Golpe histórico al Cártel de Sinaloa, la DEA capturó a más de 600 personas en una operación internacional
Las redadas coordinadas en tres continentes culminó también con la incautación de grandes cantidades de drogas y armas, cifras que revelan el alcance real de la mayor red criminal de México
InfobaeUna amplia operación internacional resultó en la detención de más de 600 personas vinculadas al Cártel de Sinaloa, según informó la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
La DEA anunció que las acciones coordinadas permitieron arrestar a 617 individuos y confiscar aproximadamente 480 kilogramos de fentanilo en polvo, más de 700.000 pastillas falsas, cerca de 2.200 kilogramos de metanfetamina, alrededor de 7.500 kilogramos de cocaína y 16 kilos de heroína. Además, las autoridades incautaron unos 13 millones de dólares en efectivo y bienes, así como 420 armas de fuego.
La Agencia Antidrogas calificó el operativo como una “acción coordinada” que refleja su enfoque en la colaboración nacional e internacional. En el comunicado, Terrance Cole, administrador de la DEA, aseguró que “estos resultados demuestran el peso total del compromiso de la Dirección de Control de Drogas con la protección del pueblo estadounidense”. Cole agregó que la agencia “no descansará hasta desmantelar el Cártel de Sinaloa en todos sus niveles”.

Organización terrorista según la Casa Blanca
El Cártel de Sinaloa, con base en México, es considerado por la administración estadounidense como la organización de tráfico de drogas más grande del mundo y figura en la lista de grupos extranjeros designados como organizaciones terroristas, medida que la Casa Blanca implementó mediante orden ejecutiva en febrero pasado. Ese mismo decreto incluyó a siete agrupaciones adicionales, entre ellas el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Las acciones de las últimas semanas se inscriben en ese marco, luego de que el mes anterior Ismael “El Mayo” Zambada García admitiera ante una corte federal cargos relacionados con el liderazgo fundacional de la organización, incluyendo delitos de tráfico de drogas, posesión de armas y lavado de dinero.
En las acusaciones presentadas en Nueva York y Texas, los fiscales responsabilizaron a Zambada y otros líderes de enviar heroína, cocaína, fentanilo y otras sustancias ilícitas en grandes cantidades hacia el territorio estadounidense.

Según la DEA, “el Cártel de Sinaloa sigue siendo una de las amenazas más significativas para la seguridad pública, la salud y la seguridad nacional”, subrayó la agencia. De acuerdo con su descripción, existen “decenas de miles” de miembros, asociados y facilitadores del grupo “operando en al menos 40 países” con responsabilidades que incluyen “la producción, manufactura, distribución y gestión de actividades relacionadas con el tráfico de drogas sintéticas peligrosas y mortales”.
En el marco de la cooperación bilateral, el mes anterior se realizó la transferencia de 26 presuntos integrantes de alto rango de organizaciones criminales de México a Estados Unidos, entre ellos miembros con nexos tanto con el CJNG como con el Cártel de Sinaloa, a partir de un acuerdo con la administración estadounidense.
Durante la semana de operativos, Brian M. Clark, agente especial a cargo de la división de Los Ángeles, recalcó que “el alcance del Cártel de Sinaloa es vasto e incesante. Esta organización busca lucrar infiltrando nuestras comunidades, sin consideración alguna por el sufrimiento humano”. Clark destacó también que el éxito del operativo deriva del “trabajo incansable y excepcional del personal de la DEA”.

La DEA detalló que las incautaciones de drogas sintéticas buscan disminuir los daños asociados a la distribución masiva de fentanilo, sustancia a la que atribuyen miles de muertes por sobredosis cada año en Estados Unidos. Parte del arsenal localizado durante la operación apunta a la peligrosidad de las organizaciones vinculadas al narcotráfico transnacional.
Además de la relevancia del Cártel de Sinaloa en la escena delictiva global, la designación como organización terrorista supone nuevas herramientas legales en el combate a sus estructuras, en línea con la estrategia de priorizar su desarticulación.
De acuerdo con datos de la propia DEA, “cada kilogramo de veneno incautado, cada dólar arrancado a los cárteles y cada arresto representa vidas salvadas y comunidades defendidas”. Este enfoque, según explicó la agencia, sostiene las operaciones continuas contra organizaciones responsables de la expansión de los opioides sintéticos y otros estupefacientes en el mercado estadounidense.


