Netanyahu sufrió un revés político: otro aliado clave abandonó la coalición de gobierno
Shas, un partido ultraortodoxo, anunció que abandonará el gobierno debido a una propuesta de ley que establece amplias exenciones del servicio militar para sus votantes
“En esta situación actual, es imposible sentarse en el gobierno y ser un socio en él”, dijo el ministro del gabinete de Shas, Michael Malkieli, al anunciar la decisión del partido.
Sin embargo, Shas afirmó que no socavará la coalición de Netanyahu desde fuera y podría respaldar su voto sobre algunas propuestas de ley, otorgando a Netanyahu un salvavidas en lo que de otro modo haría que gobernar fuera casi imposible y pondría en riesgo su prolongado mandato. Una vez que sus renuncias entren en vigor, la coalición de Netanyahu tendrá 50 de los 120 escaños parlamentarios.
Por ahora, el mandato de Netanyahu no parece estar amenazado. Una vez que se presenten las renuncias de Shas, hay un período de 48 horas antes que se hagan oficiales, lo que le da al premier israelí la oportunidad de salvar su gobierno.
El anuncio del partido también llega justo antes que los legisladores se tomen un receso de verano, otorgando a Netanyahu varios meses de poca o ninguna actividad legislativa para reincorporar a los partidos.

La inestabilidad política se produce en un momento crucial para Israel, que está negociando con Hamas los términos de una propuesta de alto el fuego respaldada por Estados Unidos para Gaza. No se espera que la decisión de Shas descarrile las conversaciones.
Pero con una coalición fracturada, Netanyahu sentirá más presión para apaciguar a sus otros aliados de gobierno, especialmente al influyente flanco de ultraderecha, que se opone a poner fin a la guerra de 21 meses en Gaza mientras Hamas siga intacto.
A pesar de perder dos importantes socios políticos, Netanyahu aún podrá avanzar en un acuerdo de alto el fuego, una vez que se alcance uno. La administración del presidente estadounidense Donald Trump ha estado presionando a Israel para que concluya la guerra.
El martes, el partido ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Torá informó que se retiraba debido al fracaso de Netanyahu para aprobar una ley sobre las exenciones del servicio militar.
El servicio militar es obligatorio para la mayoría de los israelíes judíos, y el tema de las exenciones ha dividido al país durante mucho tiempo. Esas divisiones solamente se han ampliado desde el inicio de la guerra en Gaza, ya que la demanda de personal militar ha crecido y cientos de soldados han sido asesinados.
Un arreglo de décadas por parte del primer ministro de Israel otorgó a cientos de hombres ultraortodoxos exenciones del servicio obligatorio israelí. Con los años, esas exenciones se multiplicaron por miles y crearon profundas divisiones en Israel.
Los ultraortodoxos dicen que sus hombres están sirviendo al país estudiando textos sagrados judíos y preservando tradiciones centenarias. Temen que el alistamiento obligatorio diluya la conexión de los adherentes con la fe.
Pero la mayoría de los israelíes judíos ven la exención como injusta, así como los generosos estipendios gubernamentales otorgados a muchos ultraortodoxos que estudian en lugar de trabajar durante la adultez. Esa amargura ha empeorado en los casi dos años de guerra.
La coalición de Netanyahu trata de encontrar un camino a seguir en una nueva ley. Pero su base se opone en gran medida a otorgar amplias exenciones del servicio militar y un legislador clave ha impedido dar a los ultraortodoxos una ley que puedan respaldar, lo que provocó su salida.