De Di Stéfano a Mastantuono: la herencia argentina que une a River y al Real Madrid
El 23 de septiembre de 1953, Di Stéfano jugó por primera vez de blanco. Casi exactamente 72 años después, llegará Mastantuono. Otra firma en la historia de traspasos entre estos dos clubes.
Un vínculo que nació en 1953
El 23 de septiembre de 1953, el estadio Santiago Bernabéu fue testigo de un debut que marcaría un antes y un después en la historia del Real Madrid. Aquella tarde, en un amistoso ante el Nancy francés, Di Stéfano jugó por primera vez con la camiseta merengue. Lo hacía procedente del fútbol colombiano, pero con un pasado reciente y formativo en River Plate, club que lo vio nacer como futbolista profesional.

Di Stéfano no sólo se convirtió en el primer argentino en brillar con la camiseta del Real Madrid, sino también en el pionero del puente futbolístico que une a dos instituciones que, con estilos y objetivos distintos, comparten una historia de talento, formación y grandeza.
Mastantuono, una joya del nuevo siglo
Casi 72 años después, Mastantuono se prepara para iniciar ese mismo camino. A sus 17 años, este extremo derecho zurdo, elegante y explosivo, es ya el futbolista más joven en debutar oficialmente con Argentina en la era moderna. Y muy pronto, también será el más joven en hacerlo con la camiseta del Real Madrid entre los argentinos.
Su llegada está prevista para el 14 de agosto, cuando aterrizará en Valdebebas para iniciar una etapa que muchos comparan, con prudencia pero también con ilusión, con la de La Saeta Rubia. Mastantuono se convertirá en el 34º futbolista argentino en vestir la camiseta madridista.
Una tradición compartida: River-Madrid
Desde Di Stéfano, doce jugadores más han transitado ese puente entre el Monumental y el Bernabéu: Diogo, Cambiasso, Solari, Zárate, Esnáider, Ruggeri, Wolff, Rogelio Domínguez, Anzarda, Oscar Más, Saviola e Higuaín. Estos cuatro últimos, al igual que Di Stéfano y Mastantuono, fueron formados en el célebre Semillero de River Plate.
Este historial refuerza la conexión entre ambos clubes y confirma a River como una cantera natural de talento para Europa, y especialmente para el club blanco.
La venta más cara de la historia de River
El fichaje de Mastantuono no sólo es histórico por su proyección futbolística, sino también por su magnitud económica. El Real Madrid abonará 63,2 millones de euros, de los cuales 45 millones irán directamente al club argentino y 18,2 millones se destinan a impuestos y conceptos complementarios. Con esta cifra, Mastantuono supera a Enzo Fernández (vendido al Benfica en 2022 por 44,5M€) y a Saviola (traspasado al Barcelona en 2001 por 35,9M€), como la venta más cara en la historia de River Plate.
Este movimiento representa también una apuesta estratégica del Real Madrid, que en los últimos años ha consolidado su política de captación de talento joven sudamericano, como ya hizo con Vinicius, Rodrygo, o Endrick.
El futuro inmediato: adaptación y trabajo silencioso
Una vez que River fue eliminado en fase de grupos del Mundial de Clubes, Mastantuono disfruta de un período de descanso activo. Se espera que llegue a Madrid a finales de julio, donde se instalará en su nuevo hogar y comenzará su aclimatación al entorno blanco.
Por cuestiones reglamentarias, aún no podrá integrarse de manera oficial a los entrenamientos en Valdebebas. Sin embargo, el cuerpo técnico madridista sí podrá supervisar su preparación física y técnica de forma remota, garantizando que llegue en óptimas condiciones al inicio de su proceso de adaptación.
Un espejo de leyenda
El camino de Mastantuono apenas comienza, pero ya lo hace cargado de simbolismo. Que su llegada al Real Madrid coincida casi exactamente 72 años después del debut de Di Stéfano no es un simple dato estadístico. Es una señal de continuidad, de legado. Un nuevo capítulo en la rica historia que une a River Plate y al Real Madrid, escrita con talento argentino y sueños de grandeza.
Mastantuono no es Di Stéfano, ni se le exige serlo. Pero como entonces, Madrid vuelve a abrir sus puertas a un chico de River con todo el futuro por delante. Y la historia, que nunca olvida, está lista para escribir su nombre.