Croacia 2-0 Francia / Francia es un drama

Los de Deschamps, en un partido para olvidar, sucumben 2-0 contra Croacia y están contra las cuerdas en la Nations League.

Andrés Onrubia

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Cualquiera diría que Francia ha disputado las dos últimas finales de los Mundiales. Porque, en otra actuación bochornosa, una constante en el último lustro con Deschamps, cuyo ciclo terminará en 2026, fue doblegada 2-0 por una Croacia que se limitó a competir, una palabra que no entra en el diccionario de los galos cuando decide salir a verlas venir. Bastaron dos zarpazos, uno de Budimir, otro de Perisic, para dar un paso de gigante en la eliminatoria de la Nations, que se decidirá el domingo en Saint-Denis.

Croacia le sacó los colores a Francia en la primera parte. La selección balcánica no negocia ni un partido, independientemente del torneo, y los de Deschamps juegan a la carta. Cuando quieren, son imbatibles. Cuando no, son un compendio de individualidades, no un equipo, que es lo que impera en el fútbol de selecciones.

El penalti de Konaté, cuando apenas transcurrían cinco minutos, fue el preludio del caos. Lo falló Kramaric, que se topó con un inmenso Maignan, especialista en penas máximas. Y, aunque hubo un conato de reacción, tras dos disparos de Mbappé, sendos repelidos por Livakovic, el desastre se consumó.

Budimir, un dolor de muelas para cualquier central, un incordio constante, un boina verde en el área, incluso para Saliba, que empequeñecía en cada duelo, se anticipó al del Arsenal y, de cabeza, no podía ser de otra manera, rubricó el 1-0. El resultado era más que justo. Francia agonizaba. Y Croacia lo olió. Perisic, con una volea espectacular, imparable para Maignan, marcó el segundo y recrudeció la crisis gala.

El cambio de Deschamps para cambiar el partido fue un central, Upamecano, por Konaté. Francia fue mejorando poco a poco, pero le fue insuficiente. Dembélé se sublevó. El del PSG, el máximo goleador del 2025, generó dos oportunidades muy claras, una tras pase de Mbappé, y otra asistiendo al del Real Madrid, que volvió a toparse con Livakovic. Croacia aguantó con fiereza y se llevó un triunfo merecido contra una Francia completamente desubicada.