Una buena jubilación para Griezmann

El francés termina la pretemporada con el olfato de gol recuperado y mejores sensaciones que los últimos meses de la 24-25, muy grises.

Patricia Cazón
As
Y Griezmann dijo sí a pesar de que América tirase fuerte de sus brazos. Sí al Atleti, sí al Cholo, sí a intentar coronar su historia como jugador de club como la de selección, con un gran título que al mañana le cuente lo que hoy vimos: que el francés es uno de los mejores de la historia, de los que sentaron en mesa grande. Como AS adelantó, Antoine renovó hasta 2027 con el club rojiblanco, es decir dos junios más, aunque como la MLS sigue tirando fuerte y su papel en el Atlético ha pasado de protagonista a reparto, podría que ser que su historia rojiblanca terminase antes.

Después de que la pasada temporada de enero a junio el entrenador, y por ende el equipo, no dejasen de buscar su mejor versión sin encontrarla, esta 25-26 ha comenzado distinta, al menos la pretemporada. Con minutos de calidad y goles: con dos la cierra con dos, el que más del equipo. Y sobre todo esa sensación, que aunque sea el más veterano de todos los futbolistas del Cholo, siempre será Griezmann, y el equipo que el Atlético ha armado estos dos últimos veranos pueden brindarle una jubilación soñada.

Porque Griezmann (Macon, Francia, 1990) en su papel de reparto ha comenzado el verano con destellos del Griezmann de siempre. Sin tapón, con el olfato repuesto. La falta de goles repuesta. En Liga no marcaba desde enero (Mallorca, jornada 22ª), como en Champions (ante el Salzburgo, fase de grupos fue el último) y desde febrero en Copa (Barcelona, ida semifinal). Hasta reencontrarse con el gol contra el Botafogo en el Mundial de Clubes, en la última jornada (23 de junio) que no sirvió para evitar la eliminación. Pero en esta pretemporada ya ha marcado en dos partidos. Ante el Rayo Vallecano en el amistoso sin cámaras y ante el Newcastle que sí se emitió en televisión. Ambos golazos. Made in Grizi. El domingo el Atlético comienza la Liga, partidos ya sin red, y aunque Griezmann los comience desde el banquillo, como terminó la pasada temporada, al menos que sume, porque un poco de Griezmann es mucho, y nadie como Simeone lo sabe. La prueba aquella segunda temporada tras regresar como cedido desde Barcelona y con ese Excel que medía sus minutos en los partidos para, al jugar solo 30 minutos de cada uno no contaran y rebasarse el número impuesto por los azulgrana en una cláusula que haría obligatoria su compra.

El Griezmann de 35 años no tiene el físico del Griezmann de 25. Le faltan piernas para crear y robar, como acostumbraba, pero mantiene ese a lo que en el fútbol no le salen arrugas: el talento y la clarividencia. El balón cuando pasa por sus pies sigue siendo mejor. El tiempo que nos alcanza a todos, persigue las botas del francés pero estas aún tienen pólvora. Si la temporada pasada una de las decisiones más complicadas para Simeone fue el aceptar que dos de sus pilares de siempre, Koke y Griezmann, aportaban más si salían frescos desde el banco, con el francés le costó más. Hasta casi el final de la 24-25 no perdió el primer lugar en el podio de jugadores de campo con más minutos (terminaron supérandole al final Julián Alvarez y Marcos Llorente). El contador se pone a cero. Y Griezmann está preparado para alcanzar los 200 goles con la rojiblanca (acumula 198), al fin, tiene una temporada más de plazo, en la que puede teñir de oro su jubilación.

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