Macron afirmó que “el destino de Serbia es europeo” mientras Vucic se resiste a romper los lazos con la Rusia de Putin
El presidente francés abordó con su homólogo serbio las tensiones en los Balcanes y la importancia del diálogo entre Serbia y Kosovo, mientras Belgrado mantiene su negativa a alinearse con las sanciones europeas contra Moscú
El intercambio se produce en un momento de particular tensión para las aspiraciones europeas de Serbia, cuyas negociaciones para la integración en la UE se abrieron en 2013 después de obtener el estatuto de candidato el año anterior. Sin embargo, el proceso se ha visto significativamente ralentizado por múltiples factores, incluyendo las persistentes tensiones entre Belgrado y Bosnia-Herzegovina, así como el conflicto no resuelto con Kosovo.
Esta postura coloca a Serbia en una posición incómoda dentro del panorama geopolítico europeo, donde la mayoría de los países candidatos a la UE han adoptado las sanciones contra Moscú como parte de su alineamiento con los valores y políticas occidentales.

Durante la conversación, Macron y Vucic abordaron extensamente la situación en los Balcanes, una región que continúa siendo foco de preocupación para la estabilidad europea. El presidente francés subrayó particularmente la importancia que Francia otorga a “la estabilidad y la soberanía de Bosnia Herzegovina, así como al respeto del Estado de derecho”.
Bosnia-Herzegovina, que también aspira a la membresía en la UE, enfrenta sus propios desafíos internos y tensiones étnicas que han sido una fuente constante de preocupación para la comunidad internacional desde el fin de la guerra de los años 90.
Macron también “recordó la importancia del diálogo entre Serbia y Kosovo” durante la conversación, haciendo referencia al proceso de normalización de relaciones entre ambos países que ha sido mediado por la UE durante más de una década. El presidente francés expresó su “condena de todas las acciones unilaterales susceptibles” de perjudicar este diálogo.
Las relaciones entre Serbia y Kosovo siguen siendo uno de los puntos más sensibles de la política balcánica. Kosovo declaró su independencia de Serbia en 2008, pero Belgrado se niega a reconocer esta independencia, manteniendo que Kosovo es una provincia serbia ocupada ilegalmente.
La UE ha condicionado el avance en las negociaciones de adhesión de Serbia a progresos sustanciales en la normalización de relaciones con Kosovo, un requisito que ha generado resistencia en sectores nacionalistas serbios que ven cualquier concesión como una traición a los intereses nacionales.

La conversación entre Macron y Vucic también se desarrolla en el contexto de los esfuerzos franceses por mantener la influencia europea en los Balcanes, una región donde Rusia y China han incrementado su presencia e influencia en los últimos años.
Francia, bajo el liderazgo de Macron, ha sido uno de los principales defensores de la ampliación de la UE hacia los Balcanes Occidentales, argumentando que la integración de estos países es crucial tanto para su estabilidad como para la seguridad europea en general.
Sin embargo, el proceso de ampliación enfrenta resistencia en varios países miembros de la UE, algunos de los cuales han expresado fatiga ante las perspectivas de nuevas adhesiones, especialmente dadas las complejidades políticas y económicas que presentan los países candidatos.
La posición de Serbia respecto a Rusia no solo afecta sus aspiraciones europeas, sino que también genera tensiones con países vecinos que han adoptado una postura más clara de alineamiento occidental. Montenegro y Macedonia del Norte, por ejemplo, han implementado las sanciones contra Rusia y han avanzado más en sus respectivos procesos de integración europea.