Líderes mundiales exigieron al grupo terrorista Hezbollah detener los ataques contra Israel para evitar una escalada del conflicto
Los aliados occidentales advirtieron que los enfrentamientos de mayor magnitud desde y hacia el Líbano podrían tener graves consecuencias para la región
InfobaeLa guerra en Gaza, inicialmente entre Israel y Hamas, parece estar lentamente cambiando su foco a un nuevo frente en el norte, precisamente en la frontera con el Líbano, donde casi a diario se registran intercambios de misiles con Hezbollah. Las promesas tanto de Tel Aviv como del líder terrorista, Hassan Nasrallah, han dejado la puerta abierta en varias oportunidades a una escalada que, según analistas, podría tener consecuencias devastadoras para las partes y para la región.
Uno de los principales problemas, según los expertos, sería la capacidad de Hezbollah para atacar a Israel -con un arsenal provisto por Irán de cerca de 150.000 cohetes y misiles capaces de alcanzar cualquier parte del país vecino- frente a unas Fuerzas de Defensa debilitadas tras nueve meses de enfrentamientos contra Hamas, a lo que se sumaría el respaldo de otros grupos terroristas que responderían con mayor contundencia y hasta de militantes con motivaciones ideológicas que podrían movilizarse hasta la región.
Asimismo, estas amenazas arrastrarían a otros países a los enfrentamientos, con el objetivo de brindar respaldo y asistir en la defensa.
Así, en las últimas horas, la misión de Irán ante la ONU publicó un mensaje en redes sociales en el que sostenía que si Israel lanza un ataque a gran escala en el Líbano se produciría una guerra “devastadora”. Por su parte, Gerald Feierstein, ex diplomático estadounidense de alto rango en Oriente Medio, sostuvo que “obviamente, si parece que las cosas se tuercen para los israelíes, Estados Unidos intervendrá… no creo que vea ninguna alternativa a eso”.
Esta actitud ya se vio reflejada en el ataque que lanzó el régimen persa contra Israel, con más de 200 drones y misiles, que Tel Aviv con la asistencia de los aliados logró repeler exitosamente. No obstante, el general CQ Brown, jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, advirtió que los cruces con Hezbollah podrían no tener tanto éxito como tuvieron las maniobras de mediados de abril ya que estos cohetes, de menor alcance, son más difíciles de interceptar y neutralizar.
El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, describió el escenario actual como el paso previo a un “apocalipsis” mientras que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, advirtió que “una guerra así sería una catástrofe para Líbano y podría convertirse fácilmente en una guerra regional, con terribles consecuencias para Oriente Próximo”. “Una escalada importante no beneficia a nadie”, sumó un funcionario de la Administración de Joe Biden.
Es por ello que el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca sostuvo que “vamos a seguir ayudando a Israel a defenderse, eso no va a cambiar, pero en cuanto a un hipotético -específicamente con respecto a la línea fronteriza del norte-, de nuevo, no queremos que se abra un segundo frente y queremos ver si podemos resolver las tensiones allí a través de procesos diplomáticos”.
Para ello, insisten, en primer lugar, en la responsabilidad de Hezbollah por lanzar ofensivas diarias contra Israel mientras que instan a Hamas a aceptar la tregua propuesta por el Presidente el pasado 31 de mayo, ya que un alto el fuego en la Franja de Gaza podría ser de gran ayuda en pos de calmar las tensiones en este segundo frente.
Por su parte, el ministro de Defensa del gabinete de guerra, Yoav Gallant, comentó que “estamos trabajando estrechamente para lograr un acuerdo”, aunque reconoció que “también debemos discutir la preparación en todos los escenarios posibles”. “Ciertamente parece que los israelíes siguen preparándose con la expectativa de que se produzca algún tipo de conflicto de una magnitud totalmente diferente”, evaluó Feierstein al respecto.