El Madrid fue toro, el Barça fue torero
Alfredo Relaño, As
Paliza en Yeda, con un primer tiempo supremo del Barça, que alcanzó el minuto 48 con la inaudita ventaja de 1-5, fruto únicamente de la gran distancia en el juego. Sólo hay que repasar la composición de las dos líneas medias para ver la diferencia: dos estrategas, Pedri y Casadó, en un lado; dos vigoréxicos, Valverde y Camavinga, en el otro. El balón se puso del lado de los primeros, que alimentaron de forma continua a su triplete de ataque. Un triplete magnífico que además se enfrentó a una defensa del Madrid más remendada que el pantalón de un payaso. Courtois dejó el roto en cinco con algunas paradas enormes.
Un destrozo que coincidió con el mejor día de Mbappé, curiosamente. Adelantó al Madrid con una gran escapada, provocó la falta del segundo, que vino acompañada de la expulsión de Szczesny, le sacó una parada enorme a Iñaki Peña y estuvo bien en prácticamente todo. Pero ya decía Di Stéfano que ningún jugador es mejor que todos juntos, y ayer el resto fue un grupo desordenado. Ancelotti corrigió el equipo después del 2-5, pero la paliza abrumaba demasiado. Once contra diez, el Madrid no fue capaz ni de sacudirle la estantería al Barça, que se agrupó bien y dejó pasar el tiempo. El final fue tedioso y hasta se ensució.
Gran noche para Flick, que deja atrás el bache y puede sumar cuatro más cinco, nueve, los goles que su Barça le ha marcado al rival, que aún tiene que ir a Barcelona. Un palo fuerte para el Madrid, que previamente había cedido el liderato de LaLiga al Atlético, feliz campeón de invierno tras vencer a Osasuna. Y un borrón en la carrera de Gil Manzano, que salió a evitar problemas y los encontró precisamente por eso, pues se comió un penalti y tres expulsiones. Una actuación mala en un partido muy visible que le puede perjudicar con vistas a su ambición de ser el árbitro español en el Mundial de Clubes del verano.