China repudia la venta de puertos del canal de Panamá a una firma estadounidense
CK Hutchison, un conglomerado de Hong Kong, planea cerrar un acuerdo con el gigante financiero BlackRock para la entrega de infraestructuras importantes
Pero Ta Kung Pao, periódico de Hong Kong propiedad del gobierno y del Partido Comunista chinos, denunció la transacción portuaria prevista. La crónica del periódico, publicada el jueves, arremetía contra los planes de la empresa hongkonesa CK Hutchison de vender puertos en ambos extremos del canal de Panamá y más de 40 puertos en otras partes del mundo por 19.000 millones de dólares a un grupo inversor dirigido por BlackRock, un gigante estadounidense.
La crónica advertía de que, ante la amenaza del gobierno de Donald Trump de aumentar los aranceles sobre las mercancías que lleguen en barcos construidos en China a los puertos estadounidenses, China necesita mantener su presencia en el canal de Panamá. El canal se describía como “la ruta central del comercio de China con América Latina y el Caribe”.
Ta Kung Pao dijo que los usuarios de internet en China consideraban la transacción “con fines de lucro e injusta”, y añadió que “vende a todo el pueblo chino”.
La crónica concluía diciendo que las empresas implicadas en la transacción prevista deberían “pensar detenidamente en qué posición y en qué lado deben situarse”.

Las acciones de CK Hutchison cayeron bruscamente el viernes en la bolsa de Hong Kong. Hutchison no respondió a las llamadas telefónicas ni a un correo electrónico en busca de comentarios.
Beijing había rechazado anteriormente las advertencias de Trump sobre la influencia china en el canal de Panamá. El presidente Trump acogió con satisfacción el acuerdo con BlackRock.
CK Hutchison está controlada por el multimillonario de Hong Kong Li Ka-shing, cuya fortuna, según Bloomberg News, asciende a 31.000 millones de dólares. Li, apodado “Superman” por los medios de comunicación de Hong Kong por sus décadas de astutos movimientos en el mercado, ha sufrido un deterioro constante de sus relaciones con Beijing desde que Xi asumió el poder en 2012.
Li vendió muchas de sus inversiones inmobiliarias en China continental en los años previos a la pandemia de la COVID-19 y reinvirtió gran parte del dinero en Europa. Sus acciones fueron muy criticadas por los nacionalistas chinos, pero resultaron acertadas en términos financieros. Pudo salir de estas inversiones antes de que empezara el desplome del mercado inmobiliario chino en 2021, que no ha dejado de empeorar desde entonces.

Durante las protestas democráticas de Hong Kong en 2019, Li expresó sentimientos que se interpretaron como de simpatía hacia los manifestantes y sus exigencias. Los aliados de Beijing en Hong Kong también lo criticaron entonces.
Las disputas de Li con Xi vienen de más atrás. En la década de 1990, mucho antes de que estuviera claro que Xi podría convertirse algún día en el máximo dirigente de China, era el principal funcionario de Fuzhou, ciudad del sudeste del país. Xi detuvo un proyecto de Li para construir rascacielos en un barrio histórico de Fuzhou.
No quedó claro de inmediato si China iría más allá de sus críticas al acuerdo con CK Hutchison, pero el gobierno chino ha interferido en otras transacciones comerciales en el pasado.
Pan Shiyi y Zhang Xin, dos empresarios inmobiliarios que a veces se mostraban escépticos ante las políticas gubernamentales, acordaron en 2021 vender una participación mayoritaria de su imperio, Soho China, a Blackstone, otro gigante de la inversión estadounidense, por nada menos que 3000 millones de dólares. Pero el gobierno chino se negó a aprobar la transacción, que luego se vino abajo.