Simeone, a lo preSimeone

El Atlético comienza la Liga con un punto de seis posibles, el peor inicio de temporada con el Cholo al frente, algo que no sucedía desde Manzano y la 11-12.

Patricia Cazón
As
Hacía tanto tiempo de ello que hay aficionados del Atlético que en realidad nunca lo han vivido: mirar la tabla en la Liga y ver al Atleti hundido en ella. Con solo un punto de seis. Un punto en dos jornadas. Con la Segunda más cerca que el líder, un Barça, por cierto, a cinco puntos ya. Pero es que hacía casi quince años que esto no sucedía. Ver al Atleti como en los tiempos de antes del Cholo. Pero con el Cholo.

Porque este de la 25-26 es el peor inicio de un Atleti a sus órdenes y hay que viajar catorce temporadas atrás para recordar algo igual, justo aquella que comenzó un agosto antes de que él llegara, el de 2011. Ha llovido. Aquel fue el año en el que terminó la guerra en Irak y murió Steve Jobs, aquel en el que la canción que sonaba en todas las radios era el Súbeme la Radio de Enrique Iglesias. Mucho ha llovido, sí. Un Atleti que, con el regreso de Gregorio Manzano al banquillo, no carburó. Comenzar con un 0-0 frente a Osasuna en casa y una derrota 1-0 ante el Valencia en Mestalla no ayudó. Enseguida, todo, lo llenaron los nervios por mucho que se hubiera fichado a Falcao. El mirar más hacia abajo que hacia arriba con el carburar de partidos empujó a la catástrofe, a aquella eliminación ante el Albacete en primera ronda de Copa que se llevó al entrenador por delante. Y llegó el Cholo. Y el Atleti empezó a escribir una historia más acorde a la propia. Y más allá. Dani Fernández lo decía el jueves en la Noche de Bienvenida. “Yo era el Atleti en Segunda, era el raro de la clase”. El único con la roijblanca en ella. Porque aunque el Atleti no ganara, llevara 14 años sin ganarle al Madrid, ser del Atleti era lo más importante y valioso del mundo. Inigualable. Aunque con ningún dedo pudiera, o pueda, contarse una Champions.

Los años del Cholo

En casi quince años con el Cholo solo una vez estuvo tan cerca de comenzar peor: la 16-17, última temporada en el Calderón, que acabó en semifinales de Champions, aquel partido de vuelta en el Madrid en el que se rozó la gesta antes de la jugada de Benzema en el córner, que comenzó con dos puntos de seis (empates antes el Alavés y el Leganés en las dos primeras jornadas). Un Cholo que, en su currículum como entrenador rojiblanco, cuatro veces comenzó con pleno, 6 puntos (en la 13-14, 15-16, 19-20 y 21-22), siete con 4 puntos (12-13, 14-15, 17-18, 18-19, 20-21, 23-24 y 24-25) y una con 3 (22-23). Nunca así, con una derrota en la primera jornada (Espanyol) y un empate en la segunda (un Elche recién ascendido en casa).

Pero aún con tiempo para enmendarlo. El que el necesita la propia plantilla, con siete nuevos a los que hay que acoplar, sin más pretemporada que dos partidos (Oporto y Newcastle) y medio (Rayo, sin cámaras, casi de entrenamiento), y el que ofrece el mercado, a una semana aún del cierre (1 de septiembre), con los partidos oficiales como sombra a la luz del gasto, esos 175 ya invertidos en fichajes, que revelan una realidad: se ha sumado talento (Baena, Almada) y viejos deseos (Cardoso y Hancko) pero se perdió el plan B, esos Correa, Lino y Riquelme capaces de cambiar los partidos desde el banquillo y que ahora Simeone, cuando mira atrás buscando soluciones, no encuentra. Mendizorroza será el último viaje antes del parón: ese que Simeone afronta con dos lecciones ya en una mochila muerta de hambre y ese aviso en la hemeroteca. Porque en la 11-12 que comenzó en drama y terminó en su fichaje, el Atleti espantó las sombras. 4-0 ante el Racing. Volver a sumar de tres. Tranquilidad, aunque fuese momentánea. A este Atleti lo que le toca será visitar Mendizorroza. Allí donde el Cholo deberá llevar al fútbol sus palabras. Que siempre, en todo este tiempo y los palos, ha terminado reinventándose. Y compitiendo.

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