¿Por qué ganó Rodrigo Paz en Bolivia? Las claves detrás de una elección que consolida la sorpresa de la primera vuelta
Aunque lleva más de dos décadas en la política, Paz logró armar un discurso de renovación que contrasta con la dirigencia tradicional. Analistas ven que entendió el voto identitario y que convenció con una propuesta económica gradual
InfobaeEl senador centrista Rodrigo Paz será el próximo presidente de Bolivia. En una tendencia irreversible del conteo preliminar de resultados, el Partido Demócrata Cristiano ganó el balotaje con el 54,5% de los votos, frente al 45,5% de la alianza Libre que postulaba al ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002).
La conclusión evidente apunta a que en este proceso electoral venció “lo nuevo” sobre la política tradicional, aunque Paz es un político que lleva más de dos décadas ocupando cargos en el Parlamento y en la ciudad sureña de Tarija, de la que fue concejal y alcalde.
Con un perfil bajo a nivel nacional y lejos de la polémica política, Paz logró capitalizar el concepto de “renovación” en contraste con sus adversarios, muchos de los cuales estaban en primera plana de la agenda política desde los años 90.

Al presidente electo también lo benefició su acompañante de fórmula, Edmand Lara, un ex capitán de Policía que se hizo famoso en redes sociales por denunciar corrupción dentro de la institución y que tras ser destituido se dedicó a la venta de ropa usada en ferias ambulantes, como miles de personas en Bolivia.
Para la socióloga y analista política Luciana Jáuregui, lo renovador en el binomio fue su discurso que, lejos de la tendencia de los últimos años, no buscó polarizar al país sino posicionarse como una opción de centro para atraer a todos los sectores. “Ellos te están diciendo basta de la polarización, no alcanza con el antimasismo, hay que unificarse para salvar al país de la crisis. El discurso es lo renovador. Paz es un outsider en términos de posición respecto a lo que era la política tradicional hasta ahora”, explicó a Infobae.

Hay condiciones objetivas para entender por qué el telón de fondo en esta elección era un cambio en la conducción económica del país, que está sumido en una profunda crisis financiera desde hace más de dos años y que marcó el fin del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que gobierna desde 2006 con excepción de un año. Lo que estaba en juego era la radicalidad de ese cambio y las consecuencias del ajuste económico inevitable de los próximos meses.
En ese marco, ambos candidatos plantearon políticas liberales como la reducción del gasto público, reformas tributarias y fomento al comercio exterior; pero discreparon en el origen de los dólares: Quiroga planteaba recurrir al Fondo Monetario Internacional para una inyección inicial de divisas, mientras que Paz apostó por un ajuste gradual centrado en reestructurar la administración fiscal y disponer de créditos ya comprometidos.
El analista y consultor en comunicación política, Carlos Saavedra, apunta que el miedo a las consecuencias de la política de ajuste de Quiroga fue determinante. “La gente tenía miedo de que una opción de cambio radical al modelo del MAS, se instaló la idea de que una política de shock a la economía y pueda generarle conflictividad en los sectores vulnerables”, afirmó.
Paz sedujo al electorado con un plan experimental denominado “capitalismo para todos” que empatiza con los sectores informales de la economía, que representan el 85% de la fuerza laboral del país, con propuestas como reducir impuestos, créditos a bajos intereses, la continuidad de los bonos sociales e incluso multiplicar el monto de algunos.
“La piel ordena la política en Bolivia”
Si bien ni Rodrigo Paz ni Edmand Lara son indígenas ni campesinos, lograron empatizar con lo que Jáuregui denomina “el nuevo sujeto urbano popular”, que representa a quienes tienen origen campesino pero que han migrado a ciudades intermedias, se han profesionalizado y se ha integrado al mercado con nuevos hábitos de consumo. Sin embargo, advierte la analista, “siguen siendo subalternos en términos de dominación cultural porque tienen identidades asociadas a lo indígena”.
Saavedra apunta que “quien interpreta la identidad de raigambre indígena y popular tiene gran posibilidad de ganar una elección” y afirma que “la piel ordena la política en Bolivia”.
La simbiosis entre ese voto identitario con la pulsión de renovación y la gradualidad de sus propuestas económicas, se resumen para Jáuregui como un voto de “contención“ de los sectores populares frente a la posibilidad del retorno de la derecha tradicional. “Ha sido una negación a un proyecto de cambio radical. El mensaje es: cambio sí, pero hay cosas que son irreversibles y deben preservarse”, explica.
El senador Paz se convirtió en el elegido en regiones que antiguamente eran los bastiones del MAS: sumó el 65% de los votos en La Paz y más del 60% en Cochabamba. Solo perdió en Beni y Santa Cruz, regiones tradicionalmente alineadas a la derecha y de oposición al MAS; y en Tarija, la ciudad a la que representó en el Parlamento y de la que fue alcalde en una gestión que acabó en medio de cuestionamientos y denuncias de corrupción.
El contraste entre ambos candidatos se puede graficar en cómo se mostraron en los últimos años: Quiroga apeló a las clases medias tradicionales y proyectó su figura como un crítico de los autoritarismos regionales y fervor opositor al MAS, mientras Paz optó por una cercanía directa con la gente, recorriendo los rincones del país en moto, bailando en festivales folklóricos populares y esquivando la controversia. Lo que vino después ya es parte de la historia reciente.