Detuvieron a dos adolescentes belgas por el contrabando de 5.000 hormigas en Kenia
Las autoridades identificaron a otros dos sujetos que también estarían involucrados en este esquema de tráfico hacia Europa y Asia
Nakuru se caracteriza por albergar varios parques nacionales, lo que facilita el acceso a este tipo de insectos.
Los adolescentes fueron formalmente acusados de piratería de vida silvestre y en las últimas horas comparecieron ante un juez en Nairobi a quien, en un intento por defenderse, dijeron que estaban recolectando los insectos por diversión, sin saber que se trataba de una actividad ilegal.

A la par, otros dos sujetos fueron arrestados en un caso que, según se cree, estaría relacionado con esta misma trama de tráfico de especies pequeñas y poco conocidas.
Los hombres fueron juzgados por el mismo tribunal que los adolescentes de Bélgica.
Según los expertos kenianos, el total de hormigas en posesión de los cuatro acusados asciende al millón de chelines, es decir, unos USD 7.700. Su valor final, sin embargo, puede variar dependiendo de la especie y el mercado.
El Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS por sus siglas en inglés) sumó, por su parte, que el destino final de estas cajas era, muy probablemente, Europa y Asia, y precisó que en ellas que había identificado a la especie messor cephalotes, una hormiga recolectora grande y de color rojo, nativa de África oriental.

La exportación ilegal de las hormigas “no solo socava los derechos soberanos de Kenia sobre su biodiversidad sino que, también, priva a las comunidades locales y a las instituciones de investigación de potenciales beneficios ecológicos y económicos”, advirtió el Servicio en un comunicado.
Durante años, la principal preocupación del país en lo que respecta al tráfico ilegal de fauna recaía en partes de animales salvajes grandes, como elefantes, rinocerontes y pangolines, entre otras especies.
Sin embargo, estos dos casos, sumados a otros recientes, dan cuenta de un “cambio en las tendencias de tráfico, de mamíferos icónicos grandes a especies menos conocidas, pero igualmente ecológicamente críticas”.

En ese sentido, Philip Muruthi, vicepresidente de conservación de la Fundación Africana de Vida Silvestre en Nairobi, explicó que las hormigas desempeñan un papel fundamental a la hora de enriquecer los suelos, permitir la germinación y proporcionar alimento para otras especies, como las aves.
“La cuestión es que, cuando ves un bosque saludable, como el bosque de Ngong, no piensas en lo que lo hace saludable (pero) son las relaciones, desde las bacterias hasta las hormigas y las cosas más grandes”, puntualizó en un intento por advertir del riesgo de traficar este tipo de especies.
Asimismo, señaló que hacerlo de manera ilegal conlleva también el riesgo de exportar enfermedades a la industria agrícola de otros países.
“Incluso si hay comercio, debería estar regulado y nadie debería estar llevándose nuestros recursos, así nada más”, sumó.