Arqueólogos descubren un nuevo e “irreparable” efecto del tabaco que persiste incluso después de muerto
Una investigación demuestra que existen “diferencias significativas en las características moleculares” de los consumidores de hace siglos
“Nuestra investigación muestra que existen diferencias significativas en las características moleculares contenidas en los huesos de los consumidores y no consumidores de tabaco en el pasado. Esto potencialmente muestra que podemos ver el impacto que el consumo de tabaco tiene en la estructura de nuestro esqueleto. Nuestra investigación en curso tiene como objetivo determinar cómo surgen estas diferencias, ya que pueden tener importancia para comprender por qué el consumo de tabaco es un factor de riesgo para algunos trastornos musculoesqueléticos y dentales”, explica en un comunicado la doctora Sarah Inskip, una de las investigadoras implicadas e el estudio.
En este sentido, mediante el análisis de restos óseos de un total de 323 individuos, los investigadores han identificado claramente los cambios óseos en los europeos occidentales desde que se introdujo el tabaco. Para ello, se analizaron los restos de 177 individuos adultos del cementerio de St James’s Garden en Euston de Londres, que datan de los siglos XVIII y XIX; así como los de otros 146 individuos de un cementerio de una iglesia rural en Barton-upon-Humber en Lincolnshire, que vivieron antes de la introducción del tabaco en Europa (1150-1500 d.C.) y también después (1500-1855 d.C.).
Los efectos del tabaco
Aunque los efectos perjudiciales del tabaquismo en los tejidos blandos y órganos, como el aumento del riesgo de cáncer de pulmón, vejiga y garganta, así como de accidentes cerebrovasculares y enfermedades coronarias, están bien documentados, el impacto en los huesos ha sido menos estudiado. Aún así, el tabaquismo se ha relacionado con problemas óseos, como la disminución de la densidad ósea, el aumento del riesgo de fracturas y la periodontitis.