Crecieron un 60% las emisiones de dióxido de carbono por los incendios en la Amazonía brasileña

Brasil sufre la peor sequía desde 1950, una situación que afecta a más de la mitad del territorio nacional, según el Centro Nacional de Vigilancia y Alerta de Catástrofes Naturales

Un área con incendios en el Parque Estatal Guajará Mirim (EFE/ Isaac Fontana)
Un área con incendios en el Parque Estatal Guajará Mirim (EFE/ Isaac Fontana)

El volumen de emisiones generado por estos incendios en solo tres meses es comparable a las emisiones anuales de países como Noruega. De los bosques destruidos, se perdió un total de 700.000 hectáreas, lo que produjo 12,7 millones de toneladas de CO2 equivalente, más del doble que en el mismo lapso de 2023, señaló el Ipam.

Según la ONG, incluso después de extinguidos los incendios, las emisiones de gases contaminantes persisten debido a la descomposición de la vegetación afectada, un fenómeno conocido como emisión tardía. Se estima que entre los próximos 5 a 10 años, este proceso podría liberar entre 2 a 4 millones de toneladas de CO2 equivalente.

Fotografía de archivo de una vista panorámica de la capital brasileña, Brasilia (FE/Joédson Alves)
Fotografía de archivo de una vista panorámica de la capital brasileña, Brasilia (FE/Joédson Alves)

El Observatorio del Clima informó que el secamiento prolongado y la intensificación de la sequía en Brasil, considerada la peor desde 1950, contribuyeron significativamente a la proliferación de los incendios este año. La sequía afecta a más de la mitad del territorio brasileño y es impulsada por el calentamiento global y la degradación de la vegetación.

El Centro Nacional de Vigilancia y Alerta de Catástrofes Naturales (Cemaden) atribuye la sequía a una combinación de factores que incluyen la alteración climática y cambios en el uso del suelo. Estos factores han reducido la capacidad de la vegetación para conservar humedad, exacerbando las condiciones de sequía en el país y facilitando la propagación de incendios.

El Sistema de Estimativas de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (SEEG), del cual forma parte el Ipam, lleva registrando anualmente desde 2013 los datos referentes a emisiones de gases contaminantes en Brasil.

Según estos registros y con la información más reciente, se puede observar un preocupante incremento en la degradación ambiental y los impactos climáticos derivados de los incendios en la Amazonía.

El humo provocado por los incendios en la ciudad de Porto Velho  (EFE/ Isaac Fontana)
El humo provocado por los incendios en la ciudad de Porto Velho (EFE/ Isaac Fontana)

En varias ciudades brasileñas se reportan intensas humaredas y una densa capa de humo que afecta la visibilidad y la calidad del aire.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, realizó la semana pasada un viaje al estado de Amazonas para visitar las comunidades rurales afectadas por la sequía. Además, el miércoles pasado llamó a los países ricos a financiar definitivamente la protección de la Amazonía, en un momento en que el ecosistema enfrenta una devastadora ola de incendios forestales.

La situación es muy grave”, alertó Lula en una entrevista a la emisora Radio Norte FM.

En Brasil y Bolivia, estos han tenido un impacto significativo en las zonas vecinas de Argentina, Paraguay y Uruguay, provocando alertas por el humo que ha cruzado las fronteras. El martes pasado, varias provincias argentinas estuvieron cubiertas de humo debido a los incendios que han afectado principalmente el oriente y el norte de Bolivia.

En Paraguay, se declaró una “alerta epidemiológica” debido a la mala calidad del aire, empeorada por el humo proveniente de Bolivia y Brasil. Además, las instituciones educativas han suspendido las clases presenciales en respuesta a la situación.

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