Gran Premio de Azerbaiyán: ratificaciones, decepciones, chispazos y alegrías que se vieron en las calles de Bakú
Verstappen volvió a dominar y amenaza a Piastri y Norris, que estuvieron erráticos y apagados; Mercedes desbancó a Ferrari entre los Constructores y Leclerc lanzó un dardo a Hamilton; Williams hizo podio tras cuatro años
Seis banderas rojas en la prueba de clasificación, el mayor número en la historia de la Fórmula 1, proyectaban una carrera con múltiples escenarios en el Gran Premio de Azerbaiyán. En el circuito urbano de Bakú no se repitió la estresante situación después de completarse los 306 kilómetros de recorrido, aunque la aventura expuso una nueva rueda de sensaciones en el Gran Circo.
Max Verstappen convalidó la jerarquía que lo impone como tetracampeón del mundo y demostró que, aún ante una desventaja considerable desde los números, no se rendirá; las espadas de McLaren vibraron ente los errores que envolvieron a Oscar Piastri, quien no completó una vuelta, a la escasa respuesta que ensayó Lando Norris para atacar la oportunidad que tuvo por delante para recortar la brecha en la pulseada por la corona.
Además, Carlos Sainz Jr. manifestó en cifras la sobria tarea que desarrolla en Williams, equipo al que devolvió al podio después de cuatro años y que se apuntala como el quinto mejor de la grilla entre los Constructores, mientras que Mercedes le arrebató el segundo puesto entre los fabricantes a Ferrari, que una vez más se hundió en la intrascendencia con Lewis Hamilton y Charles Leclerc…

Dos circuitos sin carga aerodinámica mostraron que bajo esas circunstancias el complejo modelo RB21 de Red Bull Racing igualmente es competitivo, y que Verstappen realza sus virtudes para conducirlo a la victoria. En Monza, MadMax arrolló y ganó por casi 20 segundos de ventaja; en Bakú impuso el ritmo, dominó como en los días en que era un imbatible, y se alzó con el triunfo: el número 67 de su carrera, el cuarto de la temporada y por primera vez en el calendario hilvanó dos consecutivos.
“Relativamente fácil”, apuntó el neerlandés, que espía el comportamiento de sus rivales para calcular si hay tiempo para dar un golpe en el campeonato: 69 puntos, con siete grandes premios y tres Sprint Race por delante, el obstáculo que tiene que sortear, quien marcha tercero, por detrás de Piastri (324 puntos) y Norris (299). “Va a ser una amenaza, porque fueron otra vez el auto más rápido”, dijo Norris, que no lo baja de la pelea.
Los dos pilotos de McLaren se alzaron con 12 de los 17 grandes premios y, entre el abrumador dominio del modelo MCL39 y los resultados, impusieron que el título prácticamente sea un juego entre ellos. En Bakú la escudería con sede en Woking tenía la primera bola para sellar el Mundial de Constructores, pero falló.
Un fin de semana que se oscureció con una errática qualy y se frustró por completo en la carrera: Piastri quedó detenido al apagarse los semáforos, cayó casi hasta el fondo del pelotón y la aventura por recuperar terreno terminó en la Curva 5, al estrellarse contra el muro. Lejos de perder el liderazgo, el australiano cometió un error en la etapa en la que las equivocaciones se convierten en presión.