Human Rights Watch señaló posibles crímenes de guerra de los rebeldes hutíes de Yemen por hundimientos en el mar Rojo

La ONG advirtió que los ataques deliberados contra los buques civiles MV Magic Seas y MV Eternity C violan el Derecho Internacional. Las agresiones, que dejaron al menos cuatro muertos y once desaparecidos, también provocaron un grave desastre ambiental en una zona protegida

Los hechos ocurrieron entre el 6 y el 9 de julio en aguas del mar Rojo, cerca del puerto yemení de Al Hodeida. El 6 de julio, los rebeldes lanzaron un ataque contra el granelero MV Magic Seas, de bandera liberiana y propiedad griega. La embarcación, que transportaba fertilizante y acero entre China y Turquía, resultó alcanzada y hundida tras el uso de granadas propulsadas, drones y misiles. Según HRW, la tripulación de al menos 22 personas fue rescatada horas después.

El 7 de julio, el buque mercante MV Eternity C, también de bandera liberiana y operado por una compañía griega, fue atacado al oeste de Hodeida. Este barco tenía 25 personas a bordo y se dirigía de Somalia a Arabia Saudita después de entregar ayuda humanitaria al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas. Dos días tras el ataque, el buque se hundió, resultando en al menos cuatro tripulantes fallecidos, diez rescatados y once desaparecidos. HRW advirtió que se cree que al menos seis de estos tripulantes estarían bajo custodia de los hutíes, en violación de las normativas internacionales que prohíben la detención de tripulantes rescatados.
La investigadora sobre Yemen y Baréin de HRW, Niku Jafarnia, expresó: “Los hutíes han intentado justificar estos ataques ilegales señalando las violaciones israelíes contra los palestinos”, aunque aclaró que ninguno de los buques atacados tenía vínculo alguno con Israel ni con puertos israelíes. Los rebeldes afirmaron actuar en represalia por la prohibición de comerciar con Israel y alegan que ambos barcos desoyeron sus advertencias.

Según las normas internacionales, solo pueden atacarse embarcaciones comerciales que participen activamente en hostilidades, transporten material militar o representen una amenaza inmediata. HRW subrayó que este no era el caso de los buques afectados y recordó que los comandantes que ordenen ataques ilegales o maltraten a detenidos pueden ser responsables de crímenes de guerra.

Los ataques perpetrados forman parte de una campaña mayor contra el tráfico marítimo vinculada a la guerra en Gaza y, desde noviembre de 2023, los hutíes han efectuado más de 100 ataques a embarcaciones en el mar Rojo y el golfo de Adén, de acuerdo con el Joint Maritime Information Centre.

Imagen de archivo de milicianos
Imagen de archivo de milicianos de los rebeldes hutíes de Yemen

Además del impacto humano, HRW alertó sobre el “grave impacto ecológico” derivado de los hundimientos. En colaboración con la organización neerlandesa PAX, el activista Wim Zwijnenburg informó que imágenes satelitales muestran grandes manchas de petróleo en las áreas donde se produjeron los naufragios, amenazando la vida silvestre en una reserva natural protegida frente a la costa de Eritrea. Restos del vertido también llegaron a una comunidad pesquera local y existe el riesgo de consecuencias ambientales en Yemen, ya que los fertilizantes transportados son solubles y difíciles de contener, un desafío especialmente adverso para un país con recursos limitados, según el ex funcionario yemení Abdulqader Alkharraz.

Jafarnia instó a la comunidad internacional a abordar de manera urgente el “impacto humanitario” y a actuar para limpiar de forma rápida los derrames de crudo y sustancias químicas de los barcos hundidos a fin de mitigar el desastre ambiental. La investigadora finalizó: “Es fundamental que los gobiernos reconozcan los crímenes de guerra independientemente del actor responsable y actúen de forma urgente para paliar las consecuencias humanitarias y ambientales de estos abusos”.

La situación sigue en desarrollo y la localización de los tripulantes desaparecidos continúa siendo incierta.

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