China se afirma en el primer puesto del medallero con un triunfo histórico en tenis femenino: ganó Qinwen Zheng
La asiática venció en la final a Donna Vekic en dos sets y le dio a su país la primera medalla dorada en su deporte; venía de dar el batacazo ante Swiatek, la número 1 del mundo
También se constituyó en la primera tenista asiática en subirse al primer escalón de un podio olímpico. “Es algo irreal”, dijo Zheng, requerida por el público para autógrafos y fotos. “Todo mi país debe de estar orgulloso de mí. Y yo lo estaré también”, agregó. El sólido y variado juego desde el fondo, más la resistencia física (1,78 metros), fueron abriéndole paso en el cuadro.
En sus tres participaciones en el polvo de ladrillo de Roland Garros, Zheng no había pasado de los octavos de final. Pero puesta a defender el orgullo deportivo de su país, redondeó una semana estupenda. Quizá no estaba entre las principales favoritas al comienzo de la competencia, pero su nivel fue tomando consistencia y la victoria de este sábado no fue una sorpresa desde el momento en que en las semifinales eliminó en dos sets a la número 1 del mundo y cuádruple campeona de Roland Garros, la polaca Iga Swiatek. “Si me pidieran que jugara otras tres horas por mi país, lo haría”, había expresado Zheng tras avanzar a la final, en la que necesitó menos tiempo ante Vekic.
De 21 años, Zheng venía con una dinámica positiva sobre el polvo de ladrillo, sobre el que encadenó 11 triunfos consecutivos si se tiene en cuenta que venía de defender con éxito el título de campeona en Palermo, un torneo WTA 250. Sin dudas, al gran batacazo lo dio frente a Swiatek, que sobre la superficie de Roland Garros acumulaba un invicto de 1149 días, 25 partidos, con 47 sets ganados (10 por 6-0) y apenas cuatro perdidos. Swiatek se quedó con la medalla de bronce al vencer a la eslovaca Anna Kraolina Schmedlova por 6-2 y 6-1.
Martina Navratilova, que con 47 años se convirtió Atenas 2004 en la tenista más veterana en participar en Juegos Olímpicos, describió al torneo de los anillos entrelazados como algo disruptivo del resto del circuito anual: “Los Juegos Olímpicos son como una anomalía en la carrera de una tenista. Hay una carga extra; son realmente un quinto torneo de Grand Slam cada cuatro años”.
Según Navratilova,“las favoritas afrontan dos obstáculos. Como suelen llegar a los últimos días de los torneos de Grand Slam más recientes [Roland Garros y Wimbledon], generalmente sienten más fatiga física que las jugadoras de más bajo puesto en el ranking. Después está la presión de las expectativas sobre las jugadoras de élite, exacerbada por las pocas oportunidades profesionales que tendrán de ganar en los Juegos Olímpicos”.
Zheng fue finalista este año en el abierto de Australia y decayó en los certámenes de Grand Slam siguientes, con derrotas en los dieciseisavos de final de Roland Garros y en la primera rueda de Wimbledon. En su campaña del triunfo olímpico, atravesó el momento más apremiante en los cuartos de final, cuando necesitó de un 8-6 en el tie-break del tercer set frente al alemana Angelique Kerber. Antes había dejado en el camino a la estaodunidense Emma Navarro, la neerlandesa Arantxa Rus y la italiana Sara Errani.
Entrenada por el español Pere Riba y con un centro de práctica fijado en Barcelona, Zheng se pone a la altura de la mejor tenista china de historia, que además fue su inspiradora de niña: Li Na, ganadora de dos coronas de Grand Slam (Roland Garros 2011 y Australia 2014).
En el cuadro masculino, el italiano Lorenzo Musetti, que hace una semana cayó ante Francisco Cerúndolo en la final del ATP 250 de Umag, Croacia, obtuvo la medalla de bronce al imponerse al canadiense Felix Auger-Aliassime por 6-4, 1-6 y 6-3.
