Regreso a la Luna: la NASA reabrió el contrato por los retrasos de SpaceX

Los retrasos del sistema Starship de Elon Musk abren la puerta a Blue Origin de Jeff Bezos para adelantarse en la misión que marcará el regreso humano a la Luna

El anuncio introduce un nuevo capítulo en la creciente rivalidad entre Elon Musk y Bezos, que llevan años compitiendo por contratos gubernamentales y supremacía tecnológica en el espacio. SpaceX, con su sistema de lanzamiento Starship, tiene desde 2021 un acuerdo con la NASA valorado actualmente en unos 4.400 millones de dólares para llevar a seres humanos a la superficie lunar en 2027.

Sin embargo, la compañía de Musk acumula retrasos significativos en el desarrollo de su sistema de alunizaje. Las pruebas del Starship, aunque cada vez más exitosas, han sufrido explosiones y demoras que preocupan a los responsables del programa Artemis. La NASA no ha confirmado aún si la apertura del contrato implicará un nuevo proceso formal de licitación, pero las declaraciones de Duffy sugieren una revisión de los tiempos y prioridades.

Un cohete Super Heavy de
Un cohete Super Heavy de SpaceX que transporta la nave espacial Starship despega en su undécimo vuelo de prueba en la plataforma de lanzamiento de la compañía en Starbase, Texas, EEUU, el 13 de octubre de 2025 (REUTERS/Steve Nesius)

Blue Origin, por su parte, firmó en 2023 un contrato con la NASA para misiones Artemis posteriores con su módulo Blue Moon, tras años de litigios y presiones políticas para que la agencia seleccionara un segundo proveedor como respaldo a SpaceX. Si se abre la competencia por Artemis 3, Bezos tendría la oportunidad de adelantarse a su rival en una misión que marcaría el regreso humano a la Luna por primera vez desde el Apolo 17, en 1972.

La decisión de Duffy también tiene implicaciones geopolíticas. Washington ve la carrera lunar como un nuevo frente estratégico frente a China, cuyo programa espacial tiene como objetivo colocar astronautas en la superficie lunar antes de 2030. “Van retrasados, y por eso el presidente quiere asegurarse de que ganamos a los chinos”, dijo Duffy, en referencia al presidente Donald Trump, que ha exigido resultados antes de finalizar su mandato en enero de 2029.

El programa Artemis —concebido como la continuación del legado Apolo— busca establecer una presencia humana sostenible en la Luna como paso previo a misiones tripuladas a Marte. En su desarrollo participan contratistas como Boeing, Northrop Grumman y Lockheed Martin, responsables de componentes del sistema de lanzamiento y de la cápsula Orion.

Artemis 2, la misión previa a la del alunizaje, consistirá en un vuelo tripulado de diez días alrededor de la Luna. Según Duffy, está previsto para abril, aunque podría adelantarse a febrero de 2026. La tripulación, integrada por tres estadounidenses y un canadiense, servirá como ensayo general para las operaciones y sistemas de soporte vital que se emplearán en Artemis 3.

El contrato, con un valor
El contrato, con un valor de 190 millones de dólares, se otorgó a través del programa de Servicios de Carga Lunar Comercial (CLPS) de la NASA (EFE)

En caso de confirmarse una reapertura contractual, la NASA apostaría por diversificar proveedores y reducir riesgos tecnológicos. Los analistas del sector aeroespacial señalan que esta competencia interna podría acelerar la innovación, pero también encarecer el proyecto, cuyo presupuesto total se estima en más de 90.000 millones de dólares desde su inicio en 2012.

SpaceX no ha respondido públicamente a las declaraciones de Duffy. La empresa continúa realizando vuelos de prueba del sistema Starship desde su base en Boca Chica (Texas), mientras avanza en la certificación de seguridad necesaria para vuelos tripulados. Musk ha prometido realizar un vuelo orbital completo antes de fin de año, un requisito clave para mantener su posición dentro del cronograma de la NASA.

Blue Origin, en cambio, ha intensificado su campaña pública para presentarse como la alternativa “confiable y sostenible” del programa lunar. Su módulo Blue Moon, diseñado para transportar hasta 20 toneladas de carga, apunta a convertirse en un vehículo reutilizable con capacidad para futuras misiones científicas y comerciales.

Con el tiempo en contra y la presión política en aumento, la NASA enfrenta un dilema histórico: mantener su alianza con SpaceX o apostar por una competencia abierta que redefina la carrera lunar estadounidense. En cualquier caso, el regreso del ser humano a la Luna, previsto para 2027, se perfila como el gran examen tecnológico y simbólico de esta nueva era espacial.

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