El fitness como estilo de vida, un propósito que trasciende la estética
Muchas personas se abocan a la actividad física con el objetivo de perder peso, o verse más tonificadas. Sin embargo, en el camino no solo se ven, sino que se sienten mejor. Por qué hoy los expertos recomiendan buscar objetivos de salud por sobre el aspecto físico
No hay estadísticas, pero sin temor a equivocarse, expertos consultados por Infobae coincidieron en que “el principal motivo por el que la gente empieza a entrenar es porque quieren verse mejor”. “Muchos empiezan porque quieren bajar de peso, pero la realidad es que no siempre el ejercicio se relaciona con un descenso de peso”, se sinceró el médico nefrólogo y cardiólogo Gabriel Lapman (MN 119.066), fundador de la Sociedad Argentina de Medicina del Estilo de Vida (Samev) y autor del libro Más zapatillas menos pastillas.
Y tras reconocer que “sí el ejercicio se relaciona con aumento de músculo”, apuntó: “El ejercicio físico quizá disminuye la grasa corporal, pero al aumentar la masa muscular, en conclusión, eso no se traduce en un descenso de peso y muchas personas se desilusionan”.
Esta mirada “resultadista” del entrenamiento, con metas muchas veces demasiado elevadas, lleva a la frustración y el abandono de una práctica tan saludable de la que nadie debería alejarse jamás.
Consultado al respecto, el personal trainer venezolano radicado en Argentina y conocido entre las celebridades como “el zar del fitness”, Ronald Medina, señaló que “las personas comienzan a entrenar por una variedad de razones; muchas buscan perder peso o controlar su peso corporal, otras quieren aumentar su fuerza y resistencia física, mientras que algunas se sienten impulsadas por el deseo de mejorar su apariencia física, tonificando los músculos y reduciendo la grasa corporal”.
Cada vez más personas eligen el ejercicio por su salud
La profesora de Educación Física y licenciada en Alto Rendimiento Deportivo Claudia Lescano reconoció en diálogo con este medio: “Cada vez más las personas que se acercan al entrenamiento por un objetivo de salud, un desequilibrio hormonal que se expresa por una disfunción tiroidea, resistencia insulínica, hígado graso, falta de testosterona, menopausia, colesterol alto, y lo hacen empujados por el miedo a tener que tomar medicamentos de por vida”.
Y si bien coincidió en que las cuestiones estéticas siempre aparecen, y las personas buscan “una panza chata, piernas sin celulitis y con músculos bien definidos, brazos marcados, etc”, destacó que “son muchos quienes lo hacen por prevención, por lo general, son personas informadas que conocen los beneficios de una práctica sistemática y regular”.
Es que es en la delgada línea entre marcarse objetivos alcanzables, y entender al ejercicio como una herramienta más para alcanzar el bienestar general, donde suele estar, según los especialistas, el equilibrio que lleve a las personas a calzarse las zapatillas y no sacárselas nunca más. Y es allí, cuando el foco sea la salud, que llegarán los tan ansiados resultados estéticos.
En este punto, para Medina, “la salud mental y emocional también juega un papel importante a la hora de empezar una actividad física en la actualidad, ya que el ejercicio es conocido por su capacidad para reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y mejorar el estado de ánimo general”.
- ¿Qué pasa cuando, como “efecto colateral” los que empezaron por cuestiones estéticas empiezan a sentirse mejor, además de verse mejor?
- Lescano: Cuando una persona ve los resultados en su cuerpo, difícilmente dejará de hacer lo que está habiendo. A esto lo llamo adhesión al plan de entrenamiento. Logramos como entrenadores que nuestro entrenado no sólo lo haga por su estética sino por salud y eso es maravilloso .
- Medina: Cuando las personas empiezan a sentirse mejor, además de verse mejor, se producen varios cambios positivos. Uno de los más evidentes es el aumento de la autoestima y la confianza en sí mismos, ya que sentirse físicamente bien se traduce en una mejor percepción personal.
Además, las personas también suelen experimentar un aumento en sus niveles de energía y vitalidad, lo que les permite ser más productivas y activas en su vida diaria. La calidad del sueño mejora notablemente, ya que el ejercicio ayuda a regular los patrones de sueño, resultando en un descanso más reparador. También hay un fortalecimiento del sistema inmunológico, lo que ayuda al cuerpo a combatir enfermedades.
Y no menos importante, el ejercicio puede ayudar a reducir dolores crónicos, mejorar la flexibilidad y la movilidad articular, lo que contribuye a un bienestar general.
