El desafío de la cumbre Trump-Putin: ¿cómo hará el “Kremlin volador” para evitar las sanciones aéreas y llegar a Hungría?
El presidente ruso busca viajar a Budapest para concretar una reunión con Donald Trump, pero enfrenta el veto aéreo impuesto por la Unión Europea tras la invasión de Ucrania
Desde la invasión rusa a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, la UE emitió sanciones que incluyen la congelación de activos de Putin y del ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, así como la prohibición general para aeronaves rusas de sobrevolar el espacio aéreo de los 27 países miembros. Además, países vecinos de Hungría que forman parte de la OTAN reforzaron sus restricciones. Ante este contexto, cualquier desplazamiento de Putin requeriría exenciones específicas aprobadas por los estados miembros relevantes.

Según declaraciones recogidas por la BBC, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que “por ahora, claro, no está claro” el formato y los detalles logísticos del viaje. “Lo que sí tenemos es la disposición de los presidentes a celebrar dicha reunión”, añadió.
Pese a las sanciones, la portavoz de la Comisión Europea, Anitta Hipper, dijo el viernes que “en términos de la dirección del viaje, los Estados miembros pueden otorgar derogaciones, pero deben ser otorgadas por los Estados miembros individualmente”. La OTAN también ha remitido el asunto a las autoridades nacionales correspondientes y, dado que Trump está involucrado, algunos analistas consideran posible que las autorizaciones sean finalmente concedidas. Según el medio británico, “es poco probable que la UE cree obstáculos”.

Sin embargo, el trayecto aéreo representa el principal inconveniente. Sobrevolar Ucrania y Polonia está descartado por la escalada de tensiones. La ruta más factible implicaría volar sobre la costa oriental del Mar Negro y Turquía y luego a través de Bulgaria o Rumania, ambos miembros de la UE y la OTAN, para que otorguen el permiso especial y escolten la aeronave. Alternativamente, Putin podría tomar una ruta más larga vía Turquía, bordeando Grecia y transitando por Montenegro y Serbia, aunque esto aumentaría el tiempo y los riesgos del viaje.
La BBC contactó a los ministerios de Asuntos Exteriores de Bulgaria y Rumania para obtener comentarios sobre la eventual autorización, sin respuesta pública confirmada hasta el momento. Serbia, candidata a la UE pero no miembro, mantiene vuelos directos desde Moscú, lo que podría facilitar parte del recorrido aéreo.
Mientras los preparativos avanzan, Orban confirmó recientemente en su página de Facebook que los trabajos para la cumbre “están en plena marcha” y recalcó que Bruselas no participará en el proceso, argumentando que “la UE es partidaria de la guerra”. La Comisión Europea, por su parte, señaló que toda reunión que apoye “una paz justa y duradera para Ucrania” es bienvenida.
La posibilidad de que Putin viaje a Budapest, favorecido por la buena relación con Orban y el contexto electoral húngaro, añade una dimensión compleja a los equilibrios diplomáticos en la región y plantea retos ante el esquema de sanciones vigente en la UE.