El capitán del Bayesian se negó a declarar en medio de las investigaciones por naufragio y homicidio culposo múltiple
James Cutfield es uno de los principales sospechosos del caso sobre el que muchos expertos apuntaron una serie de errores humanos
A pesar de que el fiscal italiano a cargo, Ambrogio Cartosio, “no excluye ninguna hipótesis” o individuo, su principal sospecha recae en el accionar de Cutfield y el capitán adjunto, Tijs Koopman, que habrían conducido a la muerte de siete personas, entre ellas el magnate británico Mike Lynch, su hija Hannah y el presidente de Morgan Stanley Internacional, Jonathan Bloomer.
También enfatizó en la importancia de rescatar la nave para poder conocer con más detalles de lo sucedido, aunque las autoridades ya adelantaron que esto podría llevar tiempo dado que los restos se encuentran a 50 metros de profundidad.
Varios expertos han apuntado a una serie de preguntas que surgieron sobre la preparación de la nave que podrían haber favorecido su hundimiento, a diferencia de un velero que estaba a su lado aquella noche y transitó sin problemas la tormenta.
Por ejemplo, los investigadores buscarán conocer cómo es que la tripulación no sabía que se avecinaba la perturbación climáticas y no tomó medidas al respecto, al igual que una explicación sobre por qué la orza del Bayesian estaba replegada, sin llegar a la mitad de su extensión.
De haber estado extendida en sus 9,7 metros, esto podría haber permitido equilibrar mejor la altura y el peso del casco, fundamental ante condiciones agitadas del mar.
Por otro lado, los buzos descubrieron que algunas de las escotillas y los tambuchos estaban abiertos, especialmente aquellos de las embarcaciones auxiliares, el motor se mantuvo apagado y el ancla baja en los momentos previos a la tormenta.
Otro de los puntos fundamentales será el del aviso de alerta que, según estudia la Justicia, pudo haberse dado demasiado tarde lo que, sumado a que los pasajeros no estaban en las zonas de emergencia sino en sus camarotes, impidió que muchos de ellos se pusieran a salvo.
Asimismo, las primeras pericias sugieren que el velero estaba posicionado de forma contraria a lo que prevén las normas marítimas, que establecen que el barco debe enfrentar las olas con la proa y no de costado, como lo hizo el Bayesian.
Giovanni Costantino, CEO de la compañía fabricante del Bayesian, defendió la super nave considerada “inhundible” y culpó a la tripulación por “una interminable cadena de errores”.
Por su parte, Franco Romani, un ingeniero jubilado que había trabajado en el proyecto del velero en 2008, sumó que “mi interpretación personal es que dejaron abierta la escotilla lateral”. “Si está completamente cerrada, el agua no puede entrar e, incluso en condiciones meteorológicas muy adversas, el banco se balancea pero nunca se hunde. Por eso creo que la escotilla lateral, por donde se sacan las embarcaciones auxiliares, quedó abierta”, agregó.
“Si eso es lo que ocurrió, cuando el barco patinó entraron toneladas de agua que debieron invadir incluso la sala de máquinas y no se pudo hacer nada más”, concluyó.