TENIS | ROLAND GARROS / Un épico Djokovic salva la corona y el número uno

El serbio remonta un 2-1 ante Musetti en un partidazo que acabó a las 3:07, hora de finalización récord en el torneo. Le espera Cerúndolo.

Nacho Albarrán
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Novak Djokovic sabe caminar en el alambre como muy pocos jugadores han sabido hacer en la historia del tenis. Por enésima vez, ejecutó con maestría un ejercicio de escapismo para remontar ante Lorenzo Musetti y salvar de una tacada la corona, porque defiende título en Roland Garros, y el número uno, que hubiera pasado a manos de Jannik Sinner de no haber ganado finalmente el serbio al italiano por 7-5, 6-7 (6), 2-6, 6-3 y 6-1 en las cuatro horas y 29 minutos de un partidazo que acabó a las 03:07. Ningún encuentro había terminado tan tarde en el devenir del torneo. El anterior récord databa de 2020, cuando Rafa Nadal cerró su triunfo ante al citado Sinner en cuartos de final a las 01:26 de la madrugada. Maravilloso competidor, Djokovic, que iguala el récord de victorias en Grand Slams que tenía Roger Federer con 369 (por delante de las 314 de Nadal), se enfrentará el lunes en octavos al argentino Francisco Cerúndolo, vencedor en su duelo contra el estadounidense Tommy Paul (3-6, 6-3, 6-3 y 6-2 en 2h50).

El encuentro de tercera ronda del balcánico, que tenía que haber empezado a las 20:15, lo hizo finalmente a las 22:38, porque, debido a la incesante lluvia que azota estos día París, la organización decidió colar antes en la Philippe Chatrier el partido entre el Zizou Bergs y Grigor Dimitrov, aplazado en la jornada del viernes, que finalizó con triunfo del segundo por 6-3, 7-6 (4), 4-6 y 6-4 en 3h57 (el búlgaro se medirá con el polaco Hubert Hurkacz, que pudo con el canadiense Denis Shapovalov (6-3, 7-6 (0), 4-6 y 6-1 en 2h41)).

Con nocturnidad, Djokovic y Musetti se prestaron a darlo todo para el público que decidió no marcharse y tuvo como recompensa el mejor choque de lo que va de campeonato. El primer set, muy igualado, se lo apuntó el líder del ranking tras anular el primer quiebre de Lorenzo y hacer dos más en el resto del parcial, el último, para cerrarlo. El segundo se le puso de cara al ganador de 24 Grand Slams, con break para el 3-1 y saque consolidó. Pero reaccionó el de Carrara y fue capaz de forzar un desempate en el que salvó un punto de set para igualar el marcador.

Después, dominó a placer a un Djokovic que parecía herido de muerte y se puso a una manga de la que podía haber sido la mayor victoria de su carrera en un Grand Slam. Había ganado al de Belgrado el año pasado en Montecarlo, pero hace tres desperdició una ventaja de dos sets, precisamente en Roland Garros, y sucumbió ante la leyenda de Nole. Seguro que el fantasma de aquella remontada le inquietó en el cuarto capítulo del drama tenístico que se vivió en la noche parisina. Djokovic emergió y de qué manera. Parecía que no podía fallar en un combate precioso contra el transalpino, uno de los tenistas más estéticos del circuito, con ese revés a una mano que da gusto ver.

Novak hizo unos cuantos puntos increíbles a sus 37 años, pletórico de una fuerza que le salía del corazón, ante un rival atónito, resignado ante el poderío de un titán histórico. Miraba el chico de 22 primaveras a su equipo en busca de soluciones, pero ya daba igual lo que hiciera, y había hecho mucho y bien. La suerte estaba echada por la voluntad del campeón, inexorable y decidido, asombrando incluso a su propia esposa, que reía en la grada. “Gran respeto y felicitaciones para Musetti”, dijo Djokovic después de que su entrevistador en la pista, Alex Corretja, les diera las gracias a él y a su contrincante por tamaño espectáculo. “Qué batalla esta noche, o esta mañana”, bromeó. “Un partido increíble”, continuó Nole, que un poco más tarde no quiso criticar a la Federación Francesa por el horario del encuentro. “Tengo mis opiniones, pero creo que hay grandes cosas de las que hablar, tanto la actuación de Lorenzo como la mía se destacan. No quiero estar hablando del calendario. Creo que algunas cosas podrían haberse manejado de otra manera. Hay belleza en ganar el partido a las tres de la madrugada si es el último del torneo, pero no lo es, así que tendré que tirar de todos mis genes jóvenes y tratar de recuperarme lo más rápido posible”, avanzó antes de reconocer que lo había pasado muy mal. “En un momento no sabía realmente qué hacer desde ambos lados, él estaba restando muchas pelotas, metiendo ganadores desde ambas esquinas, haciendo buenos servicios, corriendo a por cada bola por la pista, así que sí, no me sentí muy bien en ese tercer set y al comienzo del cuarto”. El caso es que, una vez más, se las arregló para prevalecer y ahora aspira a revalidar su título en Roland Garros.

Zverev evita por los pelos la eliminación

El sábado fue un día de posibles sorpresas que finalmente no se consumaron. Alexander Zverev, cuarto favorito y uno de los principales candidatos a hacerse con la Copa de los Mosqueteros, estuvo contra las cuerdas ante el neerlandés Tallon Griekspoor (31º). El alemán tuvo que remontar un 4-1 en el quinto set con un parcial de 5-2 para forzar el tie-break y vencer por 3-6, 6-4, 6-2, 4-6 y 7-6 (3) en 4h14. Le espera en octavos el lunes, Holger Rune. El danés no sufrió para apear al eslovaco Jozef Kovalik (7-5, 6-1 y 7-6 (2) en 2h20).


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