Advertidos pero confiados

Después de las dos derrotas seguidas, el equipo hizo autocrítica mientras que desde el club se quiere cortar por lo sano cualquier posible relajación.

Sergi de Juan
As
Las dos derrotas consecutivas ante PSG y Sevilla provocaron que el Barcelona se fuera al parón sin el liderato y con muchas dudas en la cabeza. Sin caer en alarmismos, porque los resultados globales no son malos, hay la sensación que el equipo no tiene la misma intensidad, solidaridad, frescura y brillantez que la temporada pasada.

Hansi Flick fue duro con sus jugadores cuando dijo aquello de “los egos matan el éxito” después del partido contra el Rayo Vallecano, pero se mostró mucho más comprensivo con el equipo tras caer en Sevilla aunque ya les avisó que en la vuelta tocaba trabajar. “Es bueno tener un parón y que tengan un ambiente diferente en la selección. Cuando vuelvan, intentaremos mejorar y trabajar duro para recuperar nuestro nivel”, aseguró.

El entrenador alemán no se ha estado de brazos cruzados. Tal y como adelantó AS, ha aprovechado estos días para reunirse con los preparados físicos, con otros departamentos del primer equipo y algunos jugadores para ver qué se puede hacer para mejorar. Los parámetros físicos de algunos jugadores están por debajo y el equipo no está siendo tan intenso como en el pasado. Ante el PSG, por ejemplo, el Barcelona se vino abajo en el segundo tiempo, provocado, en parte, por tener que correr mucho detrás del balón.

Y con el sistema de Flick, con defensa adelantada y una gran presión, jugar con una marcha menos es un suicidio. La palabra intensidad fue la más repetida después de la derrota en el Sánchez Pizjuán. Apelaron a ella, Pau Cubarsí, que también dejó ir que la presión empieza por la delantera, y Pedri fue muy contundente. “Hay que mejorar muchas cosas. Ha faltado intensidad y no hemos sabido ni defender bien”. Precisamente, una de las cosas de las que también habló Flick era que había que tener una “mejor estructura” defensiva.

Mientras que el equipo hizo propósito de enmienda, desde el club, por si acaso, le tocó el papel más duro y lanzar un aviso para navegantes. El primero fue Deco. “No somos tan magníficos, o tan exuberantes como la gente nos pintó la temporada pasada. Somos un equipo cuando trabajamos a una, entonces somos un equipo difícil de batir porque, además, tenemos calidad. Pero si creemos que tenemos la calidad por delante del trabajo, tenemos un problema“, advirtió.

Lo secundó un día después el mismo presidente, Joan Laporta. “Deco hizo una reflexión muy buena, Venimos de ganar la temporada pasada tres títulos importantes y nos quedamos a las puertas de la Champions. Eso también es una motivación más para este año. Lo que no quieren ni Deco ni Flick es que haya relajaciones, que se tenga la misma intensidad y el mismo espíritu, las mismas ganas que el año pasado. En definitiva, hambre“.

Con el diagnóstico claro, a la vuelta del parón el equipo tiene que empezar a trabajar más duro, recuperar el espíritu solidario y de colectivo del curso pasado y esperar a que vayan volviendo los lesionados. La vuelta de Fermín ha de servir para que Olmo reaccione, Raphinha siempre le da un plus de competitividad al equipo, Lamine Yamal es el mejor jugador y el más desequilibrante y Joan García, antes de la lesión, estaba a un nivel altísimo.

En el equipo y en el club están plenamente confiados que la reacción después de los distintos toques de atención funcionará y que el Barcelona volverá a ser aquel conjunto letal y casi imbatible de la temporada pasada. Además, el calendario no da tregua.

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