El ‘diablo’ siempre llama dos veces

El Manchester United vuelve a interponerse en el camino de la Real Sociedad en Europa. Ya se le ha ganado, pero ahora quiere eliminarle en el momento más bajo de su historia.

Roberto Ramajo

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Dicen que el cartero siempre llama dos veces. En el caso de la Real Sociedad, el cartero de Europa le ha llamado más de dos veces para colarse por fin en las rondas finales de las competiciones continentales. Porque lleva años llamando a la puerta de los cuartos de final, pero la realidad es que siempre se ha quedado en el felpudo. O caía en dieciseisavos o en octavos de final. Pero no lograba pasar ninguna eliminatoria de las decisivas. Eso ya es historia con Imanol Alguacil, superando con mucha solvencia al Midtjylland danés en la anterior ronda. Y ahora vuelve a interponerse en su camino hacia el sueño final el Manchester United. Es la cuarta vez en los últimos doce años que se ven las caras en competición continental, en lo que es ya un nuevo clásico europeo. Así que para la Real Sociedad, es el diablo el que siempre llama dos veces.

Ese diablo viste de rojo y ahora parece que no es tan fiero como lo pintan. Pero bien harían los txuri-urdin en no fiarse demasiado, porque un diablo herido puede que sea todavía más peligroso. Para el Manchester United la Europa League se ha convertido en el último clavo ardiendo al que agarrarse para salvar su triste temporada. Fuera de la Carabao Cup y la FA Cup, situado el 14º en la Premier League sin casi opciones de clasificarse para Europa, la única opción que tiene es esta competición continental, que de repente se ha convertido en algo prioritario. Eso puede entenderse como una presión añadida para un club histórico y gigante que, debido a su crítica situación, vive todo con una tensión extrema. O como una motivación extra para estar a la altura de la gloria de su nombre y escudo, justo en el momento que en Reino Unido no dudan en calificar como el más bajo de su historia. No olvidemos que el Manchester United es todavía el club más grande Inglaterra y uno de los más poderosos del mundo, hasta el punto de que es el más ingresa en merchandising. Es un gigante dormido. Un coloso en llamas que puede explotar como la Real Sociedad le elimine de Europa. Tiene problemas tanto deportivos como institucionales. Rubén Amorim no ha dado con la tecla y dentro del vestuario hay tiranteces que juegan en su contra. Maguire, que acaba de cumplir 32 años, se lo pierde por lesión.

Contra todo eso sabe que tiene que jugar la Real Sociedad, que no sabe muy bien qué postura adoptar. Desde luego no quiere para nada sentirse favorito, a pesar de lo que diga el momento por el que atraviesa el Manchester. Aunque es consciente de que el hecho de que las aguas bajen revueltas en torno a los ‘red devils’ le puede favorecer y que está ante una oportunidad única en su historia de eliminar a uno de los clubes más poderosos del continente. Y de estas opciones no se presentan todos los años. Así que quizá le convenga adoptar una postura más victimista, consciente de la grandeza del rival que tiene enfrente, pasarle toda la presión, y después darle la estocada en el momento adecuado. Porque puede que los donostiarras tampoco estén todo lo finos que sería necesario para plantar cara a todo un Manchester, por muy mal que pueda estar. Pero no hay duda de que tiene argumentos más que suficientes para competir y soñar con clasificarse. De momento, Imanol se pone la piel de cordero y juega al despiste con los jugadores que llegaban tocados al partido. Porque, aunque Zubimendi, Aguerd y Sucic han entrado en la convocatoria, no ha querido desvelar si están como para ser titulares. Y tiene que salir con todo en este primer episodio de esta nueva batalla contra los diablos rojos, porque para soñar en el teatro de los sueños la semana que viene, es obligatorio salir con un buen resultado de su casa, con su gente, en otra noche europea para la historia. Ya cayeron otros campeones de Europa, ahora toca el United. Porque si el diablo rojo herido llama dos veces, la Real sabe responder también dos veces.