Irán sigue enriqueciendo uranio: está a dos kilogramos de la cantidad suficiente para fabricar cuatro bombas nucleares
El régimen persa aumentó sus reservas de este material con una pureza del 60%, muy cercano al 90% necesario para la producción de las armas tan temidas
Los expertos notificaron en el último informe trimestral que las reservas de la sustancia a una pureza del 60% habían aumentado 16% entre junio y agosto, lo que se traduce en unos 22,6 kilogramos, hasta los 164,7 kilogramos totales. Con esta cantidad, advirtieron, el régimen persa está tan solo a dos kilogramos de la cantidad necesaria para fabricar cuatro bombas nucleares, si se enriquece un poco más el producto, hasta el 90 por ciento.
A su vez, Teherán dispone de 814 kilogramos de uranio enriquecido al 20 por ciento.
“La continua producción y acumulación de uranio altamente enriquecido por parte de Irán, el único Estado no poseedor de armas nucleares que lo hace, aumenta la preocupación en el organismo”, señaló el director general del OIEA, Rafael Grossi, al término del documento de 13 páginas que fue entregado a diplomáticos de todo el mundo.
Grossi también señaló en el texto que las autoridades de Teherán siguen obstaculizando las inspecciones del organismo, lo que reavivó las sospechas de trabajos secretos con fines militares, a pesar de que el país asegura que no pretende fabricar armas nucleares.
Frente a este escenario, ya el pasado 5 de junio el Consejo del organismo de vigilancia nuclear de la ONU había aprobado una nueva resolución de censura al país por negarse a cooperar con la Agencia, en un intento por instarlo a proporcionar las respuestas requeridas por los expertos y revertir su decisión de prohibir la entrada de los inspectores. Solo China y Rusia, importantes aliados del régimen persa, se opusieron a votar la iniciativa.
Ahora, se espera que en el encuentro en Viena el próximo 9 de septiembre, los miembros sigan aumentando la presión.
No obstante, la comunidad internacional ha intentado en el último tiempo retomar los canales diplomáticos y reanudar las conversaciones por un pacto nuclear similar al de 2015, que restringía las actividades atómicas en el país a cambio de un alivio de sanciones. Este proyecto fue exitoso mientras estuvo vigente y permitió limitar las capacidades nucleares del país pero quedó sin efecto cuando el presidente Donald Trump firmó un memorando en el que puso fin a lo acordado y restableció las sanciones por considerar todo “una gran ficción”.
Esta semana el líder supremo, el ayatollah Alí Khamenei declaró que “no hay barreras” para dialogar con su principal “enemigo”, Estados Unidos, dejando en claro cuál será la postura que adoptará el gobierno del nuevo presidente, Masoud Pezeshkian.
En los últimos años, Irán y Estados Unidos han mantenido conversaciones indirectas por medio de Omán y Qatar, quienes ofician de interlocutores de la Casa Blanca en Oriente Medio en todo lo relativo a este tema aunque los avances podrían verse truncados o potenciados dependiendo del resultado de las elecciones presidenciales de noviembre en las que Trump buscará un segundo mandato en Despacho Oval, frente a la demócrata Kamala Harris.