Lunin renueva hasta 2028
Tras un verano escuchando ofertas y dando largas al Madrid, volantazo: firma tres años más. Ahora, transmite fuerzas para competir con Courtois.
Lunin, pese a saber que sus deseos seguirán sin poder ser órdenes, se queda. Renueva con el Real Madrid por tres temporadas (hasta 2028) y será madridista, mínimo, hasta los 29 años. Eso, salvo que haya nuevos giros en su voluntad, que ahora deberán pasar por el Madrid. Esa es la diferencia. Salir ya no dependerá exclusivamente de él; deberá pasar por Chamartín. Por negociar. El mapa cambia por completo. Han sido semanas de muchas dudas en la cabeza de Lunin, con Kepa esperando (habría sido el recambio, de salir) y un silencio incómodo para todas las partes. El entorno del portero le empujaba a salir, pero su cabeza a quedarse. Y ha ganado la segunda.
Dos veces fuera... pero hasta 2028
Continúa un portero que se ha asomado al mercado hasta en dos ocasiones, pero finalmente firma casi una vida en el mismo club. Y es que el Madrid, además de este verano, tuvo decidido venderlo el de 2023. Pero Courtois se rompió el cruzado y desató un huracán, ante el que Lunin fue anticiclón. Empezó a jugar, gustar, convencer y, por último, girar el timón de su futuro. El club, a nivel deportivo, no tiene dudas con él y Andriy, ahora, transmite sentirse con fuerzas para competir con Courtois. Las piezas, esas que hace un mes parecían imposibles de encajar, ahora lo hacen. Y el puzle es un hecho: renovado hasta 2028. Cuatro temporadas (la que le quedaba y las tres que amplía). Jugará en el Real Madrid, mínimo, hasta rozar la treintena. ¿Cuándo será oficial? Depende del club, muy particular para estas cosas (tuvo durante meses a Vinicius renovado y sin anunciarlo, por ejemplo). Pero se desliza que es casi inminente.
Historia de un despegue
Andriy atraviesa el nudo de su historia. Una que tuvo una introducción que se podría separar en dos actos. El primero, especialmente duro: llegó a España el verano de 2018, firmado por la salida de Kiko Casilla y de la mano de Courtois, pero el Madrid decidió cederlo al Leganés, donde fue suplente de Cuéllar y sólo jugó cinco partidos de Liga. La temporada siguiente, 2019-20, salió cedido al Valladolid, un préstamo cancelado de manera abrupta ante la falta de minutos y oportunidades: no llegó a disputar ni uno de Liga, limitándose a los dos cruces de Copa (en Tolosa y Marbella). Así que el Madrid lo reenvió a Oviedo, donde fue titularísimo, jugando todos los partidos a partir de la jornada 23. A la tercera, la vencida.
Cinco partidos en dos años
Pero no fue hasta la 2020-21 cuando se asentó definitivamente en el Madrid. No hubo más cesiones, esa vez volvió para quedarse... pero en una sombra más oscura que la cara oculta de la luna. Aquella temporada, sin ir más lejos, sólo jugó un partido oficial: el cruce ante el Alcoyano en Copa (con debacle, 2-1). Tuvo que esperar hasta la 2021-22 para desempolvar –ligeramente– los guantes: dos partidos de Copa (la revancha ante el Alcoyano y una salida a Elche; porque la noche de la eliminación, contra el Athletic, Ancelotti tiró de Courtois) y dos jornadas de Liga, al final, ya con el título ganado (el derbi en el Metropolitano y la visita a Cádiz). Ese choque contra el Atlético fue su primero con el Madrid en Liga: 1.416 días y tres cesiones después.
Pero el pregón de una nueva era. Porque la temporada pasada, 2022-23, Courtois atravesó varios problemas físicos que le abrieron diferentes puertas: desde una una inflamación del sacro hasta unas molestias musculares en el muslo. Andriy disputó 12 partidos y al octavo oficial, firmó su primera portería a cero (el asunto, por momentos, tuvo un aura de maldición). Fue a más. Hasta llegar a la pasada, la explosión definitiva. Porque con esos números llegó al verano pasado, en el que el club empezó a asumir que su camino pasaba por una venta este mercado. Que no había cuajado. Pero Courtois se rompió.
Un ‘no Zamora’, Mánchester...
Y dio un paso al frente. Pese a que hasta enero el pulso con Kepa estuvo al rojo vivo, en Arabia se consolidó como titular e inicio una recta final de curso espectacular, culminada con su heroica actuación en Mánchester. Se encumbró, espantó fantasmas y convenció. Fueron 12 porterías a cero en 31 partidos, ostentando un notable 0,81 en Liga, cifra de candidato Zamora... pero sin poder serlo, porque no alcanzó los 28 partidos ligueros, requisito mínimo para optar el trofeo (sólo pudo aspirar a 26). Pero su metamorfosis ha llegado hasta aquí. De no jugar un sólo partido de Liga con el Valladolid, a firmar cifras de Zamora.
Sentimiento de titular
Lunin se queda hasta 2028, ampliando su contrato tres temporadas (acababa en 2025). Llegó al Real Madrid el 22 de junio de 2018, teniendo 19 años y se quedará, mínimo, hasta rozar los 30. Casi una década defendiendo los colores de un equipo con el que ha ganado dos Champions, dos Ligas, una Copa del Rey, un Mundial de Clubes, dos Supercopas de Europa y dos Supercopas de España. Renueva y transmite que sí, se siente con fuerzas para competir con Courtois. Como para ser el portero titular del Real Madrid en el medio plazo, cuando el ocaso del belga asome (acaba de cumplir 32 años y acaba contrato en 2026). Lunin, tras un verano de marejada, calma las aguas. Firma. Renueva tres temporadas. Hasta 2028.
