Estados Unidos postergó por un año la aplicación de restricciones sobre las exportaciones hacia empresas chinas
La medida abarca componentes tecnológicos y se suma a la reducción de aranceles y otros compromisos comerciales asumidos entre ambos países tras la cumbre de Donald Trump y Xi Jinping en Corea del Sur
“Vamos a suspenderlo durante un año a cambio de la suspensión del régimen de licencias de tierras raras”, dijo Bessent.
El funcionario estadounidense explicó que el tema de la llamada “lista de entidades” (un instrumento que restringe el acceso de ciertas empresas a bienes estratégicos, como los semiconductores avanzados) resultó central en la negociación entre Washington y Beijing.
La lista había sido ampliada a finales de septiembre para incluir subsidiarias controladas mayoritariamente por empresas chinas ya sancionadas.
“Es muy interesante ver qué era lo más importante para China y qué les estamos dando en respuesta”, señaló Bessent en una entrevista televisiva, aludiendo al impacto económico y tecnológico de las restricciones.
Además del aplazamiento sobre la lista de entidades, el secretario del Tesoro confirmó que Estados Unidos acordó retrasar la entrada en vigor de otras restricciones y tarifas. Estas incluían la imposición de tasas a buques chinos y potenciales aranceles adicionales a contenedores marítimos y equipos industriales fabricados en ese país.
Estas medidas respondían originalmente a los resultados de una investigación sobre prácticas consideradas desleales por parte de armadores y logísticas chinas, pero la Casa Blanca optó por mantener el diálogo abierto tras la cumbre bilateral celebrada en Busan, Corea del Sur.
El encuentro entre Trump y Xi en Corea del Sur derivó en una serie de disposiciones asociadas a la desescalada de la guerra comercial, incluyendo la reducción arancelaria, el levantamiento de restricciones en el comercio bilateral y el compromiso de avanzar en otros temas tratados en la cumbre, como la cooperación entre ambos países respecto a la crisis en Ucrania.
Uno de los puntos más destacados involucra el sector agroexportador estadounidense.
El secretario Bessent anunció que “los chinos han acordado comprar 12 millones de toneladas de soja durante esta temporada, entre ahora y enero, y luego, durante los próximos tres años, comprarán un mínimo de 25 millones de toneladas por año”. Esta meta permitirá a los productores estadounidenses recuperar y expandir el mercado perdido por las represalias impuestas durante la guerra arancelaria.
Según cifras oficiales, China adquirió alrededor de 27 millones de toneladas de soja estadounidense en 2024. El nuevo compromiso asegura una demanda sostenida para el principal producto agrícola de exportación de Estados Unidos e impulsa la estabilidad de los precios internacionales del grano.
El Ministerio de Comercio chino confirmó el aumento de compras de bienes agrícolas estadounidenses, aunque sin detallar volúmenes específicos.
El impacto del acuerdo no se limita al intercambio con China. Bessent destacó que Estados Unidos firmó tratados comerciales con países del sudeste asiático para colocar 19 millones de toneladas adicionales de soja, tras el cierre de las negociaciones en Corea del Sur.
“Nuestros grandes productores de soja, a quienes los chinos utilizaban como peones políticos, ya no están en peligro y deberían prosperar en los próximos años”, afirmó el secretario Bessent
“Este acuerdo es la culminación de todo ello y pone en marcha grandes acuerdos de compra para los próximos tres años y medio”, remarcó.
Al margen de los compromisos en el rubro agrícola, la cumbre dejó avances en la reducción de aranceles sobre productos farmacéuticos, como el fentanilo, y en la suspensión de restricciones a ventas de tierras raras, insumos considerados estratégicos para las industrias tecnológicas y energéticas de ambas potencias.

Trump sostuvo que el problema de las tierras raras ya se considera “solucionado”.
Las partes coincidieron en remarcar el papel de estos acuerdos en la estabilidad de los mercados globales y la necesidad de mantener abierto el diálogo entre Washington y Beijing para resolver futuras controversias en el plano económico y comercial.


