La Tierra estuvo a punto de ser impactada por una tormenta solar de clase X1.1, dicen científicos
La NOAA informó que el evento astronómico catalogado en el máximo nivel de potencia pudo interferir en las comunicaciones de alta frecuencia
El evento se produce en un contexto de alta actividad solar, poco después del pico del Ciclo Solar 25, alcanzado a finales de 2024. De acuerdo con la NASA, durante los picos solares aumentan las probabilidades de que ocurran tormentas solares, provocadas por una compleja red de campos magnéticos que se distorsionan y reconectan, liberando grandes cantidades de energía. Las llamaradas como la reciente X1.1 pueden generar desde apagones de radio hasta auroras polares visibles en latitudes inusuales.
¿Cuáles son los impactos de una tormenta solar?

Según la NOAA, las erupciones de clase X pueden degradar o interrumpir señales de radio en la cara diurna de la Tierra, afectando especialmente las bandas de frecuencia alta (HF) utilizadas en aviación y navegación marítima. Estas interrupciones pueden durar desde minutos hasta un par de horas. Aunque esta llamarada no causó efectos generalizados, los usuarios de radio HF en zonas del hemisferio iluminado reportaron pérdidas temporales de señal.
Los especialistas también advierten que si una CME se dirige directamente a la Tierra, podría generar una tormenta geomagnética, con efectos sobre satélites, redes eléctricas y sistemas de navegación. De acuerdo con la NASA, las CMEs más rápidas pueden alcanzar el planeta en aproximadamente 15 horas, mientras que otras tardan varios días. Por eso, el monitoreo constante de la actividad de AR4046 será clave en los próximos días.
Precedentes históricos: 2003 y 2024

Aunque las llamaradas solares clase X no son comunes, tienen antecedentes significativos. En mayo de 2024, la Tierra fue impactada por una serie de llamaradas entre X5 y X8.7, que provocaron auroras visibles hasta Florida y el Caribe. Y en octubre de 2003, el conocido evento como la “Tormenta Solar de Halloween” interrumpió servicios satelitales y comunicaciones aéreas durante varias horas. Aquel episodio subrayó la capacidad de estos fenómenos para alterar sistemas tecnológicos en el planeta.
Los expertos consideran que la actividad solar puede mantenerse intensa incluso años después del máximo solar, lo que implica que fenómenos como el registrado el 28 de marzo no son inesperados. El SWPC de la NOAA continúa emitiendo alertas y monitoreos en tiempo real para anticipar posibles tormentas geomagnéticas si se detectan CMEs dirigidas hacia la Tierra.
La atención de los científicos se centra ahora en la evolución de la mancha solar AR4046, que ya ha demostrado un alto nivel de inestabilidad. Si esta región gira hasta alinearse plenamente con la Tierra, nuevas llamaradas podrían tener efectos más directos sobre la atmósfera y los sistemas de comunicación global.


