Revelan detalles del misil balístico norcoreano que utilizó Rusia para atacar la ciudad ucraniana de Kharkiv
Khrystyna Kimachuk, inspectora de armamento, pudo acceder a los restos del proyectil lanzado el pasado 2 de enero. Cómo logra el régimen de Kim Jong-un burlar las sanciones para adquirir la última tecnología extranjera
Khrystyna Kimachuk es una joven inspectora de armamento ucraniana. Ese 2 de enero, tras enterarse del ataque contra un edificio de Kharkiv, se comunicó con sus contactos en el Ejército para solicitar acceso a los restos del misil, ya que había llamado la atención de las fuerzas ucranianas por su aspecto inusual.
Los desmontó y fotografió cada una de las piezas, incluidos los pequeños chips informáticos. Inmediatamente se dio cuenta de que no se trataba de un misil ruso.
“Habíamos oído que habían entregado algunas armas a Rusia, pero yo podía verlas, tocarlas, investigarlas, de una forma que nadie había podido hacer antes. Fue muy emocionante”, comentó la inspectora ucraniana a la BBC.
Desde entonces, el Ejército de Ucrania denunció que Rusia lanzó decenas de misiles norcoreanos contra su territorio, ocasionando la muerte de al menos 24 personas y más de 70 heridos.
Kimachuk, quien trabaja para Conflict Armament Research (CAR), una organización que recupera armas utilizadas en la guerra para averiguar cómo se fabricaron, descubrió que el misil Hwasong-11 contaba con la última tecnología extranjera.
Según detalló, gran parte de las piezas electrónicas se habían fabricado en Estados Unidos y Europa en los últimos años. De hecho, se encontró un chip norteamericano fabricado en marzo de 2023. Esto prueba, al mismo tiempo, otra denuncia que viene haciendo Occidente hace años: que la dictadura de Kim Jong-un, con la colaboración de sus aliados, burla las sanciones internacionales para adquirir ilícitamente componentes vitales para su programa armamentístico.
La inspectora concluyó que esos componentes llegaron en secreto a Pyongyang, donde fueron ensamblados al misil, y posteriormente enviados a Rusia. “Esta fue la mayor sorpresa: a pesar de estar sometida a severas sanciones durante casi dos décadas, Corea del Norte sigue consiguiendo hacerse con todo lo que necesita para fabricar sus armas, y con una rapidez extraordinaria”, declaró, por su parte, Damien Spleeters, director adjunto de CAR.
Desde que Putin recibió a Kim Jong-un en Rusia en septiembre del año pasado, el Royal United Services Institute (RUSI) ha estado monitoreando, a través de imágenes satelitales, el envío de armas norcoreanas a Moscú. El instituto calcula que se han enviado cerca de 7.000 contenedores, llenos con más de un millón de proyectiles y cohetes de gran calibre. Esas estimaciones se acercan a las observadas recientemente por el gobierno de Corea del Sur, que estima en 6.700 el envío de contenedores de municiones a Rusia.
De esta manera, el Kremlin está violando las mismas sanciones que alguna vez votó en el Consejo de Seguridad de la ONU. Incluso, a principios de año disolvió un panel que supervisaba el cumplimiento de esas sanciones. El pasado 28 de marzo el Consejo no logró aprobar la renovación del mandato del panel de expertos, creado originalmente en 2006, debido al veto ejercido por Moscú.
“Estamos asistiendo al desmoronamiento en tiempo real de las sanciones de la ONU contra Corea del Norte, lo que da un gran respiro a Pyongyang”, afirmó Joseph Byrne, experto en Corea del Norte del RUSI.
Asimismo, reconoció que las redes de aprovisionamiento de Corea del Norte no más sólidas y eficaces de lo que se cree. En ese sentido, Byrne explicó que norcoreanos establecidos en el extranjero montan empresas falsas en Hong Kong u otros países de Asia Central para comprar los artículos utilizando principalmente dinero robado. Luego envían los productos a Corea del Norte, normalmente a través de su frontera con China.
Esta creciente influencia de Corea del Norte ya genera una gran preocupación en Occidente. En diálogo con BBC, el doctor Jeffrey Lewis, experto en armas norcoreanas del Instituto Middlebury de Estudios Internacionales, advirtió que el régimen de Kim Jong-un podría convertirse en un importante proveedor de misiles para los países del bloque China-Rusia-Irán.
Ante este panorama, Corea del Norte criticó este domingo duramente los planes de Washington y sus aliados para tratar de establecer un nuevo mecanismo que supervise el cumplimiento de las sanciones de la ONU sobre Pyongyang después de que el panel de expertos encargado de esta tarea resultara disuelto la semana pasada.
En un editorial publicado por la agencia estatal KCNA, el embajador norcoreano ante Naciones Unidas, Kim Song, condenó el comunicado que Estados Unidos y otros 49 países publicaron el pasado 1 de mayo expresando su deseo de concebir un nuevo sistema para analizar de manera independiente el cumplimiento de sanciones de cara a evitar que progresen los programas de armas de destrucción masiva norcoreanos.
“No sorprende que Estados Unidos y otros países occidentales, que han perpetuado sus derechos adquiridos infligiendo desgracias y dolor a otras naciones con el pretexto de garantizar la paz y la seguridad globales, lamenten profundamente el fin de ese corrupto organismo”, escribe Kim sobre el panel de expertos que quedó disuelto el pasado 30 de abril.