El extraño pedido de captura de un fantasma de Hamas
La Corte Penal Internacional emitió órdenes de detención contra un yihadista palestino, Benjamin Netanyahu y uno de sus ex ministros. Críticas a la investigación del fiscal Karim Khan
Infobae
Mohammed Deif es un fantasma. Un espectro. Así es considerado por muchos en Medio Oriente. Junto a Yahya Sinwar fueron los arquitectos de la mortífera incursión en el sur del Israel el 7 de octubre de 2023 en la que se torturó, violó, asesinó y secuestró a miles de víctimas, la mayoría de ellas civiles. Constituyó la semilla de la devastadora guerra en la región que cumple hoy 413 días. Deif fue eliminado -de acuerdo a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI)- en un bombardeo en Khan Younis, Gaza, el pasado 13 de julio.
Tras el anuncio de su muerte -y de la de Ismail Haniyeh, responsable del ala política de Hamas-, el grupo terrorista nombró a Sinwar como sucesor y jefe absoluto de la organización. Pero el otro cerebro de los ataques yihadistas en territorio israelí en 2023 también fue hallado por las FDI y ultimado durante un imprevisto intercambio de fuego el 17 de octubre pasado.
La pregunta siguiente respecto a quién comandaría a partir de entonces la agrupación comenzó a plantearse no sólo en Gaza, sino en Israel, Estados Unidos, Egipto y Qatar, residencia durante años de varios de los popes de Hamas. Fue entonces que se dispuso que el comité que conduciría al grupo terrorista desde Doha estaría compuesto por Khalil al-Haya (el segundo de Sinwar en Gaza), Zaher Jabarin, Khaled Mashaal, Mohammed Darwish y un quinto integrante cuya identidad la agrupación no hace pública por seguridad.
Al igual que Sinwar, Deif y Haniyeh, estos cinco miembros del “comité político” estaban al tanto de los planes terroristas que conmovieron al mundo el 7 de octubre de 2023. Es por eso que resulta llamativo que la CPI -por pedido de su fiscal, Karim Khan- prefiera ir contra un fantasma y no contra cinco de los responsables aún vivos del grupo terrorista que podrían ser encontrados en el Four Seasons de Doha.
Para clarificar: Khan pidió la detención de Deif, pero de acuerdo a su criterio pudo haber sido también contra los otros jefes de Hamas muertos en los últimos meses en Gaza y Teherán. El fiscal quizás argumente que no tiene constancia del deceso del terrorista. Pero sí debería tenerla de la existencia de los huéspedes de Qatar, a quienes no busca incomodar.
Existen otros cuestionamientos hacia Khan. Uno radica en que basa sus pedidos de captura contra Benjamin Netanyahu y su ex ministro de Defensa, Yoav Gallant -y sus acusaciones contra Israel- en informes aportados por el ministro de Salud de Gaza, Mufiz al-Makhalalati y su vocero Ashraf al Qidra. Ambos son miembros de Hamas.
Esta dependencia perdió absoluta credibilidad cuando -el 17 de octubre del año pasado- acusó a Israel de haber bombardeado el hospital Al Ahli y provocado la muerte de 500 personas. A las pocas horas se comprobó que la masacre había sido causada por cohetes disparados por Hamas y que cayeron dentro de su territorio. Varias imágenes lo corroboraron.
A Khan tampoco le advirtieron que muchas de las víctimas palestinas son producto de la estrategia del grupo terrorista que usa civiles como escudos humanos: hospitales, escuelas, edificios enteros son utilizados por los extremistas como refugios, depósitos y bases operativas. Menos aún permite que la población se resguarde de los bombardeos israelíes en sus túneles -ya diezmados- reservados únicamente para sus milicias.
Fueron muchas las voces que se alzaron contra la decisión de la CPI de emitir órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant. Italia, en boca de su vicepresidente Matteo Salvini dijo: “Los criminales de guerra son otros”. Estados Unidos también rechazó las acusaciones y recordó que esa corte no tiene jurisdicción sobre el asunto. “Nos sentimos sumamente preocupados por la resolución del Fiscal de emitir órdenes de detención y por los inquietantes errores de procedimiento que llevaron a esta decisión”, dijo un vocero del Consejo Nacional de Seguridad.
Por su parte, la Asociación Internacional de Abogados Judíos (IJL, por sus siglas en inglés) publicó un comunicado en el cual critica el accionar de Khan a quien acusa de haberse fundado en “argumentos jurídicos extremadamente débiles” para su acusación de crímenes de guerra. “Al desestimar los argumentos de Israel, el Tribunal se basó en fundamentos jurídicos extremadamente débiles. Por ejemplo, desestimó las impugnaciones jurisdiccionales básicas sobre nacionales israelíes, basando su decisión únicamente en la cuestión controvertida de la estatalidad palestina”, señala el enunciado.
“Aunque la base probatoria de las órdenes sigue siendo secreta, el comunicado de prensa de la Corte revela una dependencia de fuentes parciales, selectivas y sesgadas. Estos indicios apuntan a una iniciativa antiisraelí políticamente motivada que corre el riesgo de socavar la credibilidad, el papel y el futuro de la CPI. Este tipo de acciones convierten a la Corte en una herramienta para quienes pretenden utilizar cínicamente el derecho internacional como arma”, afirmó la IJL en el documento.
Las instituciones israelíes -única democracia de Medio Oriente- funcionan y gozan de una alta credibilidad en su población. Ante lo que parecería ser una falta de solidez por parte de la CPI, serán finalmente las encargadas de resolver si Netanyahu y su gabinete cometieron crímenes de guerra o excesos en su respuesta al ataque terrorista de Hamas. También deberá definirse qué grado de responsabilidad política cabe en las fallas de seguridad que ocurrieron aquel infausto 7 de octubre y desataron esta tragedia humanitaria.