La economía china pierde impulso: la actividad manufacturera cayó en septiembre y acumula seis meses de contracción
El informe del gobierno situó el Índice de Gerentes de Compras en 49,8 puntos, por debajo del umbral de expansión, mientras las exportaciones no logran compensar la debilidad de la demanda interna ni detener el retroceso del empleo industrial
El resultado prolonga la serie de caídas iniciada en abril, en un contexto de consumo interno debilitado, tensiones comerciales con Estados Unidos y un entorno internacional cada vez más adverso.
En paralelo, la consultora RatingDog, vinculada a S&P, publicó su propio PMI manufacturero en 51,2 puntos, lo que indica expansión y marca el nivel más alto desde marzo. El dato sorprendió a los analistas, que esperaban 50,3, y refleja un comportamiento dispar frente al índice oficial.

El fundador de la firma, Yao Yu, destacó que “los pedidos de exportación volvieron a crecer por primera vez desde marzo”, lo que interrumpe varios meses de caídas atribuidas a la guerra arancelaria con Estados Unidos.
La publicación de este índice coincidió con la del PMI oficial debido al festivo por el Día Nacional de China y el inicio de la “semana dorada”, período en el que la actividad económica suele disminuir.
Subíndices en terreno negativo
El PMI oficial reveló que, de los cinco subíndices que lo componen, solo producción y plazos de entrega se ubicaron en la zona de expansión. En contraste, los nuevos pedidos, el empleo y los inventarios de materias primas permanecieron en contracción, lo que refleja la falta de dinamismo en la demanda y la reducción de la fuerza laboral en el sector industrial.
Esta divergencia entre indicadores genera dudas sobre la transparencia de las cifras oficiales de Beijing. Mientras la ONE insiste en un repunte gradual, las mediciones privadas muestran señales mixtas que ponen en evidencia la fragilidad estructural de la economía.
El PMI no manufacturero, que mide la evolución de sectores como servicios y construcción, cayó de 50,3 a 50 puntos en septiembre, el registro más bajo desde noviembre de 2022, cuando el país aún estaba bajo la política de “cero covid”. El sector de la construcción se mantuvo en terreno negativo con 49,3, mientras que los servicios apenas resistieron en 50,1, rozando la contracción.

En tanto, el PMI compuesto de la ONE, que combina la actividad manufacturera y no manufacturera, se situó en 50,6 puntos, apenas 0,1 más que en agosto.
RatingDog también informó que su PMI de servicios retrocedió levemente a 52,9, mientras que el compuesto avanzó a 52,5, lo que refuerza la percepción de que las mediciones privadas son más optimistas que las oficiales.
Consumo debilitado y presiones externas
Las dificultades en la demanda doméstica se reflejan en los precios al consumidor, que en septiembre registraron su caída más rápida en seis meses. Esta tendencia muestra que los hogares chinos mantienen cautela en el gasto pese a las políticas de estímulo del gobierno.
A nivel externo, la industria enfrenta una creciente presión por la desaceleración global y la prolongada disputa comercial con Estados Unidos. Aunque las exportaciones han mostrado resiliencia en algunos segmentos, su aporte no compensa la debilidad del consumo interno. “Las actividades exportadoras han sido sorprendentemente resilientes en lo que va del año y han ayudado a compensar parcialmente la débil demanda interna”, explicó Zhang.
El contraste entre los datos oficiales y los privados refuerza la incertidumbre sobre el verdadero estado de la economía china. Mientras Beijing insiste en transmitir señales de estabilidad, los analistas internacionales destacan los riesgos de una recuperación incompleta y la falta de confianza de los consumidores.
El debilitamiento del empleo en la industria, la caída del consumo y la falta de dinamismo en los servicios muestran que la economía china enfrenta desafíos estructurales que no se resuelven con ajustes estadísticos.

Con seis meses consecutivos de contracción en la manufactura, el margen de maniobra del gobierno se reduce, y la presión internacional mantiene bajo tensión al principal motor productivo de Asia.