenedores de agua, insumos médicos y la entrega de fondos a familias en riesgo, principalmente en el sur de Haití. Además, se han impulsado sistemas de alerta temprana y comunicación en coordinación con autoridades y diversas organizaciones locales.
Durante la última década, UNICEF estima que cada año unos 11 millones de personas —incluyendo casi 4 millones de niños, niñas y adolescentes— se ven afectados por desastres naturales y emergencias climáticas en América Latina y el Caribe. Para 2025, la agencia solicitó 19 millones de dólares para reforzar la preparación y la capacidad de respuesta, con el objetivo de contener el impacto de ciclones, huracanes y crisis similares sobre los más vulnerables.
La temporada de huracanes del Atlántico de este año ya contabiliza trece ciclones, con Melissa sumándose a tormentas como Erin, Gabrielle, Humberto e Imelda. Hasta el momento, solo Chantal impactó territorio estadounidense, dejando dos víctimas mortales en Carolina del Norte.
La situación impulsa una vez más el llamado a una respuesta internacional coordinada. Melissa se suma a una serie de fenómenos recientes que subrayan la urgencia de invertir en resiliencia y planificación, especialmente en niños y en familias que viven en áreas de alta exposición, sean costeras o rurales.
UNICEF insiste en que el acceso seguro a agua, saneamiento y refugio debe garantizarse como prioridad absoluta en la asistencia.
Mientras el ciclón mantiene en vilo a la región, la combinación de infraestructura frágil, recursos limitados y exposición al cambio climático multiplica el peligro para la infancia.
La experiencia reciente frente a desastres extremos demuestra que las comunidades mejor preparadas logran salvar más vidas y recuperarse más rápido tras el paso de la emergencia. Por eso, UNICEF urge a los gobiernos, aliados humanitarios y donantes globales a redoblar el apoyo y anticipar recursos para hacer frente a amenazas como Melissa y proteger el futuro de millones de niños caribeños.


