Ecuador está perdiendo sus glaciares por el cambio climático
El cambio climático está acelerando la desaparición de los glaciares
El retroceso de los glaciares en Ecuador ha sido documentado desde la segunda mitad del siglo XX. Desde 1976, la pérdida de manto blanco se ha acelerado de manera alarmante. En los últimos 30 años, glaciares emblemáticos como el Antisana, el Cotopaxi y el Chimborazo han visto reducida su superficie nevada. Por ejemplo, los glaciares del Chimborazo, el volcán más alto del país, han perdido el 60% de su superficie entre 1962 y 1997. De manera similar, el glaciar del Cotopaxi ha visto una reducción del 45% de su superficie, pasando de 21.3 km² en 1976 a 11.8 km² en 2006, según el libro Glaciares de los Andes Tropicales: Víctimas del Cambio Climático, elaborado en el 2014.
Este retroceso glaciar no solo es un fenómeno reciente. El documento indica que desde la Pequeña Edad de Hielo, un periodo frío que afectó a muchas partes del mundo entre los siglos XVII y XVIII, los glaciares ecuatorianos han estado en constante deshielo. Sin embargo, la velocidad del retroceso ha aumentado exponencialmente desde la década de 1970, lo que marca un cambio significativo en la dinámica glaciar del país.
El cambio climático es el principal responsable de la acelerada desaparición de los glaciares en Ecuador. El aumento de la temperatura atmosférica, incluso en las zonas de alta montaña, ha provocado que la ablación (el proceso por el cual los glaciares pierden hielo) supere a la acumulación de nieve. Según el Programa de Adaptación al Retroceso Acelerado de Glaciares en los Andes Tropicales (PRAA), la temperatura en las zonas altas de los Andes podría aumentar más de 3°C hacia finales del siglo XXI, lo que podría llevar a la casi total desaparición de los glaciares en la región.
Además, la desaparición de los glaciares tiene un impacto directo en la biodiversidad de las regiones altoandinas: “Los glaciares son como una cuenta bancaria. Si estás sacando dinero constantemente habrá un momento en el que tu cuenta termine en 0. Lo mismo sucede con los glaciares, pero la diferencia es que la cuenta de los glaciares no puede ser recargada”, escribió Bolívar Cáceres en 2019 como Responsable del Programa de Glaciares del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología del Ecuador en un artículo para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Otro factor que contribuye al deshielo es el aumento de la radiación solar en estas zonas debido a la disminución de la capa de ozono y a la menor presencia de nubes en las alturas. Esto provoca que el balance energético en la superficie de los glaciares sea cada vez más negativo, favoreciendo la fusión del hielo durante todo el año, según un reportaje de Primicias.
La desaparición de los glaciares ecuatorianos no solo es un problema visual o estético; sus impactos son mucho más profundos. Los glaciares actúan como reservorios de agua dulce, regulando los flujos de los ríos y proporcionando agua durante la temporada seca. La pérdida de estos cuerpos de hielo podría poner en riesgo el suministro de agua para millones de personas, así como afectar la agricultura y la generación de energía hidroeléctrica, de la cual Ecuador depende en gran medida, de acuerdo con el mencionado libro.