La Justicia rusa internó en un hospital psiquiátrico a un adolescente por oponerse a la guerra en Ucrania
Maxime Lypkan fue juzgado por la difusión de “información falsa”
InfobaeLas autoridades rusas han internado en un hospital psiquiátrico a un estudiante de 19 años. Según informó el medio de oposición SOTA, fue condenado por la justicia por difundir “información falsa” sobre el ejército.
El caso de Lypkan comenzó hace algunos meses. El estudiante tenía entonces 18 años y se convirtió en la persona más joven acusada de difundir “información falsa” sobre el ejército ruso en sus canales de Telegram y de YouTube. Tras la invasión a Ucrania, se aprobó una ley rusa que condena a una sentencia de hasta diez años de prisión a esta clase de delitos.
El juicio comenzó en noviembre en las afueras de la capital rusa, pero la primera audiencia se celebró a puerta cerrada y sin el acusado, que ya había sido internado en psiquiatría a petición de la Justicia. En febrero de 2024, el tribunal que juzgaba a Lypkan anunció el abandono de los procedimientos judiciales contra él.
”Según un peritaje (médico judicial), (Lypkan) fue declarado parcialmente irresponsable de sus actos”, declaró entonces a la agencia AFP su abogado, Alan Katchmazov.
”Me afectó tanto lo que les ocurrió a las víctimas ucranianas en Kharkiv, Bucha y en otras ciudades de Ucrania que decidí protestar activamente”, explicó entonces en una entrevista a Radio Free Europe, un medio financiado por Estados Unidos.
En los tiempos de la Unión Soviética, muchos disidentes fueron internados en hospitales psiquiátricos. Los opositores rusos actuales temen el gobierno restablezca esta práctica.
La “cruzada” contra los niños y jóvenes
A fines de mayo, la ONG Amnistía Internacional alertó sobre la voraz persecución rusa a la disidencia. Rusia ha colocado a niños y jóvenes en el centro de su “cruzada” contra quienes se oponen a la invasión rusa de Ucrania, persiguiendo la libertad de expresión y “adoctrinando” mediante propaganda belicista en los medios y en las escuelas.
El investigador de la organización, Oleg Kozlovsky, ha denunciado que “pese al discurso del Kremlin sobre el valor de la familia, para aplacar la disidencia se recurre con descaro a explotar el vínculo de los niños y las niñas con sus progenitores”.
Y acusó: “Las escuelas adoctrinan a los menores con narrativas falsas impuestas por el Gobierno y denuncian directamente a la Policía y a los servicios de seguridad las opiniones disidentes”.
En un último informe titulado ‘Rusia: Tus hijos irán a un orfanato: Los niños y la represión de las protestas’, Amnistía acusa a Rusia de vulnerar los derechos de los más pequeños al mismo tiempo que los utilizan como “instrumento” para presionar a los adultos que se oponen a la guerra.
“Quienes disienten de la guerra son especialmente vulnerables a las amenazas de separación familiar forzada o retirada de la patria potestad. El riesgo de tales represalias, aun remoto, es lo suficientemente aterrador como para disuadir a muchas personas de alzar la voz”, afirma Kozlovsky.
Amnistía ha explicado que estas prácticas están teniendo “graves consecuencias” sobre la salud física y mental de los más pequeños y jóvenes.
“En este mundo al revés en el que se ha convertido Rusia, si eres menor y no estás de acuerdo con el gobierno, tanto la policía como los tribunales, e incluso las escuelas, suponen una amenaza directa”, afirma Kozlovsky.