El césped no engaña
El mejor partido del Barcelona hasta la fecha ha coincidido en un estadio pequeño pero que tiene un terreno de juego en un estado impecable.
AsEn Barcelona todavía se recuerda que Xavi Hernández era objeto de muchas burlas cuando se quejaba que un terreno de juego no estaba en perfectas condiciones. Siempre insistió que no lo ponía de excusa ante un mal resultado pero que no beneficiaba el juego. Para muchos equipos, esto puede ser un detalle menor, pero, para el Barcelona, no.
Lo resumió a la perfección Marc Casadó después de golear al Valencia en el Johan Cruyff. “Es un grandísimo campo este. Nos fijamos en el terreno de juego y está impecable. Hemos podido hacer nuestro juego”, afirmó. Fue su respuesta a la pregunta de si les había costado adaptarse a un estadio con apenas 6.000 localidades. Un campo pequeño, sí, pero cuyas dimensiones del terreno de juego son las mismas que en el Spotify Camp Nou, y con un césped en perfecto estado de revista.
Por eso no es de extrañar que el mejor partido de los de Hansi Flick está temporada haya llegado en casa. Porque en el club azulgrana sí que le dan mucha importancia a tener el césped perfecto, a diferencia de otros equipos. Ante el Valencia en el Johan Cruyff la velocidad del balón era completamente diferente a la del resto de partidos.
El césped del Rayo
El césped de Son Moix y el Ciutat de Valencia no estaban en mal estado, pero al inicio de verano el Mallorca aprovechó para cambiarlo, lo mismo que hizo el Levante a finales de julio, tras la finalización de la temporada de conciertos.
El caso más grave es el del Rayo Vallecano. El césped estaba seco y la pelota no corría bien. Los propios jugadores, como Unai o Isi, se quejaron. “Parece el jardín de mi casa”, llegó a decir Palazón. El propio entrenador, Iñigo Pérez, también lamentó el estado del terreno de juego. Además, el Barcelona lo visitó apenas 72 horas después de haberse jugado otro partido de Conference League.


