El verdadero ganador de las elecciones europeas: la abstención
En la Unión Europea, más de la mitad de la población no vota a sus representantes comunitarios. En los últimos comicios de 2019, sin embargo, España tuvo una mejor cifra, con un 61% de participación
Aunque 450 millones de ciudadanos de los 27 países miembros de la Unión Europea están invitados a participar, la mayoría de los Estados cuentan con unas elevadas tasas de abstención. El estudio The non-voter time bomb, publicado por la revista digital Divergente con la colaboración de la Red Europea de Periodismo de Datos, ha analizado las cifras de abstención en la UE. Y los resultados no dejan lugar a dudas: la participación media de todos los países de la UE en las elecciones al Parlamento europeo nunca ha superado el 62% desde los primeros comicios celebrados en 1979. Es decir, como mucho, solo votan seis de cada 10 personas.
Y eso como mucho. En las elecciones de 2014, la participación fue del 42,61%; y en las últimas, las de 2019 -estas votaciones se realizan cada cinco años-, fue del 50,66%.
Bélgica, los que más votan, y Eslovaquia, los que menos
Por países, hay muchas diferencias en las cifras de abstención. Bélgica es el país de la UE con una mayor participación ciudadana en las elecciones europeas, con una media de un 90,5% en la historia de estos comicios, seguido de Luxemburgo, con 88%, y Malta, con 77,1%. Por el otro lado, se encuentran Eslovaquia, donde solo ha acudido a las urnas un 18,1% de media de los electores en todos los comicios europeos, Croacia con un porcentaje del 25,3%, y la República Checa, con un 25,8%.
Los datos, sin embargo, tienen truco: en Bélgica y Luxemburgo, el voto para el Parlamento Europeo es obligatorio. Sin embargo, en Bulgaria, Chipre y Grecia también lo es, en teoría, y sus datos de participación son bastante más bajos: un 34,1%, un 55,2% y un 68,8%, respectivamente.
La abstención en España en las elecciones europeas
España participa en estas elecciones desde que se convirtió en Estado miembro de la Unión Europea en 1986. Desde entonces, ha habido ocho votaciones europeas, en las que ha habido una participación media del 54,9%. Aunque es poco más que la mitad del electorado, el porcentaje es superior a los de Alemania (54%), Francia (49,1%) y Portugal (42,3%), pero inferior a Italia (71,3%). En los últimos comicios, los de 2019, la abstención en España fue del 39%.
Según el estudio The non-voter time bomb, estos datos son un riesgo para la democracia. “La abstención y las diversas tonalidades del populismo están tomando fuerza en la escena política de Europa y del mundo (...). La bomba de tiempo del no votante es la consecuencia de esta cascada de preocupaciones. La posibilidad de que los modelos de gobernanza europeos se estén erosionando gradualmente, conduciendo al colapso de la democracia, nos impulsó a buscar respuestas. Queríamos ir más allá de simples suposiciones y recopilar datos que arrojaran una luz basada en hechos sobre la abstención en la Unión Europea”.
Entre sus conclusiones, la investigación destaca que la abstención es superior en los países con una renta per cápita más baja y con un predominio del sector industrial en la economía, así como en las naciones del norte de Europa. Más allá de las razones particulares de cada país, está claro que los comicios europeos no despiertan pasiones.