NBA | Playoffs 2025 | Knicks 123 - 112 Pistons (1-0) / Sangre, sudor y Knicks
Los neoyorquinos hacen vibrar el Madison en una victoria de mucho mérito que demuestra que los Pistons han regresado a playoffs para dar mucha guerra.
El primer partido no defraudó. Y los Knicks, que ya tuvieron el año pasado una guerra antológica ante los Sixers (otro clásico) en primera ronda, vuelven a tener un rival que les hará sudar y poner patas arriba toda lógica táctica para llevárselo todo a una batalla física enormérrima. Así será: los Pistons plantearon un plan con el que seguro que van a seguir durante toda la serie, que consiste en destrozar a sus rivales, superarlos por abrasión. Ahí es donde tendrán que reaccionar los neoyorquinos, que luchan especialmente contra sí mismos. Y el papel de Tom Thibodeau será fundamental para ello: el entrenador es parte de un perfil inmovilista que se empeña en hacer siempre lo mismo y tiene un problema eterno con las rotaciones que nunca ha corregido. Mikal Bridges y Josh Hart son los dos jugadores que más minutos han disputado esta temporada en una clasificación en la que OG Anunoby es el noveno. Los jugadores ya llegan con fatiga acumulada a playoffs, donde los cambios se reducen más todavía. Y sólo falta por ver si el físico les aguantará lo suficiente como para pasar series. Algo que no han conseguido en los últimos tiempos, cuando llegaban exhaustos al final. Por lo que sea.
Thibodeau no ha defraudado en su planteamiento inicial, que en esencia ha sido el de siempre. Si el plan de los Pistons cansar todo lo que puedan y más a sus rivales, el entrenador quiere más o menos lo mismo. Y probablemente lo consiga: Anunoby se fue a 44 minutos, Jalen Brunson superó los 40 y Karl-Anthony Towns rozó la cifra. Pero resultó: los Pistons se adelantaron en el tercer periodo y comandaban el último en una situación que parecía límite para los locales: 90-98 con 9 minutos para el final y buenos minutos con Cade Cunningham en el banquillo, uno de los talones de Aquiles del equipo tan bien entrenado por J. B. Bickerstaff. Pero los Knicks reaccionaron de la mejor forma posible: 21-0 de parcial y a volar. El Madison Square Garden rugió como en sus mejores días, Patrick Ewing se levantaba de su asiento para aplaudir mientras recordaba esos tiempos pasados que fueron mejores. Los Pistons llegaron hasta ahí: los neoyorquinos manejaron con solvencia la ventaja conseguida y siempre estuvieron en torno a la decena de puntos de ventaja. Todavía se acercaron a 6 (118-112) con poco más de un minuto para la conclusión, pero no hubo nerviosismo para cerrar el partido. Al final, 123-112. 1-0 y a pensar en el siguiente.
Jalen Brunson, con 34 puntos (12 en el último cuarto), fue el máximo anotador del encuentro, acelerando cuando era necesario y tirando de finura y solvencia cuando así lo exigió el encuentro. Karl-Anthony Towns sumó 23, con 11 rebotes, 5 asistencias, 4 robos y 2 tapones, cuajando una actuación más que completa en ambos lados de la pista. Anunoby llegó a 23, con 7 rechaces y 5 robos. Josh Hart llegó a los 13, con 7 y 6, en algo menos de 30 minutos (poco para él), mientras que Cameron Payne estuvo excelente en los 14 minutos que disfrutó (a Thibodeau no se le puede pedir mucho más) y se fue a 14 tantos (11 consecutivos en el parcial de 21-0 que decidió el partido), con 5 de 7 en tiros de campo y 3 de 5 en triples. En los Pistons, Cunningham logró 21 puntos, 6 rebotes y 12 asistencias, Tobias Harris llegó a 25 y 6 rechaces, Tim Hardaway sumó 19 y Malik Beasley 20, con 6 de 12 desde el exterior. Pero el parcial de 40-21 fue demoledor y los Pistons perecieron, además de perder la friolera de 19 balones, algo demasiado punitivo que aprovecharon unos Knicks que hicieron en el último cuarto lo que no fueron capaces de conseguir en los tres primeros. Y no sólo en ataque, donde estuvieron realmente bien. También en defensa, provocando 6 pérdidas en los visitantes, que se quedaron en un 7 de 22 en el lanzamiento en los últimos 12 minutos y estuvieron cinco minutos sin anotar. Los de la espectacular racha de los Knicks.
La serie va a ser así. Los Pistons tienen que resolver sus problemas en los finales de partido y aguantar el tirón cuando sea necesario para resistir a un rival con más experiencia que la joven plantilla que arrastran. Algo que les puede permitir correr como si no hubiera un mañana y dar palos a diestro y siniestro (se cometieron 42 faltas en el partido, 21 de cada equipo), pero que no va a su favor en los momentos calientes, especialmente si tenemos en cuenta que la plana mayor del equipo (Cunningham, Ausar Thompson, Jalen Duren...) se acaban de estrenar en playoffs. Ahí es donde los Knicks deberán prevalecer y hacer bueno su favoritismo en la serie (en la que son favoritos, eso seguro) y ser conscientes de que los Pistons pondrán una marcha más, promovidos por la necesidad y la obligación de al menos rascar un partido en el Madison para no irse 2-0 a Detroit. Tradicionalmente, en la Conferencia Este la ventaja de campo siempre ha tenido una importancia mucho mayor que en cualquier otra parte del mundo. Aunque, para tradiciones, las que han cumplido con creces Knicks y Pistons en el primer partido de una eliminatoria que dará mucho que hablar. Garra, rebote y tortazos para todo y para todos. Puro baloncesto.