Una herramienta sencilla permite descubrir la edad biológica del corazón

El análisis de datos de más de 14.000 personas reveló que determinados grupos presentan una mayor diferencia entre la edad biológica del corazón y la edad real. Science Focus alertó sobre la necesidad de acciones preventivas

Infobae

La salud cardiovascular es un pilar para el bienestar y la longevidad, pero la percepción habitual de riesgo suele estar limitada a parámetros clínicos complicados de interpretar. En un contexto donde las enfermedades cardíacas continúan siendo la principal causa de muerte en el mundo, Science Focus informó sobre el surgimiento de una nueva herramienta que simplifica la evaluación de riesgos.


Una calculadora digital desarrollada por investigadores del Northwestern Medicine, y compartida en un estudio a gran escala de JAMA Cardiology, busca transformar la comunicación sobre el riesgo cardiovascular. Con datos de más de 14.000 adultos en Estados Unidos, este avance traduce factores de riesgo tradicionales en una edad cardíaca sencilla de entender.

El resultado fue inquietante; la mayoría de los participantes tiene un corazón biológicamente más viejo que su edad cronológica, en muchos casos, la diferencia supera los 10 años. Además, pone en primer plano profundas desigualdades sociales y étnicas asociadas a la salud del corazón.

La calculadora utiliza factores de
La calculadora utiliza factores de riesgo como presión arterial, colesterol, diabetes y tabaquismo para estimar la edad del corazón (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cómo funciona el cálculo de la edad cardíaca

La herramienta se apoya en las ecuaciones PREVENT de la American Heart Association (AHA) y está disponible online de forma gratuita. Los usuarios ingresan información habitual de salud, como presión arterial, colesterol, diabetes y tabaquismo. Además de parámetros médicos, como la tasa de filtración glomerular estimada (eGFR) para evaluar función renal.

De este modo, el sistema no retorna un porcentaje abstracto, sino una edad biológica del corazón, que puede coincidir, ser más baja o incluso mayor que la edad real. Según la profesora Sadiya Khan, autora principal del estudio y especialista en epidemiología cardiovascular en Northwestern University Feinberg School of Medicine, una de las grandes ventajas del recurso es su simpleza para comunicar riesgos.

“Las estimaciones tradicionales suelen ser difíciles de entender y pueden parecer muy abstractas. Pensamos que ofrecer el riesgo de enfermedad cardíaca como una edad era una herramienta complementaria útil, más intuitiva o fácil de relacionar, porque es más sencillo comprender si tu corazón es ‘más viejo’ o ‘más joven’ que tu edad real”, explicó Khan en Science Focus.

Resultados preocupantes y brechas sociales profundas

Mediante la amplia investigación en adultos estadounidenses sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, publicado en JAMA Cardiology, arrojó un dato clave: la mayoría tenía corazones más viejos que su edad real. De media, los hombres presentaron una edad cardíaca 7 años superior a la cronológica, mientras que en mujeres la diferencia fue de 4,1 años.

Estas desigualdades se hicieron evidentes al desglosar por grupo étnico y nivel socioeconómico. Los hombres afroamericanos mostraron una diferencia de 8,5 años entre su edad cardíaca y la real, frente a 6,4 años para los hombres blancos.

Los hombres afroamericanos y las
Los hombres afroamericanos y las mujeres hispanas presentan las mayores diferencias entre edad cardíaca y edad cronológica (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por la parte, mujeres hispanas y afroamericanas también quedaron desfavorecidas en comparación con las mujeres blancas o asiáticas. Las personas con menos educación o menores ingresos sufrieron especialmente este envejecimiento cardíaco acelerado.

“Estas disparidades, aunque esperadas, remarcan la necesidad de actuar con urgencia”, resaltó la líder del estudio. Además añadió que incluso en personas jóvenes, en la treintena, se observaron signos de corazones envejecidos, subrayando la importancia de la prevención desde etapas tempranas de la vida.

Prevención personalizada y cómo actuar si el corazón es “más viejo”

La profesora Khan considera esencial ayudar a priorizar la prevención en quienes presentan una edad del corazón superior a la cronológica. La calculadora, señaló, resulta ideal para facilitar el diálogo entre médico y paciente para motivar cambios en el estilo de vida. La experta, afirmó: “Identificar a individuos con una ‘edad del corazón’ mayor puede ayudar a impulsar acciones para priorizar la prevención en personas en riesgo”.

Las estrategias para mejorar la salud cardíaca incluyen ejercicio regular, dejar de fumar, una mejor alimentación y, si es necesario, tratamientos para controlar presión arterial o colesterol. Sadiya Khan recomendó consultar a un médico cuando la edad calculada supera en 5 años la edad real.

Además, la calculadora resulta útil para monitorear la evolución de la salud cardíaca en transiciones significativas como la menopausia, o para motivar el mantenimiento de hábitos saludables incluso cuando la edad del corazón es igual o menor que la cronológica.

La herramienta busca motivar la
La herramienta busca motivar la prevención y cambios en el estilo de vida para reducir el riesgo cardiovascular en momentos claves de la vida (Freepik)

Límites y valor motivacional

En la contracara, la calculadora también tiene limitaciones. Martha Gulati, directora de cardiología preventiva en Cedars-Sinai Health Sciences University, alertó en The Washington Post sobre la ausencia de factores de riesgo específicos de mujeres, como la mencionada menopausia o las complicaciones obstétricas.

Por su parte, Ulrik Wisloff, investigador de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, añadió que tampoco incorpora indicadores sobre condición física y hábitos de ejercicio. “Todavía me resulta desconcertante que la actividad física y la capacidad máxima de oxígeno no se hayan incorporado al modelo original de riesgo de Framingham, a pesar de la sólida evidencia”, expresó.

A pesar de sus límites, expertos como Gulati coinciden en que su mayor mérito es el potencial motivador: “Es una forma de comunicar el riesgo que resonará con algunas personas”. Si la herramienta sirve para impulsar conductas saludables, su valor es indiscutible.

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