Cuáles son los motivos que acercan y alejan a las personas del ejercicio físico
Acerca de la mencionada adhesión al entrenamiento, entendida como aquellos motivos que incitan a seguir, para Lescano, “el primer puesto se lo lleva el resultado, alcanzar el objetivo, sea cual sea”. “Y luego, sentirse bien, tener energía par hacer todo lo que quiero, tener un metabolismo equilibrado, un cerebro más atento, más lubricadas las articulaciones y ver que los músculos responden, que el aire alcanza para subir esa escalera que antes nos agotaba, o para llegar a todas las pelotas en el partido de fútbol con los amigos”, enumeró.
Pero más allá de las sensaciones personales que cada uno pueda experimentar al hacer ejercicio con continuidad, para Medina, la adherencia a la actividad física depende de varios factores externos.
“Primero, el establecimiento de metas claras y alcanzables es crucial, ya que tener objetivos específicos motiva a las personas a continuar con su rutina de ejercicio”, planteó, al tiempo que señaló que “la variedad en el entrenamiento también es importante; cambiar las rutinas y probar nuevas actividades mantiene el interés y evita el aburrimiento”.
“Integrar el ejercicio como parte de la rutina diaria facilita la adherencia a largo plazo, al igual que encontrar actividades físicas que sean divertidas y agradables aumenta la probabilidad de continuar haciéndolas”, sumó. Finalmente, “mantener un registro del progreso y ajustar las metas puede ayudar a mantener el enfoque y la motivación”.
Acerca de lo que aleja a las personas del hábito del ejercicio, para Lescano es clave el no priorizarse. “Por el contrario, a como las personas se preocupan por lo referido a la familia o el trabajo, encontrar el momento para dedicarse a sí mismas y a su bienestar es algo que muchas veces cuesta y dificulta la constancia en el entrenamiento”, consideró la especialista en fitness.
En coincidencia con su colega, el entrenador venezolano sostuvo que “hay varios factores que pueden dificultar la adopción del ejercicio como un hábito regular, entre ellos, la falta de tiempo es una de las barreras más comunes; muchas personas tienen horarios ocupados y no priorizan el ejercicio en su rutina diaria”.
“También, la falta de motivación o el aburrimiento con las rutinas de ejercicio pueden hacer que la gente abandone sus esfuerzos -continuó-. La falta de conocimiento sobre cómo ejercitarse adecuadamente o no ver resultados puede ser desalentador y llevar a la desmotivación. Las lesiones o problemas de salud también pueden interrumpir la consistencia del ejercicio”.
Por último, mencionó que “el miedo a ser juzgado o la inseguridad en entornos de gimnasio también puede impedir que algunas personas se sientan cómodas al ejercitarse en público”.
¿Qué otros hábitos saludables conviene modificar cuando se empieza a entrenar?
Sobre el final, Lapman enfatizó que “hoy sabe que el músculo es un factor muy importante para la longevidad; es un potente antienvejecimiento y esa debiera ser una razón más que suficiente para que todas las personas se decidan por empezar a ejercitarse”.
Y entendiendo que mantenerse físicamente activo es uno de los pilares para una buena salud integral, el especialista hizo hincapié en que siempre debe ir acompañado de otros cambios de hábitos para potenciar los resultados.
“Sí o sí la alimentación se debe modificar; es ideal elegir alimentos más reales y evitar los alimentos ultraprocesados, el exceso de azúcares, grasas saturadas y grasas trans”, recomendó en primera instancia en este punto.
Luego, destacó que “el descanso es clave, es reparador siempre, pero más aún cuando se hace ejercicio”. Y a un sueño de calidad, aconsejó sumar “la meditación u otras herramientas para la reducción del estrés, y la eliminación de hábitos tóxicos como el tabaquismo y el alcoholismo”.
“Otra cosa importante es que mucha gente de a poco se está informando de los beneficios de los suplementos cuando se hace deporte -resaltó el experto-. Sumar, por ejemplo, una proteína con minerales quelatados, magnesio, omega 3 son un complemento ideal tanto para la mejor recuperación post ejercicio como para impulsar un mejor estado de salud en general”.
Finalmente, Lapman destacó que “el ejercicio físico se asocia con mayor generación de endorfinas (NdR: una de las llamadas hormonas del bienestar), que mejoran la respuesta al estrés, la ansiedad, la depresión y, además, recientes estudios demostraron que mejoran la microbiota intestinal y por consecuencia nuestro intestino, que desde hace un tiempo se sabe que aloja el 80% del sistema inmune y es considerado el segundo cerebro”.
“A nivel psicológico, el ejercicio se asocia con una mente más ‘despejada’ y una mayor sensación de bienestar y eso está comprobado que sucede por el tipo de activación que genera a nivel del sistema endocannabinoide y a nivel del sistema dopaminérgico y serotoninérgico”, concluyó Lapman sobre el respaldo científico que pesa a favor de una práctica que en este momento debería tener más adeptos que al comienzo de esta nota.