El estado de salud del Papa Francisco se mantiene estable, pero los médicos optan por no darle de alta todavía
Continúa la ligera mejoría del papa, que sigue estable dentro del cuadro clínico complejo
InfobaeEl Papa Francisco continúa bajo observación médica debido a una infección polimicróbica y neumonía bilateral que, aunque ya no representan un riesgo inminente para su vida, requieren un monitoreo constante. La Santa Sede ha comunicado que la condición del Pontífice muestra leves mejoras dentro de un cuadro clínico que sigue siendo considerado complejo por los especialistas. A pesar de la estabilidad alcanzada, los médicos han decidido no apresurar su alta hospitalaria, priorizando la prudencia en su recuperación.
Tratamientos y medidas de precaución
El tratamiento del Papa Francisco incluye el uso de cánulas nasales de oxígeno a alto flujo durante el día, mientras que por las noches se le administra oxígeno mediante una máscara de ventilación asistida. Estas medidas buscan garantizar una adecuada oxigenación y prevenir posibles complicaciones respiratorias. Los médicos han señalado que, aunque la infección y la neumonía ya no representan un peligro crítico, el cuadro clínico del Papa sigue siendo evaluado con cautela para anticipar cualquier eventualidad.
Los especialistas se reservan el derecho de ajustar el tratamiento en caso de que surjan nuevas crisis. Esta postura refleja la complejidad del estado de salud del Pontífice, quien, a pesar de las mejoras, continúa bajo estricta supervisión médica.
El Hospital Gemelli de Roma publicó ayer por la tarde el parte actualizado sobre el estado de salud del papa Francisco, después de que por la mañana informaran de que había pasado una “noche tranquila”.

Decisiones médicas basadas en prudencia y estabilidad
La decisión de no dar de alta al Papa Francisco responde a un enfoque prudente por parte del equipo médico. Aunque las condiciones clínicas del Pontífice ya no son inestables, los especialistas prefieren mantenerlo bajo observación para garantizar que su recuperación sea completa y sin contratiempos. Esta postura también busca evitar recaídas que puedan comprometer nuevamente su salud.
El Vaticano, por su parte, ha reiterado su compromiso de informar de manera transparente sobre la evolución del estado de salud del Papa, evitando así la circulación de información errónea o especulativa. La Santa Sede ha subrayado que cualquier cambio significativo en el cuadro clínico será comunicado oportunamente.
El sumo pontífice, de 88 años, ingresó en el hospital el pasado 14 de febrero por problemas respiratorios provocados por una bronquitis que acabó derivando en una neumonía bilateral que ha provocado altibajos en su estado de salud, incluyendo “episodios de insuficiencia respiratoria aguda” el pasado lunes.