Adiós a la fórmula clásica de la Coca Cola: el cambio que Trump introducirá en la bebida

El presidente de los Estados Unidos ha sugerido un cambio que, según él, ha surtido efecto: azúcar de caña en vez de sirope de maíz.

Diego Delgado
As
Donald Trump ha vuelto a acaparar titulares con un anuncio insólito desde su red social. Coca-Cola cambiará su fórmula en Estados Unidos para reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña, supuestamente a petición suya. “He estado hablando con Coca-Cola sobre el uso de azúcar de caña REAL en la Coca-Cola en Estados Unidos, y han aceptado hacerlo. Me gustaría dar las gracias a todos los responsables de Coca-Cola. Será una decisión muy acertada por su parte, ya lo veréis. ¡Es simplemente mejor!”, ha escrito el presidente estadounidense en Truth Social.

Según Trump, este este paso forma parte de una nueva cruzada de su administración contra los edulcorantes y colorantes artificiales, liderada por su secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr. No obstante, el cambio anunciado no afecta a su versión predilecta del producto, la Coca-Cola Light, que no contiene azúcar. Cabe recordar que el presidente estadounidense mandó instalar un botón rojo en el Despacho Oval para que un mayordomo le sirva una de estas latas cuando la solicite.

Por ahora, Coca-Cola no ha confirmado el supuesto acuerdo. Un portavoz de la compañía, con sede en Atlanta, declaró a la agencia Associated Press que “aprecian el entusiasmo” del presidente Trump y aseguró que “pronto se compartirán más detalles sobre nuevas ofertas” dentro de sus productos", sin precisar si la receta cambiará en el país.

Del descontento del sector agrícola a la complicidad de la industria de bebidas

La posible sustitución del jarabe de maíz por azúcar de caña ha despertado cierta preocupación entre los productores de maíz, un pilar clave del sector agrícola estadounidense. John Bode, presidente de la Asociación de Refinadores de Maíz, advirtió, según AP, que “reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa con azúcar de caña no tiene sentido”. En declaraciones también recogidas por la agencia de noticias, Bode añadió: “Costaría miles de empleos en la manufactura de alimentos, deprimiría los ingresos agrícolas y aumentaría las importaciones de azúcar extranjera, todo sin ningún beneficio nutricional".

El gesto de Trump se suma a una larga relación simbiótica entre su presidencia y la industria de bebidas. James Quincey, presidente de Coca-Cola, le entregó personalmente una edición especial de Coca-Cola Light conmemorativa de su segunda investidura. Además, la empresa contribuyó con 289.750 dólares a los eventos de la toma de posesión. Más aún, Coca-Cola y Pepsi-Cola aparecieron juntas en un anuncio a página completa en varios diarios nacionales, respaldando las políticas del mandatario en materia de empleo y producción nacional.

“El presidente Trump está luchando para hacer crecer la fabricación estadounidense. Para dar prioridad a los trabajadores estadounidenses. Para recuperar el orgullo por los productos fabricados aquí mismo”, afirmaba el anuncio firmado por la asociación del sector, en un gesto poco común de unidad entre competidores históricos.

Mientras la Casa Blanca continúa su ofensiva contra los ingredientes artificiales, muchos se preguntan si el cambio de fórmula será real o, como en ocasiones anteriores, parte del estilo provocador y simbólico de Donald Trump.

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