Oviedo 1 - Barcelona 3 El Barça derriba el muro de Aarón
El portero del Oviedo resistió el asedió del Barça mientras pudo, pero al final el poder ofensivo del Barça acabó por remontar un partido complicado.
Pidió Flick en la previa “piernas frescas” y ejecutó rotaciones para afrontar un partido en el que era imperdonable dejarse puntos ante el tren que está imponiendo el Madrid. Fue de un pelo. Dio descanso el alemán a Koundé, a De Jong y a Lewandowski para seguir apostando por Eric, que se erige como pieza intocable para el alemán, en cualquier posición; Casadó y Rashford en la banda para que Ferran siguiera de nueve. Lo que no cambia es Pedri, que sigue siendo imprescindible. Koundé, Lewandowski y De Jong tuvieron que aparecer para evitar el desastre.
En el Oviedo, Paunovic apostó por Bailly, que debutaba de azulón para dar consistencia a un equipo bajo el mando de Cazorla, jugador de clase inmensa, ritmo inteligente y pie prodigioso a pelota parada, cualidad que el Oviedo aprovechó de salida. Cuatro saques de esquina forzaron los locales en los primeros seis minutos, dos en cada lado y los dos botados por Cazorla con la derecha y con la izquierda según conviniera.
La salida del Oviedo apabulló al Barcelona, que tardó diez minutos en dar señales de vida. Una progresión de Raphinha por la derecha que culminó Rashford con un disparo descomunal que requirió un paradón majestuoso de Aarón, que repitió 13 minutos después. Otro cañonazo de lejos y otra parada para lucirse del portero local.
No acabó ahí el recital del portero valenciano en una primera parte primera parte primorosa en la que volvió a desbaratar otro intento de Rashford tras un disparo de Raphinha al poste. El Oviedo parecía que aguantaría mientras duraran los prodigios de Aarón.
Se olía que era cuestión de tiempo que Aarón no llegara a otro milagro, pero entonces, el portero del Barcelona, Joan García, se equivocó tras una buena salida de su área que estropeó tratando de jugar en vez de sacarse la pelota de encima. El balón quedó muerto para que Alberto Reina, se encontrara la pelota franca, la portería vacía y supo colocar con la derecha un balón preciso que puso en ventaja al Oviedo ante la locura del Tartiere.
El gol del Oviedo sobreexcitó a un Barcelona que ya había salido demasiado acelerado desde el inicio como si tratara de ganar el partido con prisa. Sólo Pedri parecía tener el mapa del partido, pero en cuanto la pelota llegaba a Casadó o Dani Olmo todo el plan del canario se iba a pique. Por la prisa, se fue al descanso perdiendo y con la tarea de tener que bajar revoluciones y elaborar más si quería remontar. Para el Oviedo se adivinaba una segunda parte de defensa heroica.
El doble ‘9′
Casadó, señalado por su primera parte catastrófica, se quedó en el vestuario para que De Jong tratara de asociarse con Pedri, la única luz de los blaugrana. Con el neerlandés el Barça ya montó un asedio en toda regla al área de un Aarón que siguió haciendo milagros, pero al final no lo podía controlar todo. Realizó otra proeza al desviar un remate a bocajarro de Ferran, que dio en el poste y el rechace lo recogió Eric para empujarlo a la red. Hay que constatar que Aarón casi llega a parar esta también. Hubiera sido ya de monumento.
Con el empate, Flick apostó por el doble ‘9’ con Ferran y Lewandowski compartiendo delantera con Rashford. Raphinha, con molestias, se fue al banco. Y la apuesta salió bien. Centro de De Jong y martillazo de cabeza del polaco a la escuadra a pesar del marcaje de un Bailly impecable. Y ni Aarón pudo hacer nada. El poder aéreo del Barcelona acabó por certificar el duelo en un remate de Araújo a la salida de un córner que supuso el 1-3. El Barça sufrió, pero volvió a remontar. Lo habitual.


