Lo mejor y lo peor del debut del Atlético

El equipo rojiblanco cae en su debut con remontada tras una buena primera hora. Despistes y vicios del pasado acaban con las buenas sensaciones de las caras nuevas.

Sergio Picos
As
El Atlético de la cal y la arena. Del inicio ilusionante y el final frustrante. El que parece no haber cambiado, con errores en campo propio, falta de fiabilidad y de nuevo pinchando fuera de casa. Y el que parece haberlo hecho mucho, con jugadas como la que acabó con el remate de Julián Alvarez al palo tras la fantasiosa combinación entre Barrios, Almada, Baena y el propio Julián. Las muestras de talento y otro fútbol con la sensación amarga de la derrota. Contra un Espanyol que se le sigue atragantando y al que no ganó el curso pasado y tampoco de nuevo en su visita al RCD Stadium.

No todo son malas noticias en el Atlético pese a estrenarse en Liga con el casillero a cero. Simeone utilizó de partida a cinco fichajes nuevos (Hancko, Ruggeri, Cardoso, Baena y Almada) y en su gran mayoría dejaron buenas sensaciones y visos de ser jugadores muy importantes este curso. El eslovaco demostró peso en el área rival, capacidad para cubrir huecos y despejar balones. Ruggeri es quizás el futbolista más impredecible. Por la relevancia de su fichaje, con una enorme necesidad en el lateral izquierdo, juventud y peso internacional. El Atlético necesita que sea una solución para el agujero en el puesto, pero a su vez necesita tiempo y adaptación.

Cardoso ha llegado para adueñarse del centro del campo. Robo, corte, salida de pelota, presencia, físico... Sustituido en el descanso con amarilla, se le echó de menos en la segunda mitad. Falta verle junto a Barrios. Y Baena y Almada apuntan a ser jugadores claves este curso. Se mueven, combinan, juegan con balón y permiten al Atlético tener más peso en campo rival. El argentino tirado a banda izquierda, bajando a recibir y generar. El andaluz adaptándose a esa segunda punta. Todo ello para suministrar balones a un Julián Alvarez que es un delantero descomunal. Con pegada, talento, combinación... Una estrella para pelear por todo.

Dicho esto, el Atlético fue cayendo en sus errores del pasado. Y si con tantas caras nuevas nada cambia, es difícil de explicar. Aunque los males comenzaron a llegar con Cardoso, Baena y Almada fuera del terreno de juego. El equipo no consiguió el segundo en esa preciosa ocasión de Julián y se fue volviendo contemplativo. De una falta tan evitable de Llorente llegó el error en la marca de Raspadori. Y con un remate inverosímil de Milla el 2-1 definitivo. Pero el Atlético ya estaba renunciando a la pelota y a matar el partido. Los cambios no le sentaron bien al partido. "Creo que tuve un aprendizaje para mí. Me quedo con algo que queda para mí, pero me queda un aprendizaje en eso que vimos, hay un aprendizaje para mí, ya lo van a ver", decía Simeone a la conclusión del partido.

Al Cholo le quemó el banquillo. Tener a jugadores del peso de Koke, Griezmann, Sorloth o el recién llegado Raspadori. Pero para darles cabida hay que quitar a los que están. Y el equipo se mostraba a gusto con Almada, Baena, Johnny... Solo la entrada de Barrios por Gallagher pareció mejorar al Atlético. Mucho fondo de armario, pero quizás no necesario mostrarlo tan pronto. Y, sin embargo, poco en la banda derecha, donde Llorente y Giuliano no consiguieron hacerse notar. Quizás falte un fichaje que compita por el puesto con el argentino con otras características para regatear y combinar. Mientras asoman las dudas con Gallagher en la sala de máquinas. Queda mercado, pero solo habrá alguna llegada si se produce alguna salida.

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