Cómo el cambio climático y la deforestación impulsan el brote del virus Oropouche
La OMS reportó nuevos casos en Brasil, Bolivia, Colombia, Cuba y Perú. Las investigaciones sugieren que estos factores están facilitando la expansión de la enfermedad en regiones previamente no afectadas
Sin embargo, se ha observado una propagación hacia áreas no amazónicas, atribuídas a factores como el cambio climático y la deforestación.
Bolivia, por su parte, ha registrado 356 casos entre enero y julio de 2024. La mayor parte de estos se concentran en el departamento de La Paz, seguido por Beni y Pando. No se han reportado muertes en este país, pero sí cinco casos de coinfección con dengue, lo que complica el panorama epidemiológico.
En el caso de Colombia, se han confirmado 74 casos, principalmente en el departamento de Amazonas. Estos fueron identificados mediante una búsqueda retrospectiva vinculada a la vigilancia del dengue y la investigación de casos febriles. Al igual que en Bolivia, no se han registrado muertes asociadas al OROV.
En Cuba, según detallaron desde la OMS, el primer brote de la enfermedad fue notificado en mayo de 2024, con 74 casos en las provincias de Santiago de Cuba y Cienfuegos. Perú también ha visto un aumento significativo, con 290 casos confirmados en cinco departamentos, siendo Loreto el más afectado.
Esta expansión del virus más allá de su distribución histórica plantea múltiples desafíos. La OMS atribuye algunos de estos casos a la transmisión vertical, es decir, de madre a hijo durante el embarazo, aunque señala que aún se necesita más investigación para confirmar esta hipótesis. En Brasil, se han registrado cuatro casos de microcefalia en recién nacidos y otras complicaciones fetales que se están investigando.
Cómo se manifiesta la enfermedad por virus Oropouche
Los síntomas son similares a los del dengue y pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, rigidez articular, náuseas y vómitos. Las infecciones suelen resolverse en una semana, pero en algunos casos pueden durar más. No existe un tratamiento antiviral específico ni una vacuna disponible.
A nivel regional, se han emitido alertas y actualizaciones epidemiológicas por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y se han desarrollado capacidades para pruebas moleculares en numerosos países de América Latina y el Caribe. Brasil ha implementado medidas detalladas de vigilancia y respuesta, incluyendo estudios entomoepidemiológicos y acciones de control en unidades federativas.
Medidas de prevención
La OMS evalúa que el riesgo general para la salud pública que plantea este virus es alto a nivel regional y bajo a nivel mundial. La proximidad de los lugares de cría de mosquitos a las viviendas humanas es un factor de riesgo crucial, por lo que las estrategias de prevención se centran en medidas de control de vectores y protección personal.
La proximidad de los lugares de cría de los mosquitos vectores a las viviendas humanas es un factor de riesgo importante para la infección por OROV.
Las medidas de control de los vectores se basan en la reducción de las poblaciones de mosquitos mediante el control de los lugares de cría, lo que se logra eliminando el número de hábitats naturales y artificiales llenos de agua que sustentan las larvas, reduciendo así las poblaciones de mosquitos adultos alrededor de las comunidades en riesgo.
Las medidas de protección personal se basan en la prevención de las picaduras de mosquitos mediante barreras mecánicas (mosquiteros), dispositivos repelentes de insectos, ropa tratada con repelentes y repelentes de mosquitos. Se ha demostrado que los insecticidas químicos como la deltametrina y la N,N-dietil-meta-toluamida (DEET) son eficaces para proporcionar protección contra las picaduras de las especies Culicoides y Culex .